Bajo la penumbra

Introducción

La lluvia golpeaba con furia los ventanales del laboratorio, creando una sinfonía inquietante que resonaba en la vasta sala. Santiago revisaba los resultados de su último experimento, absorto en los datos que desafiaban su lógica rigurosa. A unos metros de él, Carolina ajustaba minuciosamente los controles de un sofisticado microscopio, perdida en el microcosmos de células y tejidos.

Ambos compartían una pasión inquebrantable por la ciencia y una férrea convicción: todo fenómeno, por extraño que pareciera, tenía una explicación racional. Esta creencia los había llevado a desmentir numerosos mitos y supersticiones a lo largo de sus carreras. Sin embargo, esa misma convicción sería puesta a prueba de una manera que nunca habrían imaginado.

Una carta inesperada llegó esa mañana, arrastrando consigo el eco de lo desconocido. La misiva, escrita con una caligrafía antigua y elegante, los invitaba a investigar una mansión olvidada en las afueras de la ciudad, un lugar envuelto en historias de terror y desapariciones inexplicables. Santiago y Carolina, intrigados y escépticos, aceptaron el desafío sin dudarlo, dispuestos a exponer la verdad detrás de las leyendas.

Con cada kilómetro que recorrían hacia la mansión, la lluvia se volvía más intensa, como si el cielo mismo intentara advertirles del peligro que se avecinaba. Al cruzar el umbral de la mansión, un escalofrío recorrió sus espinas. No era solo el frío que emanaba de los muros antiguos, sino una presencia palpable que parecía observar cada uno de sus movimientos.

A medida que se adentraban en los oscuros pasillos y las habitaciones polvorientas, Santiago y Carolina comenzaron a experimentar fenómenos que desafiaban toda lógica. Ecos de voces susurrantes, sombras que danzaban fuera del alcance de la vista y una sensación creciente de ser vigilados se apoderaron de ellos. La línea entre la realidad y lo sobrenatural se desdibujaba con cada paso, y pronto se dieron cuenta de que no estaban solos.

Enfrentados a un misterio que escapaba a toda explicación científica, Santiago y Carolina tendrían que cuestionar sus propias creencias y enfrentarse a horrores que nunca pensaron posibles. La mansión guardaba secretos oscuros, y solo enfrentando sus peores miedos podrían descubrir la verdad detrás de los ecos en la oscuridad




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