Capítulo 5●

​—Bien, gracias por traerme. No... no debiste molestarte. —Miraba mis manos, entrelazándolas con fuerza debido a los nervios.

​Miré por la ventanilla. La tormenta exterior se había calmado, a diferencia de la que rugía en mi interior. A través del cristal imaginaba un pasado donde mi vida hubiera sido distinta, donde tendría una familia segura y no una cárcel. Pero el reflejo solo me devolvía la imagen de una niña indefensa que suplicaba una relación estable con su padre.

​Llevé la mano a mi cabello, jalando un rizo para enrollarlo en mi dedo; un tic de ansiedad difícil de evitar.

​El silencio me estaba matando. Llevé la mano a la manija, dispuesta a irme rápido, pero su agarre me detuvo. Giré el rostro esperando encontrar sus ojos, pero no me miraba a mí. De hecho, su vista estaba clavada en un punto fijo hacia el frente.

​—Selene, ten cuidado —soltó de la nada.

​Mi frente se arrugó con clara sorpresa. ¿De qué iba esto?

​—¿Qué?

​—solo quiero que estes bien. Por tu bien

​—¿Por mi bien? —repetí, irritada—. ¿Qué sería «por mi bien»? ¿De quién debo protegerme? ¿De algo de lo que no tengo la menor idea o de ti, que ni siquiera conozco tu nombre?

​Mi tono subía con cada palabra, claramente enojada. Las emociones que había guardado durante todo este tiempo me estaban asfixiando; ya no quería quedarme callada. Sentía que no podía seguir con esto, conmigo misma, con absolutamente nada.

​Retiré mi mano de la suya de golpe, recordando lo que debí haber hecho desde el principio: marcar mi espacio personal.

​Él me miró fijamente. Pude ver cómo se curvaba su labio; no sabía si estaba jugando conmigo o a punto de reírse. Se inclinó por lo segundo, soltando una risa breve, similar a un suspiro cargado de burla.

​—Dios, lo siento, Selene. Pensé que sabías —dijo con tranquilidad, conteniendo la risa.

​Su diversión se esfumó al notar la seriedad en mi rostro; lo miraba como si le hubiera salido una segunda cabeza.

​—Perdón, es la costumbre. La mayoría de las veces la gente me conoce. Siento haber asumido que ya lo sabías. —Ahora estaba más que claro que era alguien con dinero.

​—¿Por qué supusiste que te conocía? —Me crucé de brazos, lista para una respuesta.

​—No lo sé. La mayoría de las veces las personas me ubican por Twitter, las revistas... o eso creo. Lo siento. Solo pensé que habrías oído hablar de mí.

—Felicidades por tu popularidad —dije con un tono plano, cortante—. Pero las revistas no me van a decir por qué tengo que tener cuidado ni de qué me estás protegiendo. Así que, a menos que tu nombre sea la respuesta a mis problemas, me da exactamente igual cuántos seguidores tengas. ¿Vas a hablar o me bajo?

—Killian Stone, aun es tarde para decir, encantado de conocerla señorita?— en su tono se escondía algo de sarcasmo. Pero esa parte de no me quedaba bien claro.

Killian Stone.

Repeti ese nombre en mi cabeza, con la simple esperanza de que en algún momento lo había escuchado. Pero simplemente nada aparecia en mi memoria, definitivamente ahora podia buscar en Internet.

—Tu tampoco te presentaste como se debe— lo mire incrédula, en parte tenua razon, pero al final supo mi nombre. —deberíamos estar a mano.— estendio su mano como si recién nos estuviéramos presentado.

Me rendí, la tome y la estreche con fuerza —Selene..— me sentia avergonzado por hacer esto, pero sabia que era necesario hacerlo. Técnicamente nos habíamos saltado todas las leyes a la hora de conocer a alguien .

—¿Te sientes mejor ahora?.

—Por que debería sentirme mas en confianza, ¿Solo por saber tu nombre? — claramente me rei en su cara, por lo irónico que sonaban eso.

Siempre era asi, su rostros mantenía una seriedad que aveces dudaba si era humano o un robot que simplemente no expresaba nada, sus cambio de humor era extraños. Eran inesperados incluso, reía pero era risa no la sentía genuina, la sonrisa no llegaba por completo a sus ojos, pero aun asi, me hacia saber que le divertía ciertas situaciones, esta era una.

Saber su nombre Lo volvía menos peligroso o mas? Era millonario hasta donde tenia entendió, su dinero le servía para ocultarme li cadavre si eso quiere, ahora mismo podia secuestrarme.

Deberia dejr de pensar en eso.

Regrese mi mano a la perilla de la puerta, dispuesta retomar mi huida rapido. Suponía que ahora todo estaba claro entre nosotros, mas o menos, pero almenos temia subnombre y sabia a quien culpar si me psasa algo.

—Me voy— abir la puerta, habia quedado con un pie afuera y una dentro del carro, esperaba algo. Esperaba algo de el? Esperba que me detubiera nuevamente?., no lose, tampo se porque me detuve.

Baje del vehículo y sin mirar atrás, tome mis llave o eso intentaba, mis manos temblaban y el frio me congelaba mis dedos, haciendo la movilidad mas lebta y difícil, hasta que logre abrila, ingrese, intantaneamente mi frente golpeó con la puerta, todavia manteniando una mano en el pomo de la puerta, Killian Stone, ya había tomando una espacio en mis Pensamientos. Cuando queria aparecia y volvia el orden de mi cabeza pastas arribas y luego se iba dejándome con un mar de preguntas.

Me gire observando con atención mi pequeño apartando, rápidamente mis ojos se fijaron en el gabinte de mi cocina, rápidamente mis pensamientos cambiaro al no recordar cuando lo habia utilizando, me acerque y lo cerré. Dios tan cansada estaba que no me acordaba, estaba desconcertada, pero no le di importancia.

Me asome por la ventana. Solo para ver como su carro desaparecio casi al instate y con el de la misma forma mis tranquilidad se iba, no de la forme que ustedes creían, era mas por el echo de que cada vez que aparecia en mi vida, algo dentro de mi, me decia que con cada palabra que intercambiamos, con cada toque, cada roze y cada complicidad de nuestros cruses de miradas, cada dia estaba mas presente en mi vida.

Dejando atrás el lado acosador, dejando atrás nuestras internacionales inesperadas, que se podria traducir como algo mas que solo casualidad, pero que honestamente prefiero llamarlo asi, y no crear historias extrañas en mi cabeza o imaginación.