Bajo la piel del lobo

Capítulo 4.

El aire fresco del bosque me envuelve en cuanto cruzamos el límite de los árboles. El sol apenas filtra su luz entre las copas, creando sombras largas y misteriosas. A mi lado, Eirik camina en silencio, con la mirada fija en el suelo como si estuviera perdido en sus pensamientos. No hemos hablado mucho desde que salimos de su cabaña, pero la tranquilidad es algo extrañamente agradable.

—Entonces, ¿hay algún lugar específico al que quieras ir? —pregunto, tratando de romper el silencio.

Eirik se encoge de hombros.

—Hay algunas áreas más profundas del bosque que podríamos investigar. No suelen pasar por ahí, y si hay algo interesante, será en esos lugares.

—¿"Algo interesante"? —repito, levantando una ceja—. Esa es una forma muy ambigua de describir a los lobos.

—Quizá. —Sonríe de lado, su expresión algo evasiva, lo cual empieza a ser un hábito suyo.

Caminamos durante un rato más, el crujido de las hojas bajo nuestras botas siendo el único sonido que rompe el silencio del bosque. De repente, un extraño crujido nos hace detenernos. Eirik levanta la mirada, y me señala con un gesto.

—Mira.

Me acerco a donde está señalando y lo que veo me deja sin aliento. Un árbol enorme, quebrado por la mitad, yace desplomado en el suelo. Las ramas están desgarradas, y la corteza ha sido rasgada como si una fuerza brutal hubiera atacado. El aire se siente tenso, y un escalofrío recorre mi espalda.

—¿Qué pudo haber hecho esto? —pregunto en voz baja, sintiendo que las palabras me escapan.

Eirik se agacha, observando detenidamente el terreno. Mis ojos se posan en el suelo alrededor del árbol. Allí, en la tierra blanda, hay huellas. No son las huellas típicas de un ciervo o un oso, sino algo más grande y más ominoso.

—Esto es... extraño —murmura Eirik, su tono grave me hace mirar hacia él—. No he visto nada así antes.

Me agacho para examinar las huellas, notando que tienen garras profundas y un tamaño que sugiere una criatura imponente. Una parte de mí quiere retroceder, pero otra está fascinada por la posibilidad de descubrir algo desconocido.

—¿Deberíamos seguirlas? —sugiero, sintiendo una mezcla de miedo y emoción en mi pecho.

Eirik me observa durante un momento, su expresión es intensa, como si un instinto primitivo estuviera luchando dentro de él.

—Sí, pero con cuidado. No sabemos qué más podría estar cerca —responde finalmente, su voz cargada de advertencia.

Mientras seguimos las huellas, Eirik se mueve con una sorprendente agilidad, manteniéndose alerta. Su comportamiento, aunque protector, parece casi instintivo, y no puedo evitar sentir una ligera inquietud. A veces, me parece que sus ojos reflejan algo más que simple interés; es como si entendiera el bosque de una manera que va más allá de lo humano.

—Eirik —digo, deteniéndome—. ¿Estás bien? Te noto... diferente.

Él me lanza una mirada intensa, pero en lugar de responder, se acerca un poco más, como si quisiera asegurarse de que esté a salvo.

—Si, estoy bien

—No me digas que estás asustado.

—No me suena agradable ser la cena de un lobo.

—Tranquilo, traigo en mi mochila un fiero de plata.

Lo veo reprimir una risa. Y vuelve aparecer su encantó.

—Plata. Por supuesto. Estoy a salvo.

—No me gusto ese tono. He leído que puede lastimar a un hombre lobo. Aún lobo común no, es mejor quedarse quieto y buscar un lugar alto.

—Hay cosas en este bosque que no comprendes. A veces, es mejor mantenerse alerta. Mi abuela decía eso, investigadora. Agamos silencio.

Sigo avanzando, sintiendo una mezcla de desconfianza y fascinación. Mientras me sumerjo en el misterio del bosque, Eirik está a mi lado, pero hay una tensión oculta en su mirada.

A medida que la oscuridad comienza a envolvernos, un pensamiento me roza la mente: hay algo en Eirik que no puedo desentrañar del todo, algo que me inquieta y atrae a la vez. Quizás solo sea mi imaginación, o tal vez hay más en él de lo que parece.

Más tarde en este mismo día. Mientras estoy sentada en mi cama, comiendo un trozo de torta de frutilla, hojeo el libro que me prestó. Las palabras impresas en sus páginas parecen desmantelar todo lo que creía saber sobre los lobos. Según este autor, no existen alfas, betas ni líderes; cada lobo es un ser autónomo que elige su propio camino. La elección entre la oscuridad y la luz de la luna es personal, no predestinada. Además, el concepto de almas gemelas se desmorona en su visión. La información que encontré en internet parece superficial, comparada con las profundas reflexiones de este libro. Aquí, los lobos son retratados con una complejidad que nunca imaginé, lo que me hace sentir que lo que sabía antes era solo la punta del iceberg.

—Por todas las lunas. Cada vez me siento en un círculo. Concéntrate.

Me levanto tomando el fibron de mi pizarrón. Escribo la huella que encontramos en la parte noroeste del bosque, los árboles destrozados como si dos lobos hubieran peleado.

¿Existen realmente? ¿Veré a uno?

Tacho un círculo alrededor de esas dos preguntas. No pudimos seguir investigando porque mi tía me llamo que volviera a casa que se estaba oscureciendo. Miro fijamente el libro, no convence. Solo hay pocas páginas de lobo y una de las hojas esta rota, como si la faltará otra parte. Debería hablar con él.

—Miraye —un golpeteo en la puerta me hace ir abrirla.

—¿Si, tía?

—Necesito que mañana te quedes en casa, hasta que vuelva del trabajo. Va a llegar un pedido y tiene que recibirlo alguien.

—Pero...

—Se que es tu hora de cazar, pero solo por mañana, cariño.

—Esta bien. Pero me comeré tu helado.

—Es todo tuyo, buenas noches.

Cierro la puerta recargando mi frente en ella. Así que mañana será un día de cero investigación explorativa. Decido darme un baño e irme directo a la cama. Estoy agotada.

Es miércoles, mi día favorito.

Me despierto con la luz del sol colándose perezosamente entre las cortinas. La casa está en silencio, lo cual agradezco, porque hoy me toca quedarme aquí, esperando el dichoso paquete que mi tía me encargó recibir. Suspiro, resignada, mientras me estiro y me levanto de la cama. Bueno, si voy a estar atrapada todo el día, al menos puedo hacer algo productivo.



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En el texto hay: misterio, lobo, amorverdadero

Editado: 09.01.2025

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