Un olor a cigaro inundó mis fosas nasales, pero este olor era diferente, una mescla de alcohol, como wishing con tabaco y perfume masculino, ese tipo de mezcla que sabes que no la volverás a oler dos veces en la vida.
—señorita, no debería estar aquí, y menos sola— Una voz rotundo mis odios, por un momento deje de escuchar la musica, el disturbios, fue como si se insonorizada al mi alrededor, me gire lentamente y una cilueta entre las sombras se persebia, apenas lograba ver, solo la coleta de cigarro que estaba encendido.
Sus pasos se acercaban eran lentos, pero precisos, no los pensaba ni los titubeaba, de la oscuridad emergio el responsable de esa voz carasposa, y el dueño de ese olor, la tenue luz del lugar apenas ayudaba á iluminar su rostro pero podía verlo perfectamente, sabia que estaba a escasos sentimentros de mi, su altura fue en lo primero que me fije, y esque era simplemente imposible de ignorar, sin mencionar que tenia que doblar un poco el cuello
Su aura no tenia nada ver con los hombre de esa discoteca, su presencia no llevava un letro que decia, estoy deseperad por ligar era de esos hombres que eran capases de poner a quien sea a que limpie sus pies, y otro para que le de uvas en la boca.
Nustras miradas choraon, fue las que una simple mirada, fue como un laso oculto que se encadenó en mi mirada obligándome a verle aunque no quisiera.
— lady you don't speak espanhis?— debo lucir tan estupida como para que me haga esa pregunta?
Rápidamente mi realidad volvio ami como el golpe del frio viento, recordándome como estaba vestida.
—hablo perfectamente español señor—
Repetir simplemente. Un poco fastidiada la verda.
Primero aquel chico. Dentro y ahora que, otro mas, que mi noche no acabará tranquila?.
Podía sentir su mirada recoriendo todo mi cuerpo, nisiquiera parpadeo o se inmutaba tan siquiera, sus ojos no los despresia de mi, algo era verdad. No podía conpararle con aquel chico de hace un momento, habia algo en el que era mas... mas que diferente. Pero a su vez era tan difícil de describir que queria trasmitir con su mirada.
Sus pasos se ácaros aun mas, dejando solso un metro de distancia, si pude percibir algo mas que su altura, su costoso traje, como se pegaba a su cuerpo de una manera tan fina, sin arrugas sin pliegues, era obvio que estaba echo a su medida.
En este momento me volví a plantear, Deberia correr? O porque seguía a qui, analizando su ropa o como lucia, mis piernas nos se mueven y mis ojos no lo podía dejar de ver, me sentía ipnotisada, embriagada por ese olor, cautivada por esa miraba, ademas no creo que se atrave hacer algo, habia mucho gente a nuestro al rededor.
—Mi lady no deberías estar en estos callejones tan... sola— creo que esto fue lo mas anticuado que alguien me habia dicho en toda mi vida, no sabia si reírme en su cara o simplemente irme.
Dijo lo siguiente mientras exalaba una humo blanco; por el cogarillo, llegando todo a mi rostro, con mi mano intente apartar el humo pero no funciona y lo había inalado y me estaba ahogando con el, si algo odiaba de las personas que fuman, era que siempre, simpre que hablaban contigo te dejaban bañada en su humo, no era para nada agradable.
Sabía que se habia dado cuenta del disgusto de mi cara, literalmente no dejaba de toser como loca.
—Odias el humo?— lo apago sin esperar respuesta, botando el resto.
Nege con la cabeza, tomando aire nuevo. pero su mirada se notaba esa expresión de analizar, me escaneada, talves mi expresiónes corporal, como no dejaba de tocar mi cabello por cuando me sentia incomoda o nerviosa, como mi mirada se perdia y no podia concentrarmeen su mirada. Era como si estuviera enfrente de una máquina de rayos x viendo mas allá que mi ropa interior, sino, viendo mi interior, leyéndome como si fuera un libro abierto.
Aun con la tenia luz, pude apreciar sus ojos, su mirada sus rasgos su postura tan recta que una barilla y su: su cigratris que mantenía resguardado debajo de un parche, pero aun con eso, podia ver cono su cicatris sobre salia un poco por la ranura.
—Lo puedo ayudar en algo?— Pregunte al fin tratabdo de lucir tranquila, pero enserio sentia nervios.
El silencio que reinaba este lugar era réglementé abrumador, entre el y yo, era como si nos mantuvieras en una pequeña burbuja, solo el ruidos de nuestras respiración y de nuestras voces se podía escuchar.
Sin darme cuenta, se acerco en un paso firme, su mano viajo a mi rostro, dejando firmemente un mencho detrás de mi oreja.
Me congelé.
Esa action hizo que mi cerebro se desconectara, su aroma lo tenia aun mas presente; se podía decir que me estaba impregnando de él, su mano, no senti su ni su calor o frío, simplemente no senti el tacto con la piel. Tenía un guate, un guate de cuero negro, que al tacto con mi piel.
Mi golpe de realidad llego cuando Marcos, el novio de Anna, aullo mi nombre, llevándose la atención de casi todos que nos rodeaban.
Mi corazon casi se para, en el instateque note nuestra corta distancia, di un gran paso hacia atrás, intentado no morir de la vergüenza, me gire para encontrame con la cara de orgro de marcos, nisiquiera pude evitar notar mi disgusto, mi rostro reflejaba asco y en mi frente, un letrero "anti-marcos" aparecía.
—Donde está?— pregunto secamente, como siempre lo hacía.
—adentro, en plena pista de baile— dije con un notable asco.
Mi odio por marcos no era algo que surgió de la noche o la mañana, Marcos no era esa fachada de hombre perfecto que Anna siempre me queria pintar sobre el, lo conoció en su primer años en la universidad, eran de esos tipos, que se creia atractivos, pero solo era un puto gordo con cara linda, tatauajes y cara de malandro, que por alguna razon chicas de la Uni de moría el, lastimosamente Anna fue la "elegida " marcos siempre fue un malipulador, patan, grosero, engreido, y como Anna estaba mas que tragads de el , Marcos utilizaba eso a su favor.
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Editado: 25.11.2025