Confundido por lo que piensa y por lo que le dijo el hombre de la gasolineria, Jan vuelve a dudar de su prioridad, y sigue caminando hasta sentir que alguien lo persigue...
Jan mira hacia todos lados, y luego no presta atención y ve desde lejos su camioneta, pero también ve otro carro detrás del suyo, y dice:
— ¿Qué será?
En ese momento, Jan llega a su vehículo. Cuando ve a una mujer bajarse del otro vehículo. Y pegarle una patada a la llanta delantera del auto de ella.
Jan mira su galón de gasolina que tiene en su mano derecho, y camina hacia donde está la mujer, quien ya está viendo el motor, y se queja a cada instante de su carro.
En seguida, Jan le dice a la mujer:
— ¿Necesita una ayuda?
Idalia mira a Jan, y le responde:
— ¿Si sabes de mecánica?
— Algo.
— Pues, sí, me vendría muy bien tu ayuda.
— No soy un experto, pero me defiendo.
Idalia se hace a un lado. Cuando Jan pone el galón de gasolina en la carretera, y comienza a revisar el vehículo...
Al ver que Jan se demora un poco y que el frio la tiene acorralada, Idalia comienza a decir:
— Todo esto es culpa de Marchal.
Jan mira de reojo a Idalia, y le pregunta:
— ¿Conoce usted al alcalde?
— Él es mi esposo.
— Oh.
— Oiga, ¿será que ya puedo encender el vehículo?
— Ya termino de ajustar unas cuerdas.
— Bueno... tendré que esperar, y todo por esa estatua.
En seguida, Jan le dice a Idalia:
— Encienda el vehículo.
— Bueno...
Idalia entra a su vehículo, y lo enciende de un solo golpe. Sin hacer mucho esfuerzo.
Con mucha alegría por tener su carro encendido, Idalia se baja del vehículo rápidamente, y le dice a Jan:
— Muchas gracias, me has salvado la vida.
— De nada.
— Si necesitas algo solo dime.
Jan coge su galón de gasolina, y le expresa a Idalia:
— Una cosa.
— Soy toda oídos.
— Es que la alcance a escuchar de una estatua.
— Ah, es que mi esposo se mandó hacer una estatua de el mismo. Para ponerla al frente de una caseta que está arreglando, y todo eso lo hace, para que la gente lo adore.
— Eso es idolatría.
— ¿Perdón?
— Que es idolatría lo que va hacer ese señor, es una abominación ante los ojos de Jehová.
— No entiendo de lo que hablas.
— Esa idolatría traerá más problemas al pueblo, tras de que todo esto esta así por él.
Idalia no le presta más atención a Jan, y le vuelve agradecer por su ayuda y se va en su vehículo...
En seguida, Jan va camino a donde está su camioneta, y le echa gasolina a su vehículo, y dice:
— Ese hombre ha sido la perdición del pueblo...
Después de vaciar el galón de gasolina, Jan se mete rápidamente a la camioneta por el frio, y se va a su casa. Pensando también en lo que dijo el hombre de la gasolineria...
Recorriendo la avenida colorado, Jan llega a su casa. Y la mira desde la camioneta, y dice:
— Mi prioridad es servirle a Dios, pero... pero, ¿qué hay de mi familia? Señor, señor, dime si ellos están bien, o dime si los tiene retenido el alcalde...
Jan se baja de la camioneta y abre la puerta del garaje, y entra la camioneta.
Condominio Riverside, Idalia llega a su casa y ve el carro de Marchal, y dice:
— Ahora me va a escuchar.
Idalia se baja de su vehículo y entra a la casa, y le dice a Marchal:
— A ti es que te quería encontrar.
— ¿Qué pasa mujer?
— ¿Qué te pasa a ti? Me dejaste sola con ese capricho de última hora que se te ha ocurrido.
— Solo te pedí que estuvieras pendiente con eso.
— Pues me paso de todo.
— ¿Qué te ocurrió?
— Un tipo me falto al respeto.
— ¿Cómo así?
— Si, me estaba diciendo unos tales elogios muy feos.
— Como se atreve.
— Pero se quedó callado cuando le dije que yo era tu esposa.
— ¿Cuál es el nombre del sujeto que te irrespeto? De seguro que nunca encontrara más un trabajo alguno, deseara no haber nacido.
— No me acuerdo, ya deja eso así.
— ¿Cómo que deje eso así? Nadie irrespeta a la mujer del alcalde y queda sin que le pase nada. Yo voy averiguar quién es.
— Bueno, bueno, lo otro que me paso fue que se me daño un tacón y también se me daño el carro por la avenida colorado.
Marchal toma una copa de vino, y luego le expresa a Idalia:
— ¿Y cómo hiciste para arreglar el vehículo?
— Un joven me ayudo, por cierto... él me dijo que eso que estabas haciendo era Idrolatriar, Ido, idotri, o, ¿cómo es que dijo?
— Idolatría.
— Si, y dijo que eso iba a traer más problemas al pueblo, que eso es una abominación a Jehová.
— ¿Te encontraste con un cristiano?
— ¿Puedes describírmelo?
— Es como de estatura de uno con setenta y cinco o uno ochenta, cabello negro y corto, con ojos claros y bonitos.
— Espera, espera, ese es el que me ataco.
— ¿El que te ataco era así como estoy diciendo?
— Claro que sí.
Marchal saca su teléfono, y le dice a su esposa:
— Ahora dime el lugar preciso donde lo encontraste, voy a llamar a la policía...
Bachman Villege Home, Jan entra en la habitación de sus padres y recorre el lugar. Cuando ve por la ventana de la habitación, un papel que va cayendo en medio de una tímida nieve, y cae encima del correo de la casa.
De inmediato, Jan sale de la habitación de sus padres corriendo, y sale de la casa con mucha prisa. Y coge el papel que esta encima del correo y vuelve a entrar a la casa...
En seguida, Jan abre el papel y lo lee en voz baja:
— ¡En tu propia nariz las personas se pierden!
Jan cierra el papel, y dice:
— Confirmado...
En la mañana siguiente, Jan se pone a orar y luego se baña, y revisa lo que hay en la nevera. Y alrededor de la cocina, y se hace un desayuno con lo que encuentra...