Bajo la piel del horror

Almuerzo

Lisa, como de costumbre, fue a la escuela y, después de escuchar las lecciones, sonó el timbre, los niños fueron a la cafetería. Después de comer, la niña salió a la calle, decidiendo dar un paseo. Una colegiala estaba sentada en un banco comiendo algo. En sus manos tenía una bolsa de la que emanaba el agradable olor de la carne asada.

 

A medida que se acercaba, preguntó: "¿Es por eso que no comes con todos?"

- Soy nueva y no conozco a nadie, así que como sola, mi mamá me hizo la cena. La muchacha respondió.

- Obviamente, tampoco soy amiga de todo el mundo, pero tengo una amiga Natasha, pero hoy no ha venido.

—Si quieres un pedazo —dijo el recién llegado—

-Por supuesto- respondió Lisa, le tendió un pedazo de carne y lo probó, y le gustó.

 

-¿Cómo te llamas? —le preguntó Karina, ella sonrió.

"Tu madre cocina deliciosamente", Lisa estaba asombrada.

"Si quieres, ella te lo hará", dijo Carina.

—Sí, por supuesto —se regocijó la colegiala—.

 

Al día siguiente, cuando salió al patio, Karina estaba sentada en el mismo banco, con una bolsa en las manos.

"Aquí está esto", su nuevo conocido le entregó el paquete.

Lisa sacó la carne fragante y comenzó a comer, esta pieza resultó ser aún más sabrosa que ayer.

 

- Vaya, eso es delicioso.

"¿Quieres que vayamos a mi casa?", sonrió la niña

 -Por supuesto que sí

 

Después de la escuela, Lisa llamó a su madre y le dijo que se quedaría y volvería más tarde.

 

Karina vivía lejos de su casa, al final de la ciudad, en una casa particular. Desde fuera, es una casa normal. Pero cuando entraron, un olor terrible golpeó sus narices con fuerza. Para no avergonzar a la anfitriona, Lisa fingió que todo era normal. Al entrar en la cocina, el olor insoportable se intensificó. Y había una palangana sobre la mesa, y en ella había un pedazo de carne extraña.

 

"¿Comiste lengua frita?", preguntó Carina

-No, nunca- dijo Lisa, empezando a vomitar

- Es la más sabrosa de las carnes en vano

 

Cuando la amiga abrió el refrigerador, olía a un hedor terrible que la niña se tapó la nariz con los dedos. Cuando se alejó de la puerta, había un gran trozo de carne en el refrigerador. Y a su lado había manos humanas y la cabeza de su mejor amiga Natasha la miraba.

 

"Oh sí, se me olvidó decir que también conozco a Natasha, tuvimos una buena comida", se rió Karina.

"Bueno, ahora te voy a conocer mejor..."

 

 

 

 

 

 



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En el texto hay: horror, místico, historias de terror

Editado: 01.04.2024

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