Bajo la nieve de diciembre

El poema navideño

Para Cristina la navidad era quizás la mejor fiesta del año, a pesar de que en su pequeño pueblo las clases no se cancelaban en esta fecha ella disfruta el ir todos los días y respirar el espíritu navideño. Camina por las angostas calles solitarias de Lake y se maravilla viendo cada luz, adorno y guirnalda navideña.
Cristina sueña con ser escritora, desde pequeña siempre ha escrito historias románticas, ama a Jane Austen y Shakespeare, tiene una mente maravillosa y una imaginación inagotable, a pesar de esto su padre jamás permitiría que ella malgastara su vida en una carrera que cualquier otro podría calificar como un pasatiempo, Cristina esta destinada a ser abogada así es y así ha sido siempre.

La clase de literatura puede ser aburrida para muchos, pero para Cristi es el único lugar donde ella puede echar a correr su imaginación y no sentir que pierde su tiempo divagando dentro de su mente, gracias al cielo esa era la primera clase del día.

-El día de hoy tengo preparada una actividad muy especial -dice el profesor- trabajaremos en parejas y cada una deberá crear un poema, lo interesante es que no solo es una actividad calificada sino también un concurso, la pareja ganadora podrá asistir a la gala de la editorial Silky y leer su poema frente a todos durante la ceremonia, esto puede no ser interesante para muchos, pero sé que para un par de ustedes esta oportunidad será oro-dirige su mirada a Cristina.

-Nosotros escogemos la pareja profesor? -preguntan desde el fondo.

-Eso es lo mas divertido, al menos para mi -dice mientras ríe- las parejas las formare yo. Olvidaba decir que la temática a tratar es la navidad así que sean creativos.

La sala de clases esta tan ruidosa como siempre, nadie le da importancia a lo que esta sucediendo excepto Cristina, su mente da mil vueltas y analiza cada oportunidad que este concurso podría brindar, pros y contras todo pasa por su cabeza ¿Qué dirá su padre? Si solo se enterara de que ella piensa en participar pondría la escuela de cabezas.

-Cristina, tu estarás con James creo que entre ambos podrán hacer un buen trabajo- dice el profesor soltando una sonrisa tonta.

James el friki era todo un reto para Cristina, aunque a ella no le gusta ese apodo así es conocido Jamie por toda la escuela, un chico extrovertido sin miedo a hacer el ridículo, con tatuajes, cabello largo y criado por su tía hippie, aunque él era rockero de corazón. Cristina y Jamie se llevan muy bien, extremadamente bien para ser chicos tan distintos ella es todo rosa y pacífico y él es todo negro y duro.  La oportunidad es tan buena que Cristi a penas puede ver lo malo de la situación y como ambos se llevan bien no parece ser una tarea tan difícil.

-Cristina eres una señorita sacada de un libro de Jane Austen, seguro ya tienes todo planeado- dice Jamie mientras se acerca.

-Hola James... solo tengo algunas ideas.

-Claro que sí, tú eres una duendecilla, tienes muchas historias junto a Santa que podrían servirnos de inspiración- dice solo para hacerla reír.

-Lamento informarle señor que mi trabajo junto a Santa es totalmente confidencial- responde siguiendo el juego.

-Disculpe señorita no es mi intención meterla en problemas - dice con una sonrisa que por un segundo deja a Cristina sin aliento.

Jamie era un chico guapo, al menos para Cristina, ambos se conocen desde pequeños fueron amigos en su infancia, pero cuando crecieron uno se hizo popular y el otro marginado, algo que, por supuesto a la familia conservadora de Cristi no le parecía y su amistad se apagó poco a poco, aunque ambos conservan el mismo cariño el uno por el otro que siempre han tenido.

-¿James sabes que esto es importante para mí verdad? -pregunta ella.

-Se que quieres ser escritora mi dulce doncella, pero lamentablemente la escritura no es lo mío y mucho menos la navidad… tú lo sabes.

Los padres de James fallecieron un día 24 de diciembre en un accidente automovilístico, él tenía 4 años.

-Jamie ambos nos conocemos mas de lo que nos gusta asumir -dice Cristina mirando fijamente los profundos ojos de james -aunque yo agradezco mucho el conocerte, creo tu no compartes el mismo pensamiento.

-Eso es porque tu eres solo amabilidad mi doncella -responde.

-No me llames así es extraño… y los demás nos miran muy raro -dice Cristi.

-¡No me interesan todos estos plebeyos y sus pensamientos inmundos, mientras mi doncella sea feliz! Es todo lo que importa -grita James en medio del salón y hace una reverencia.

-Ya basta -dice ella mientras ríe- es vergonzoso.

-De pequeña siempre te gusto que te llamaran así -dice él mientras le quita un mechón de pelo de su cara y lo esconde cuidadosamente atrás de su oreja- ¿Qué hicieron contigo mi dulce doncella?

El corazón de Cristina se detiene por un segundo ¿Qué sucede conmigo y porque me siento así? Se pregunta.

-Ya no somos niños Jamie -responde con un tono triste- y ya no queda mucho de lo que éramos.

Un silencio profundo, pero no incomodo llena la atmosfera por unos minutos, ambos solo se miran el uno al otro y pareciera que no hay nadie mas a su alrededor.

-Puedo ir a tu casa hoy en la noche -dice James apartando la mirada- podríamos analizar de que tratara nuestro poema.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.