Tressa.
Después de hablar con nuestros padres nos fuimos a nuestras recámaras que compartimos, yo dormía con Septicia y Marcus y Dimitri dormían en otra recamara.
Mientras esperaba que Septicia saliera de nuestro baño yo estaba sentada en el borde de la cama mientras pensaba en todo lo que nos habían dicho nuestros padres, yo no estaba cien por ciento segura de que era real pero una parte muy dentro de mí sabía que todo era verdad en ese momento Septicia salió del baño porque olvidó su ropa para cambiarse así que agarró su ropa que había dejado sobre su cama para volver a entrar pero antes que ella pudiera cerrar la puerta del baño se escucharon ruidos que provenían de la sala, se escuchaba que estaban tirando cosas.
— ¿Qué fue eso? — me pare de la cama con un salto mientras volteaba a ver a Septicia la cual volvió a abrir la puerta ante mi pregunta
— No lo sé, es mejor que vayamos a ver — ella se dirigió a la puerta de la recámara para salir a ver qué estaba pasando.
Los chicos también estaban saliendo de su recámara así que ya los cuatro juntos bajamos las escaleras y caminamos el pasillo que lleva a la sala, cuando llegamos nuestro padres estaban siendo atacados por una especie de sombras yo no buscaba otra palabra más que monstruos.
Todos corrimos para ayudarlos pero esas cosas eran muy fuertes a todos nos hirieron, vi como Dimitri era arrojado contra la pared con una fuerza sobrenatural mientras yo tenía a una de esas cosas sobre mí, no podía quitármelo tenía inmovilizado mis brazos con sus manos con garras las cuales perforaban la piel de mis brazos, esa cosa abrió su boca mostrando sus dientes afilados que cada vez se acercaba más a mi rostro hasta que Marcus le golpeó la cabeza con un pedazo de mueble roto, me logre liberar de sus garras y Marcus me ayudó a levantarme, me giré hacia donde estaba mi padre el cual me lanzó una brújula y por suerte la logre agarrar.
— ¡Váyanse de aquí vayan a Nueva York cuando lleguen la brújula los guiará al lugar seguro! — mi padre en ese momento volvió a ser atacado.
Marcus con el pedazo de mueble fue a ayudar a Septicia mientras yo corrí y me arrodillé al lado del cuerpo de Dimitri inconsciente, lo agite hasta que empezó a abrir los ojos cuando regresó por completo en sí lo ayude a levantarse.
Le di la brújula a Septicia mientras Dimitri toma las llaves del auto, yo intenté ir a ayudar a mi padre pero no pude.
— ¡Marcus sácala de aquí! — le ordenó mi padre mientras trataba de defenderse.
Marcus me cargaro de mi cintura atrapando mis brazos en su agarre.
— Suéltame Marcus tengo que ayudarlo, no puedo dejar aquí a mi padre — forcejeaba y pataleaba para poder liberarme pero no funcionó debido a que Marcus era más alto y fuerte que yo.
Septicia abrió la puerta del auto para que Marcus me subiera en la parte trasera del auto para luego cerrar la puerta y él subirse en el asiento del copiloto mientras yo golpeaba la puerta para salir pero era inutil, peor por que la puerta estaba bajo seguro, Septicia me abrazó por la espalda agarrando mis manos sujetandolas contra mi pecho para no hacerme mas daño.
— Ya basta Tressa mira como ya tienes las manos, no solucionaras nada así nuestros padres son fuertes van a estar bien — su voz sonaba triste yo sabía que ni ella quería dejar a su madre en ese lugar.
Después de avanzar un par de metros me fui calmando por los consuelos de Septicia, en ese momento me di la oportunidad de observar a mi alrededor la carretera era silenciosa de no ser por las luces del auto no se vería nada, Dimitri iba al volante y era obvio es el más responsable de los cuatro.
Todos estamos lastimados pero no eran tan graves no para detenernos en un hospital solo eran unas cuantas cortadas y golpes que con el paso del tiempo se volverían moretones.
El camino a Nueva York fue pesado y largo estaba más que segura de que a todos nos dolía todo el cuerpo por los golpes, nos había llevado 7 horas llegar a nuestro destino ya es tarde, son las 3am y nadie ha dormido, además que la ropa que llevábamos no era la más cómoda porque seguimos con la ropa para nuestra fiesta que no salió bien por lo que nos contaron nuestros padres. Nuestra ropa estaba hecha jirones por los cortes de las garras de los monstruos.
Mientras seguíamos las instrucciones de la brújula nos percatamos que nos estaban siguiendo así que Dimitri aceleró lo más que pudo para que no nos alcanzarán, yo estaba viendo hacia la parte de atrás para ver si perdíamos a los monstruos que nos seguían pero eran muy rápidos, cada vez estaba más cerca de nosotros.
Marcus tenía la brújula y nos dijo que ahora apuntaba hacia el bosque todos nos volteamos a ver por unos segundos pero nadie dijo nada.
— ¡Agarrense! — Dimitri giró el volante provocando que nos salgamos del carril y por ende perdió el control del auto.
Todos gritamos por el movimiento brusco, dimos vueltas en el auto chocamos con piedras que ocasionó que se rompieran las ventanas y después de unas vueltas más el auto chocó contra un árbol que hizo que nos detengamos pero para nuestra mala suerte el auto quedó de cabeza, salimos como pudimos pero no pudimos evitar cortarnos con el cristal roto y lastimandonos más de lo que ya estábamos, todos teníamos mucha sangre en toda la ropa.
“Mañana me sentiré peor, claro si sobrevivo” pensé con sarcasmos