Siete ahorcados

Esta historia terriblemente aterradora sucedió en Japón, donde los adolescentes decidieron pasar un tiempo en una vieja escuela abandonada. Se evitaba ya que en él vivían fantasmas. Ocho jóvenes acordaron hacer una fiesta.

Cuatro chicas y cuatro chicos se reunieron por la noche en la casa de un chico y se divirtieron mucho. Cuando era pasada la medianoche, comenzaron a entretenerse contando historias terribles. Los chicos decidieron intentar experimentar nuevas sensaciones: pasar la noche en un lugar donde viven fantasmas, asustarse unos a otros en una habitación desconocida.

Había rumores de una escuela abandonada en las afueras de la ciudad, la maldición de este edificio embrujado. Los adolescentes no creían en los espíritus malignos. Querían asustarse mutuamente y hacerse cosquillas en los nervios. Y esta escuela es el lugar más adecuado para ello. Un chico tenía un coche y llegaron a la escuela en él.

Los escolares decidieron recorrer la escuela en parejas, cada pareja caminará por el edificio en parejas, y luego, cuando se encuentren, hablarán de sus sentimientos. Al principio, la primera pareja va, vuelve, cuentan lo que vieron. Luego otro par, y así sucesivamente hasta que todos den la vuelta a la escuela.

Las dos primeras chicas entraron al edificio, pero pasaron 20 minutos y no regresaron. Luego se fue la segunda pareja, un chico y una chica. Pasó media hora y ya no estaban. Los chicos estaban sentados en el auto y comenzaron a sospechar que habían decidido gastarles una broma. Ha pasado una hora desde que la primera pareja se fue. Habiendo dado al chico de la tercera pareja, fuimos a buscarlos. Pasó el tiempo, no aparecieron.

La última pareja permaneció en el auto, una chica y un chico, estaban muy asustados. La chica se puso a llorar, el chico la calmó: iré a buscarlos. Si no estoy allí en 30 minutos, llame a la policía. La niña se quedó sola y se secó las lágrimas. Pasó el tiempo y, desesperada, se puso al volante y acudió a la policía.

La niña llegó a la escuela con la policía, al principio registraron el edificio, no encontraron ningún rastro de adolescentes. Mientras caminaban por la escuela, vieron la puerta del gimnasio abierta desde un lado. Al entrar en el salón, estaba vacío y el silencio sepulcral se congeló en el aire.

Pero cuando entraron en el vestuario, se abrió ante ellos un cuadro terrible, los siete estaban colgados, todos estaban ahorcados. La niña fue interrogada en la comisaría, pero juró que no había conspiración para suicidarse. Era una broma cruel caminar por la vieja escuela.

Un mes después, la policía abandonó el caso, no pudieron probar el asesinato de los escolares. Esta historia fue publicada en un periódico japonés. Explicando esto por la histeria general, la policía afirmó que los adolescentes habían conspirado para suicidarse. Después de eso, nadie de la ciudad viene a esta escuela por la noche.