ALAN
Mi madre había estado allí en cuanto me desperté, me contó que, gracias a Leah, Jed y una maga podía estar con vida, no había tardado mucho en llegar la terapeuta para explicar que se había usado magia para curar las fracturas y el mayor daño, pero, para una total recuperación debía empezar a ejercitar mi cuerpo, después de un rato ambas de fueron y lo cierto es que aunque seguía con vida el cuerpo me dolía como si un camión me hubiera pasado encima una y otra vez
- ¿acaso te han atropellado para que digas eso?
- No, pero así me lo imagino, rebatí con mi conciencia
- ¿En qué piensas tanto principito?, me interrumpió Leah
- Mis sentidos pésame, señorita Leah, el mundo aún no se libra de este príncipe, bromee
- ¿Acabas de hacer una broma sobre como casi te mueres?
- Puede
- Enserio que esa corona te obstruye el pensamiento
- Para nada, pero que gano poniéndome a llorar, solo queda seguir aprovechando el mañana ¿no te parece?
- Alan tú y yo nunca vamos a ponernos de acuerdo
- Por eso encajamos a la perfección, polos opuestos se atraen Leah
- Polos opuestos no se atraen, se matan y ya
- Flynn y Rapunzel tuvieron su final feliz y mira que eran totalmente opuestos
- Pero nosotros no somos Flynn y Rapunzel ni Tiana y Naveen, no somos personajes de ninguna película principito
- Podríamos serlo
- Deja de soñar y concéntrate en la recuperación
- Tienes razón, Rapunzel no sería tan bonita como tú
- Exacto y tú no le llegas a los talones a Flynn, no tienes ni una pizca de maldad, no podrías robar nada como él
- No tendría caso que robara una corona, ya es mía, aunque aún puedo robar tu corazón, peeroooo antes de que digas algo, soy muy consciente que no necesitas una sartén para noquearme, te propongo una tregua y que como dices empecemos con mi terapia
- ¿empecemos?
- Así es señorita, que diría mi madre o el rey si ven que mi asistente no me está ayudando
- Porque tengo el presentimiento de que eso es solo una excusa, replico, pero se acercó a la camilla y me extendió su mano
- Porque lo es, pero tiene todo el sentido así que no acepto reclamos
- ¿Cuál es el primer ejercicio?
- No sé, deberíamos ir al jardín y caminar un poco
- Ruega que me den mucha paciencia porque si algún día se me acaba te voy a golpear muy duro, como planeas caminar de una vez, mejor comencemos ejercitando las rodillas, haber, muévelas de adelante hacia atrás varias veces
Sonreí y empecé a realizar el movimiento que me indicaba, Leah era increíblemente mandona, no sabía cómo lograba fingir ser mi secretaria cuando era claro que lo de ella era ser jefe, tenía un temperamento que la hacía incluso capaz de enfrentarse al rey, quien por cierto no se había presentado hasta el momento, debía estar muy decepcionado por lo ocurrido o muy ocupado para acordarse de que tenía un hijo, no pienses en eso concéntrate en que sigues vivo, me regaño mi conciencia y por esta vez le obedecí, hoy estaba muy obediente al parecer, -quieres que te diga la verdad siempre eres obediente, eso es lo que te asfixia – que quieres que haga, soy el príncipe es mi deber ser perfecto –crees que besando a esa chica estas actuando muy bien o leyendo textos prohibidos – eeeehhhhh, que haga algo por mí una vez en la vida no es pecado –si fuera una vez, no estarías recreando tan seguido aquel momento –si el patronus de los magos es con recuerdos felices yo tengo derecho a tener mi propia calma con aquel beso - ¿no planeas hablar con ella sobre ese beso?
-porque te distraes tan fácil principito? cuestiono Leah
-no te ha pasado que te pones a hablar contigo misma? Conteste sin más, aunque valla si me alegre de hacerlo, la respuesta de Leah fue una sonora carcajada, y definitivamente ese sonido podía convertirse en uno de mis favoritos, pocas veces se mostraba en confianza para reírse así, a lo mejor si supiera que su risa tenía el poder de alegrar a otros y de que se veía extremadamente bella cuando lo hacía, lo haría más seguido, no pude más me uní a su risa, como si de dos locos se tratara
- parecemos locos, dije en medio de ese ataque de risa
-tal vez lo estamos, contesto entrecortado Leah
Pasaron unos segundos y cuando por fin pudimos volver a respirar bien le pregunte
-¿a causa de que se logró tal milagro de hacerte reir?
-a causa de que va a ser principito, de tu pregunta porque la verdad es que sí, más de una vez he hablado conmigo misma
-vaya suerte la tuya de poder conversar con alguien tan increíble
-muy chistoso, pero a que viene la pregunta, me vas a decir que cuando te distraes así es porque estás hablando contigo mismo sobre como acabar con los distintos y venderte como el mejor postor a los ciudadanos
-si me pierdo hablando conmigo, pero no de lo q crees
- ¿entonces de qué? Acaso de las marcas que tienes en tus brazos y de cómo te las hiciste o hicieron
- a veces, pero no en este momento, te propongo algo ya hice un rato lo que me dijiste, ahora si vamos al jardín y hablamos un rato, tal vez así te enteres que suelo pensar
- está bien, vamos, mi lado curioso es más grande que el razonable, accedió por fin y me ayudo a bajar de la camilla y calzarme
- ¿sabes lo que quieres ser en un futuro? Pregunte en cuanto iniciamos a caminar
- ¿por qué la pregunta?
- porque quiero conocerte, vamos Leah ábrete un poquito
-no no no, aquí no vinimos a hablar sobre mí, si no sobre tus charlas reales
- vale te concedo tres preguntas al respecto y luego será mi turno, le propuse
- eso es trampa, pero acepto, veamos ¿piensas sobre las marcas en tus brazos?, dijo inmediatamente al llegar por fin al jardín