estamos en problemas

LEAH 

LEAH  

tu estuviste para mi principito, y yo se devolver lo que me dan, así que no lo dudes yo voy a estar para ti, habían sido las palabras que le susurre a Alan, era lo que quería decir pero no lo que debía, aún tenía clara mi misión, pero él me había salvado y viéndolo allí, conociendo un poco más de su pasado y de la vida que había tenido que soportar, no me sentí capaz de decir otra cosa, era un poco ley natural, das lo que recibes, pero mi misión no dependía de lo que yo quisiese o pensara, era una obligación, era el destino que me había tocado. 

Nunca me dolió ni me preocupo en lo más mínimo apuñalar a los enviados del rey que pasaban a nuestras tierras, disfrute las peleas con los secuestradores, todos se merecían la muerte y la tortura que pasaron, pero llevaba un tiempo conociendo a Alan y él tenía un truco, no sabía cuál, pero me hacía dudar para llegar a actuar en su contra, era un imán del bien, demasiado noble para despertar odio, demasiado bueno para tener que morir, era un soñador con el alma en fragmentos que merecía más de lo que recibía, no tenía idea si acaso mis emociones estaban regresando y por ello estaba dudando tanto y con los otro no, pero se supone que era imposible ningún hechizo de mi madre podía romperse    

-hasta los diamantes se parten, de lo contrario ¿por qué lo besaste?  

-no lo sé, la monarquía es lo peor, pero Alan, ese principito va a volverme loca  

- ¿ni yo te entiendo y soy tu conciencia? Hablas del destino, pero ahora solo hay Alan por aquí, Alan por allá, Alan por todas partes, con la persona adecuada no hay corazón suficiente me frio o hechizo que valga para detenerlo querida  

-no colabores conciencia, él me salvo, me ofreció el palacio y un buen colchón, me ayudo con el libro, se ofreció a darme una beca, y yo solo debo matarlo, ¡debo matarlo! y no sé cómo, debo, pero ya no estoy segura, debo, pero ya me tiembla la mano para apuñalarlo, debo, pero él no se lo merece, por eso es que ahora solo puedo pensar en Alan, conciencia, no porque me guste o porque vuelva a sentir   

-serás terca, tu solita te vas a dar cuenta de que tengo razón y que estamos en un gran problema  

Claro que estaba en un gran problema, por lo que había alcanzado a escuchar el rey ya sabía dónde estaba la piedra y estaba segura que también conocía sobre las dos restantes, pero dada la situación de Alan no había querido preguntarle nada al respecto, no era el momento, iba mal en todas mis misiones y era momento de regresar al carril y concentrarme, tome aire y me recosté en el cómodo colchón, cerré los ojos y empecé a contar ovejas, cuando iba en la 999 por fin mi cabeza decidió desconectar y descansar un poco, con una nueva tarea agregada a mis misiones: hacer pagar al rey.   

no estaba segura si seguía dormida o si en verdad estaba pasando, pero tres toques en la puerta incomodaron mi sueño, para cualquiera de los dos casos grite  

-adelanteeeee 

tarde al menos seis segundos en procesar que el príncipe estaba enfrente mío con un pijama de seda verde, los rizos despelucados y una sonrisa  

.-¿cómoda? cuestiono acercándose y sentándose a mi lado  

-podría estar mejor, respondí mirándolo a los ojos, era increíble que del chico roto y lleno de dolor de ayer no se viera ni rastro, otra cosa que me indicaba que era muy probable que esto fuera un sueño 

-y que necesita la rosa para sentirse mejor ¿un beso tal vez? 

¿espera que? desde cuando Alan jugaba con eso, aunque ya nos llevábamos mejor no habíamos llegado a tocar el beso que ya había pasado, un error claramente  

-si te encanto 

-para nada, fue muy desagradable  

-esa no te la paso, el beso nos gustó y punto aparte  

-si me gusto el beso y que, ¿algún problema conciencia? 

-de hecho sí, necesitamos otro  

-eres insoportable 

-Leah no te cuesta nada, vamos yo quiero y tú también  

-somos una, conciencia y ya te di la razón una vez, un milagro por día  

pude seguir discutiendo con mi conmigo misma como solía hacer, pero la imagen del príncipe que tenia se inició a acercar hasta quedar a pocos centímetros de mi boca  

en mi contra una sonrisa se apodero de los labios, pero pónganse en mi lugar, ver a Alan actuando así me hacía estar segura de que en definitiva estaba soñando, el nunca llegaría a decirme eso a quien sabe qué hora y acercarse sin que los cachetes se le pusieran rojos, aunque no podía comprobar ese último detalle, le había estado viendo la boca y ya, sin más simplemente me voltee como hubiera hecho en la vida real   

-Leah vamos, estaba hablándote  

escuchaba, era un sueño muy realista, su voz era idéntica, sin embargo, solo imagine que respondía  

-claro claro, cuando estes seguro que puedes hacerme gritar me vuelves a hacer esta propuesta  

una pequeña risa se escuchó y entonces unos labios suaves se posaron en mi cachete en un pequeño pico 

-quien diría que miss "odio la monarquia" le estaría haciendo tal proposición al futuro rey, me susurro la voz en el oído  

¿eso podía pasar en sueño? que cosa tan rara  

-en los sueños todo se vale, fue mi única respuesta  

-esperaaa ¿crees que estas soñando?  

-no creo lo estoy, respondí aun con los ojos cerrados 

-no, no lo estas  

-que sí, esto ya se volvió tedioso, en ningún sueño me han llevado tanto la contraria, si mucho me hubieras besado, sales por la puerta y esta versión mía vuelve a la cama, en pocos segundos me despierto me rio del sueño y vuelvo a dormir, porque me das problemas hasta en esto, regañe al Alan de mis sueños incorporándome 

-podría hacer lo que dices y cumplir dicho sueño, pero claramente estoy hablando con una dormida en este momento y quiero que recuerdes muy bien y que no confundas con un sueño el momento en el que te bese Leah, así que lamento decirte que vas a tener que matarme para que no me ria por el oso que acabas de hacer, pero esto es la vida real, replicaba con una sonrisa de oreja a oreja el príncipe mientras se alejaba al baño y regresaba con un vaso lleno de agua