Bajo la Luz de los Suburbios

Capítulo 3

Había divagado por alrededor de media hora y el avión todavía no estaba listo para despegar. Alguien informó por el megáfono del aeropuerto que estaban teniendo complicaciones técnicas, pero que dentro de poco podríamos abordar.

Ahora que ahondaba en mi pasado, volví a recordar que hubo un tiempo en el que me comportaba de manera diferente según a quienes trataba. Durante esa época me había vuelto más reservado con mis amigos del colegio, hablaba con algo más de confianza acerca de mi vida con mis amigos del parque y con Gabriel… Bueno, con él era con quien más variaba mi personalidad. Pero con ninguno era auténtico. Pensándolo bien... ¿Había un yo auténtico en ese entonces? El Frío me había preguntado quién era en realidad, y estuve a punto de contestarle: “Un gay”. Cuando eso no era más que solo una parte de mí. Una que en aquel entonces no quería pero que allí estaba. En fin, tenía una crisis de identidad muy seria y sentía que era culpa de Gabriel.

¿Pero por qué Gabriel había desacomodado tanto mi vida? Me gustaba por razones que no comprendía. Era alguien de quien me había burlado desde hacía mucho. Y si bien había tenido empatía por él, lo había considerado alguien patético desde que supe de su existencia. Entonces, ¿por qué ahora me atraía? ¿Y cómo es que eso había logrado fraccionar mi mundo?

En mis peores momentos lo maldecía, pero al final reflexionaba que no era justo para él. En realidad, mi mundo se rompió en cuanto tuve mi primera vez con Rosa. Aquella había sido una experiencia más traumática que placentera. Había puesto mis esperanzas en que una mujer me iba a “arreglar” y al no suceder lo que esperaba, todo se derrumbó. Si tan solo no hubiera cedido a la presión. Si hubiera aguantado hasta dejar el colegio quizás habría afrontado el peso de saber que me gustaban los chicos en un momento más adecuado. O tal vez jamás lo habría afrontado a tiempo y habría perdido la oportunidad de conocer a Dylan…

Suspiré. A esas alturas de mi vida eso debería dar igual. Todo aquel drama ya había quedado en el pasado. Sin embargo, la carta que había recibido hace un mes me había llevado de vuelto a aquellos días. Los recuerdos eran más vívidos que nunca.

―Mira todo el desorden que causas cada vez que entras en mi vida, Gabriel Dávila ―murmuré.

Después de haberle pedido a Rosa que sea mi novia, decidí alejarme por completo de Gabriel. Lo evité en la escuela y las pocas veces que coincidíamos en nuestro trayecto a casa, le respondía cortante y con poco interés. Creo que comprendió que las cosas habías cambiado. Un día noté que había estado atrás de mí en mi trayecto cotidiano a casa, pero no se tomó la molestia de alcanzarme y hablarme. Admito que me dolió, aunque estaba convencido de que era lo mejor para ambos. Empecé a tener episodios de insomnio. Cada que intentaba dormir los pensamientos que me venían atormentando durante varios días se intensificaban. Entonces, mis visitas nocturnas al parque San Juan se hicieron más frecuentes. Hubo un tiempo en el que no pasó un día en el que no fuera a beber.

―Te ves muy cansado ―me dijo una vez Rosa con auténtica preocupación mientras estábamos a solas en un receso. Ella era una buena chica.

―Ya te he dicho que tengo problemas. ―Había sido algo brusco. No se lo merecía.

―Nunca me cuentas nada de ti, Alan. Siempre dices que tienes problemas pero jamás hablas de ellos. Dime qué sucede. Tal vez pueda ayudarte.

Pobre chica, en serio estaba enamorada de mí. No hacía más que tratarla mal y seguía a mi lado.

―No puedes, Rosa. Escucha, las cosas van a mejorar. Pronto volveré a ser el chico que te gustaba, lo prometo.

―Pero Alan, si tan solo me dijeras qué sucede... ―Me harté de aquella conversación.

―¡Voy a estar bien! ―la interrumpí con hostilidad mientras me alejaba de ella.

Intentaba no lastimar demasiado a Rosa. Siempre que llegaba a un nivel alto de estrés, buscaba la forma de huir de ella.

Durante un esos días tampoco fui capaz de aguantar a mis amigos del colegio. A veces intentaba alejarme de ellos, pero no eran tan listos como para entender que no los quería cerca. "Y pensar me acosté con alguien para seguir teniendo a estos imbéciles cerca… ". Era algo que pensaba muy a menudo.

―Amigo, pareces un muerto viviente ―me había comentado Walter un día en el que estaba especialmente de mal humor―. ¿Acaso Rosa no te deja dormir por las noches? ¡Qué envidia!

―Tu madre es la que no me deja dormir. ―Había sido muy bajo de mi parte. No solía ser así, pero las estúpidas bromas de mi "amigo" me tenían harto.

Los demás chicos no hicieron más que reírse. Walter no tuvo más elección que reírse también. Aunque noté que no le había parecido gracioso en realidad. Él dejó de hacer ese tipo de bromas conmigo por un largo tiempo.

―Será mejor que no te metas con Alan cuando está de mal humor. ―Paolo me dio un golpe amistoso con el hombro después de dar la advertencia.

"Si no fueras un idiota también, casi podría considerarte mi único amigo auténtico de aquí". Él pareció leer mis pensamientos, porque apartó la mirada y en seguida cambió de tema.

Unos días más tarde, mientras volvía a casa, alguien chocó conmigo por detrás. Se trataba de Gabriel. Él se disculpó diciendo que fue un accidente, sin embargo sospeché que lo había hecho solo para hablar conmigo.

―Te ves muy mal. ―Su forma de decirlo me recordó a Rosa. ―¿Pasa algo malo?

Pensé en pasar de largo sin contestarle, pero no pude hacerlo. No comprendía cómo alguien como él se preocupaba por alguien como yo. No eramos importantes el uno para el otro, aunque en nuestras pocas conversaciones había sentido una conexión especial. ¿Es posible que él sintiera lo mismo?

―Tengo problemas ―admití de mala gana.

"Vete, ya he tratado mal a demasiadas personas. No quiero que tratarte mal a ti también". No tarde en comprender que Gabriel no pensaba dejarme en paz tan fácil.

―¿Son muy graves? ―Eso me tomó por sorpresa. Él era muy perceptivo. Había notado que no quería hablar del tema y fue muy precavido. No recuerdo bien cuantos días llevaba sin sonreír, pero volver a hacerlo era reconfortante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.