Bajo la luz de tu mirada

6.-Rumores

Emma

Me había levantado temprano esta mañana, emocionada por la posibilidad de ver a Noah en la universidad. La noche anterior había Sido increíble habíamos conectado bien, sin embargo, al llegar a la universidad, por más que lo busque, no lo encontré por ningún lado tenía la incertidumbre de no saber si no había venido a clases o me estaba evitando.
En la hora del almuerzo me reuni con mi amiga Laura, estaba más sería de lo normal y sentía su mirada juzgadora en mi en cada momento.

—¿A quien buscas? —le dió un mordisco a su sandwich al verme mirar por todos lados.

—¿Has visto a Noah hoy?— pregunte, esperando que ella pudiera darme alguna información.

—No, no lo he visto. Y creo que es mejor así— me dijo seria.

—¿A qué te refieres?— frunci el ceño ante su respuesta y ella suspiro antes de hablar dejando su desayuno de lado.

—Em, he escuchado algunas cosas sobre Noah. Rumores desagradables... sobre que es violento, agresivo. Incluso hay quienes dicen que ha golpeado a otras personas— dijo evitando el contacto visual conmigo, sus palabras se sentian como un golpe en el estómago, pero no podía creerlo.

—¡Eso no puede ser verdad! Noah no es así, lo conocí, es un chico dulce y amable— Laura rodó los ojos como si supiera lo que le responderia.

—Lo sé, Em. Pero estos rumores están afectando la reputación de Noah en la universidad y tenlo por seguro que si continúas con lo que sea que tengan también te afectarán a ti. Es mejor que te alejes por tu propio bien— me quedé en silencio viendo como Laura seguía comiendo, el apetito se me había ido. Volvimos a las últimas horas de clase y pasaron sumamente lentas, como si el tiempo no quisiera avanzar, por fin se hizo la hora de ir a casa, llegué dispuesta a enviarle un WhatsApp a Noah, pero recorde que ni siquiera habían compartido números telefónicos, me tumbe en mi sillón como un globo desinflado. Prendí mi televisor y comencé a cambiar de canal hasta que recorde que el me dijo donde trabajaba, me levanté del sillón para ir a darme un baño pero pare en seco.

—Emma estás siendo demasiado intensa — me dije para mí misma — ¿Que hago? Y si piensa que...¿Lo estoy acosando?— volví al sillón y resople — ¿Si le pasó algo? — me levanté de nuevo del sillón — tal vez necesita mi ayuda... Si... Solo iré al bar casualmente, es un lugar publico, no sería raro si voy sola ¿O si?— camine hasta el baño y me di una ducha al salir, tome unos jeans de mi armario y una blusa negra, según yo así me vería ruda al llegar al bar. Sali de mi departamento y camine unas cuantas cuadras, llegué al lugar y entre, estaba vacio solo un chico de anteojos que limpiaba la barra.

—Buenas tardes— dijo amable con una sonrisa.

—Buenas tardes— conteste y me senté en una de las mesas.

—¿Que te sirvo? — dijo desde la barra, mire el menú colgado en la pared y ví que vendían alitas de pollo

— Una orden de alitas de pollo...— asíntío y lo anoto en una libreta — Y... Una limonada...

—¿Una limonada?— me miró confundido

—Si... Por Favor — le sonreí y el me devolvió la sonrisa y anoto la limonada, se fue unos minutos y después regreso con mi pedido y lo puso en la mesa, se fue a la barra de nuevo a seguir con sus cosas, analizaba el lugar con la mirada, no parecía un lugar de mala muerte, miraba constantemente los ventanales esperando a que Noah apareciera pero nada.
Minutos más tarde, un hombre alto y muy atractivo bajó de un auto negro y entró en el lugar. Observaba con curiosidad, el se me hacía conocido.

—¡Caleb!— dijo el chico de la barra sorprendido.— ¿Cuando regresaste?

—Jacob...¿Sabes dónde está mi hermano? — hablo el hombre preocupado.

—Supongo que en su casa... ¿Pasa algo? — el hombre volteo a verme al darse cuenta que los escuchaba y yo trate de disimular para que no creyeran que era una chismosa.

— Solo necesito hablar con Noah— me atragante al escuchar su nombre, los dos volvieron a verme raro.

—Perdon... — tosi — están picantes — señale las alitas — me recompuse, me levante de la mesa y lleve mis alitas a la barra — ¿Me las puedes poner para llevar? — el chico asintió y fue a la cosina con el plato, el hombre me miraba fijamente, daba miedo, como si en cualquier momento me fuera a arrancar la cabeza.

—Aqui tienes — me dió el plato con tapa y le di un billete para pagar.

—Gracias... — tome mi comida y sali del lugar. Comencé a caminar por la acera con mil preguntas rondando en mi mente, tratando de entender por qué Noah me dijo que era hijo único ¿Estará peleado con su hermano?.— Es que ese tipo si se ve de mala muerte hasta yo lo negaría — hable para mí misma, pasaba por un callejon cuando alguien me jaloneó hacia el interior tapándome la boca con la mano. Cerre los ojos, temiendo lo peor, mi corazon latía con fuerza, sentí la pared fria sobre mi espalda, abrí los ojos lentamente, encontrándome con la mirada reconfortante de Noah, ese brillo especial que había estado esperando ver todo el día. Un suspiro de alivio escapó, mientras mi corazón se calmaba al reconocerlo. Quito su mano con delicadeza de mi rostro y me observo unos segundos acomodando un mechón de cabello tras la oreja. Se apartó de mi y obserbaba fuera del callejón como si se escondiera de algo.

—Noah...— quise preguntarle que pasaba pero con el dedo en los labios me dijo que guardara silencio, de un momento a otro me rodeo con sus brazos, me quedé inmóvil, se puso la capucha de la sudadera que llevaba y por arriba de su hombro pude ver al supuesto hermano pasar con otros dos sujetos, Noah miró de reojo fuera del callejón y al asegurarse que no había nadie me tomo de la mano y caminamos por el callejón hasta llegar a una puerta de metal, tocó varias veces en ella y nos abrió el chico de anteojos del bar.

—¿Y está que? — dijo el chico al verme, entramos a la parte trasera del bar cerrando la puerta tras nosotros — ¿Es tu chivo expiatorio? — me apunto y yo frunci el ceño.



#942 en Joven Adulto

En el texto hay: romace, joven, friendstolovers

Editado: 10.08.2024

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