Loki es autista y tiene habilidades sociales muy limitadas, lo que lleva a que la gente tienda a excluirlo, asumiendo erróneamente que es altivo y egocéntrico. Sin embargo, la verdad es que Loki simplemente tiene dificultades para desenvolverse socialmente.
A pesar de lograr mantener un trabajo estable, estar lejos de su familia lo sumerge en una tristeza profunda. Realmente intenta ser independiente como un adulto debería serlo, pero es una tarea desafiante hacerlo solo.
Intentó entablar amistades en su trabajo, pero sus intentos suelen acabar mal. Solo una persona no lo juzgó por su manera de comunicarse: Mobius. Mobius era afable, con una cabellera rubia y un divertido bigote ochentero. Su nariz torcida le sumaba un encanto divino, y el hecho de que su tema preferido para hablar eran las motos de agua, hacía que Loki se sintiera extremadamente cómodo en su presencia.
A Loki le agradaba su compañía, aunque le resultaba difícil expresarlo verbalmente e incluso facialmente. Disfrutaba realmente pasar tiempo con Mobius y apreciaba poder compartir el interés especial de este último. Sentirse menos solo era reconfortante.
Además, Mobius era el único que no tergiversaba sus palabras. Como aquella vez en que el grupo de Mobius lo invitó a comer asado de cordero, y Loki simplemente expresó su desagrado por esa comida. El grupo asintió con un "entiendo" superficial mientras se disponían a irse, pero Mobius le ofreció otra opción mientras esperaba que los acompañaran.
Durante el almuerzo, cuando Loki necesitaba usar sus audífonos, Mobius a veces se sentaba a su lado. A pesar de que los demás malinterpretaban su actitud como desinterés hacia los demás, Mobius se sentaba con él sin exigirle que se retirara los audífonos.
A pesar de que dos compañeros hablaron sobre él mientras Loki estaba con los auriculares puestos, acusándolo de pretencioso por usar unos caros. Loki se sintió mal ante esa acusación, Loki necesitaba tener una buena calidad en cancelación de ruido debido a su sensibilidad auditiva.
Loki se cuestionaba por qué Mobius lo entendía mientras los demás no. ¿Habría descubierto Mobius su condición de autismo? Loki procuraba que solo sus superiores en el trabajo supieran sobre su autismo, por cuestiones laborales, pero prefería que sus compañeros no lo supieran.
Esto se debía a una experiencia pasada. Cuando era más joven e intentaba interactuar con otros, al revelar su autismo esperando comprensión, solo logró ser excluido. Su hermano Thor le contó que algunos lo alejaban más porque, al ser autista, suponían que prefería la soledad.
Aquello había sumido a Loki en una profunda depresión. No entendía de dónde provenía la idea de que los autistas desean estar solos. Él anhelaba tener personas con quienes compartir su vida. Aunque Thor le aseguraba que siempre lo tendría a su lado, Loki sentía que la actitud de su hermano se debía más a una obligación que a un verdadero deseo de amistad.
Loki anhelaba una amistad genuina, un compañero de días grises y noches sin estrellas. Alguien que compartiera su mundo de silencios, donde las películas en el cine fueran las únicas conversaciones posibles. Buscaba a quien no juzgara su rostro inexpresivo, que comprendiera su saludo desde la distancia, un gesto ensombrecido por la aversión al contacto físico.
Suplicaba por alguien que aceptara sus auriculares como su escudo ante un mundo estruendoso, alguien que respetara sus pausas sociales, sus silencios gritando la fatiga de un alma abrumada. Ansiaba un confidente telefónico, un interlocutor de susurros en una era de palabras estruendosas.
Ansiaba una complicidad que bailara en los márgenes de lo no dicho, que no se mofara de sus percepciones sensoriales, que abrazara su sensibilidad extrema y no se desvaneciera ante su danza entre la inexistencia facial y la sobreactuación expresiva.
Loki navegaba entre sombras, buscando un eco de su propia alma en los confines de relaciones superficiales. Se hallaba encerrado en una prisión invisible, donde la autenticidad era una ilusión y la conexión verdadera, un espejismo distante.
Caminaba entre rostros desconocidos, enmascarados por convenciones sociales, incapaces de percibir más allá de la superficie. Intentó, en vano, descubrir complicidad en miradas ajenas que solo reflejaban desdén o indiferencia.
Cada intento fracasado, cada gesto de exclusión, forjaba una jaula más densa a su alrededor. El rechazo se convertía en un eco sordo que retumbaba en su mente, esculpiendo su perspectiva del mundo en una amalgama de desconfianza y desilusión.
Los muros se alzaban, impenetrables, mientras su corazón ansiaba una conexión que se le escapaba como un sueño efímero. Se convirtió en un espectador solitario en una obra teatral, donde los demás interpretan papeles predefinidos, incapaces de ver más allá del guion establecido.
El mundo se convirtió en un laberinto de desencuentros, donde cada callejón sin salida lo alejaba más de la esperanza de hallar un alma afín. Los espejismos de la amistad genuina se desvanecían entre sus manos, dejándolo sumergido en la oscuridad de una existencia solitaria y sin conexión.
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30 de diciembre del 2023.
814 palabras.
Hola, espero les guste, habrán al menos 10 capítulos.
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