Bajo la luz de una vela

Bajo la luz de una vela.

Ha pasado un año desde aquella última vez que te vi. Ha pasado un largo y doloroso año.

Creí que, lo que todos me decían era verdad: que con el pasar de los meses te olvidaría, pero no es así. Es todo lo contrario, cada día te recuerdo mas.

Cada día recuerdo, cada uno de esos momentos que vive a tu lado. Los momentos alegres y aquellos que no lo fueron.  

Hace un año ya que marchaste para ya mas nunca volver a mi.

Te marchaste sin enseñarme como arrancar tu amado recuerdo de mi mente. Amado y doloroso recuerdo.

Hoy, un año después, estoy aquí bajo la incipiente y mísera luz de una ya gastada y consumida vela, escribiéndote poemas.

En medio de las tinieblas de la noche te escribo cartas y poemas que jamás leerás.

Recordandando cada momento: esa día que por vez primera te vi, enamorándome a primera vista, con esa hermosa sonrisa que tenías. Recordando nuestras escapadas para pasear por los campos y recoger flores silvestres ¡oh juventud de mis dolores, como te me has ido sin más!

Recuerdo que cada día me decías: “Mi loco poeta" y suspirarabas mientras que yo te recitaba los poemas que durante las noches te escribía.

Recuerdo hoy, bajo esta luz de la vela: aquella tormenta que azoto al pueblo cuando aún eramos unos jóvenes algo inmaduros pero con un amor ferviente, capas de luchar aun contra las inclemencias del tiempo y la naturaleza.

Recuerdo como los truenos y relámpagos de aquella fea tormenta te llenaban de terror y escapastes de tu casa para refugiarte en mis brazos.

Recuerdo que te abrazaba, mientras el pueblo completo sufría bajo los ataques de los recios vientos y los relámpagos golpeaban los árboles en los campos, dando voces los más tenebrosos truenos. Pero mis brazos eran tu refugio, dándote paz hasta quedar dormida.

Recuerdo nuestro primer beso y esa mañana frente al lago cuando te pedí que fueses mi novia y como, con una hermosa sonrisa —esa que me enamoró — me decías que si.

Mi corazón palpitaba de felicidad. Pues ese dia me convertí en el hombre mas feliz del mundo.

Te escribí esta carta bajo la luz de una vela. Y miestras observo la llama del fuego que me ilumina entre estas espesas tinieblas, viajo en el tiempo recordando todo lo vivido a tu lado.

¡Oh amada mía ya ha pasado un año! Y yo hoy recuerdo todo lo que juntos luchamos por mantener este amor y como lo defendimos de una sociedad injusta que nos acusaba de pecados que nunca cometimos.

Recuerdo el día que pedí que fueras mis esposa con un pequeño anillo de diamantes por el cual trabaje como una bestias de carga durante años.

—¿Te quieres casar conmigo? — pregunte.

Y tu me dijiste que si.

Como aumentó mi felicidad aquel día.

¡Oh! amada entre las amadas. Tu amada mía. Hoy recuerdo cada momento, bajo la luz de esta vela y te escribo esta carta que no leerás.

A pasado un año desde que te marchaste y tu recuerdo aun sigue vivo en mi mente. Creo que en realidad jamás te olvidaré y tu recuerdo seguirá conmigo aun después de mi muerte.

Tan jóvenes y enamorados.

Tan enamorados y comprometidos.

Seis meses. Seis meses fue el plazo que nos propusimos para nuestra boda.

Durante meses dimos nuestra lucha inagotable en contra de todos aquellos que se nos oponían y trabajamos para lograr nuestra consumación de amor.

Seis meses y estariamos casados.

Seis meses y confirmariamos nuestro amor.

Confirmariamos que tu eras mías y yo completamente tuyo, mi amor.

Ya ha pasado un largo y doloroso año desde que te marchaste.

Ya ha pasado un año y aquí estoy bajo la luz de este vela, recordandote y escribiéndote poemas. Poemas que jamás y nunca leerás.

Poemas que nacen de mi alma enamorada y dolida, porqué hoy amor de mis amores, hoy conmigo tu nos estas.

Seis meses, solo seis meses y nos casariamos.

Seis meses, donde aquellos que se creian santos y perfectos nos atacaban con sus mentiras. Con ese veneno corrosivo llenos de envidia.

Pero por mas que nos atacaban y acediaban, tu y yo luchamos por nuestro amor.

Pasaron los seis meses amada mía y aquel maravilloso día de nuestras vidas por fin llegó.

Vestida de blanco, te vi entrar a la iglesia.

Vestida de blanco, nos juramos ante Dios nuestro amor.

Vestida de blanco. Vestida de blanco, estabas mucho más que bella, amada mía.

Bajo la luz de esta vela, recuerdo muy claramente cuando nos entregamos tu y yo.

Recuerdo cuando nos hicimos el amor.

Recuerdo como mis labios recorrían cada rincón de tu hermosa piel.

Recuerdo como tus labios besaban cada rincón de mi cuerpo.

Bajo la insípida luz de esta vela, recuerdo como nos entregamos los dos.

Aquella noche consumabamos nuestro amor.

Aquella noche, nos hicimos uno solo, tu y yo.

Y aquí estoy en esta oscura y triste noche, bajo la luz de una vela recordandote, escribiéndote poesías.

Poesías que jamás tu leerás.

Pero aun así, te escribo cada poema y cada carta llena de amor, llena de ese amor que hoy un año después continuá vivo.

Tan vivo como el primer día. Ese dia que te conocí.

Recuerdo cada día posterior a nuestra boda.

Recuerdo cada viaje.

Cada paseó por los campos y valles.

Nuestras constantes e innumerables idas a lagos y parques.

Recuerdo cada libro leído entre los dos.

Recuerdo cada poema que te recite.

Recuerdo cada uno de esos hermosos cuadros que con tanto esmero pintaste.

Recuerdo tu sonrisa.

Te recuerdo a ti.

Bajo la luz de esta pequeña vela, hoy, como ayer te recuerdo.

Recuerdo aquella vez que quedaste embarazada y que estabas muy feliz.

También recuerdo, como lamentablemente perdiste al bebé y lo triste que quedamos.

Recuerdo bajo la luz de esta melancolica vela cuando nos enteramos que ya no podías dar a luz, como llegaste a caer en tan grave depresión que deseabas con todas tus fuerzas morir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.