Bajo la sombra de la oscuridad

Capitulo 1 | Entrenamiento duro

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Entrenamiento duro

 

Su sonrisa era el faro que 

iluminaba mis días más oscuros.

 

A medida que se acercaba el día de la competencia, Jaxon y yo nos sumergimos en un intenso entrenamiento, tratando de sincronizar nuestros movimientos y ocultar nuestros sentimientos encontrados. Cada ensayo era una batalla entre la cooperación necesaria y el impulso de competir el uno contra el otro.

Jaxon se deslizaba elegantemente sobre el hielo, ejecutando una serie de giros complicados mientras lo observo desde el borde de la pista.

— ¿Podrías ser un poco menos... llamativo? — Fruncí el ceño con un gesto de seriedad. — No estamos en una competencia individual, ¿Sabes? 

Jaxon se detiene de golpe, sus ojos escudriñan los míos con una ceja arqueada en un gesto de incredulidad.

— ¿Estás sugiriendo que no estoy a la altura, Lyra?

— No. — Suspiro con pesadez, dejando que el aire cargado de frustración escape de mis labios. — Solo estoy sugiriendo que podrías ser un poco más... sutil en tu enfoque.

 

Jaxon arquea una ceja, su expresión de burla apenas contenida detrás de una sonrisa socarrona. 

— Ah, lo entiendo. — Su tono es casi condescendiente. — ¿Quieres que hagamos un par de vueltas lentas y delicadas como si estuviéramos en una sesión de patinaje romántico?

— No, Jaxon. — Ruedo los ojos, mi paciencia está empezando a desvanecerse. — Solo quiero que te centres en nuestra coordinación.

— Está bien, lo intentaré. — Respondió Jaxon con una mezcla de resignación y ligero escepticismo en su tono.

Rara vez, si alguna vez, Jaxon tomaba en cuenta mis peticiones. Era el arquetipo del chico rebelde sacado de un libro, con su actitud desafiante y una constante aura de indiferencia. Apenas lo veía observarme mientras yo patinaba sola en la pista, perdido en sus propios pensamientos o simplemente ignorándome por completo. A pesar de ser compañeros de patinaje, el odio hacia él aún perdura en mí, reviviendo aquellos momentos en los que me saboteó, cuando hizo de mi vida un auténtico infierno.

Con un suspiro, me concentro en retomar mi ritmo en la pista, dejando que el suave deslizamiento de mis patines sobre el hielo me calme. Sin embargo, la presencia de Jaxon sigue pesando en el aire, como una constante recordatoria de nuestros conflictos pasados.

A pesar de mi determinación por mantenerme centrada en mi práctica, no puedo evitar sentir una mezcla de resentimiento y curiosidad hacia él. ¿Qué lo lleva a comportarse de esta manera? ¿Hay más detrás de su fachada de indiferencia y rebeldía?

Después de una sesión de entrenamiento agotadora, nos retiramos a un rincón tranquilo de la pista.

— Bueno, al menos no fue un completo desastre esta vez. — Murmuró Jaxon, limpiando el sudor de su frente con desdén.

— Sí, supongo que no rompiste ninguna de mis costillas hoy. — Respondí con sarcasmo, mirándolo de reojo.

Hubo un breve silencio incómodo mientras nos dejábamos caer en el suelo, cada uno evitando el contacto visual.

— Solo quería decir que... bueno, que podríamos haberlo hecho peor. — Dijo Jaxon finalmente, con un deje de inseguridad en su tono.

— No te preocupes, Jaxon, sé perfectamente cuánto te importa mi bienestar. — respondí con frialdad, sin molestarme en disimular mi sarcasmo.

— ¿Podrías dejar de ser tan sarcástica por un segundo? — Gruñó Jaxon, visiblemente molesto.

— Podrías dejar de ser tan irritante tú también, pero aquí estamos. — Respondí con una sonrisa cínica, sin intención de hacer las paces. 

El aire se llenó de una tensión palpable, cada uno sumido en sus propios pensamientos y resentimientos. Era evidente que ningún gesto de reconciliación estaba cerca.

— Como si te importara eso, Lyra. — Respondió él, con una mezcla de irritación y amargura en su tono. — Lo único que te interesa es la competición.

— ¿Y qué si es así? — respondí, enfrentándolo con determinación. — El patinaje es mi pasión, mi objetivo. No necesito tu aprobación para perseguir mis sueños.

Él frunció el ceño, claramente afectado por mi respuesta directa. Pero en lugar de retroceder, sostenía su mirada con firmeza, dejándole claro que no me dejaría intimidar por sus palabras.

— No puedes negar que tienes talento, Lyra. — Dijo finalmente, con un deje de admiración en su voz. — Pero eso no significa que siempre vayas a ganar.

— Lo sé, Jaxon. Pero eso no me detendrá. — Respondí, con una sonrisa desafiante. — Estoy lista para enfrentar cualquier desafío que se interponga en mi camino hacia la cima. 

— Eres la reina del drama, como siempre. — Replicó Jaxon con amargura, levantándose bruscamente del suelo y dirigiéndose hacia la salida.

— ¿Has estado practicando tus giros o solo buscando pelea? — Le lanzó una mirada penetrante, desafiante.

Jaxon se detiene abruptamente en su trayectoria, girando para enfrentarme con una expresión de desdén.




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