Bajo la Sombra del Zar

Capítulo 4

Dimitri salió de la limusina a la entrada del hospital, no presentaba un aspecto tan espléndido como de costumbre. Además, la falta de sueño le estaba pando fractura. Eran las consecuencias de cambio de horario. Su chófer Georgeo estaba también pendiente de el. La recepcionista lo saludó casi como si fuera el jefe y lo acompañó al cómodo despacho de su amiga para que esperara allí. Pasaron unas horas hasta que llego su amiga la ginecoostetra Margareth Coulter, la directora de la sala de obstetricia y le informo a Dimitri el estado de la joven. 

 

— Creo que esta noche has salvado dos vida, Dimitri —le dijo su amiga — Esa joven tiene los primeros síntomas de hipotermia. Lo mejor que le pudo pasar esta noche fue caerse delante de tu coche. Su Bebé esta bien, y ella podrían haber muerto antes de que amaneciera… Pero en estos momento tenemos problema con ella, esta en terapia intensiva, tuvo problema al dar a luz.

— No puede ser… Pobre joven.

— En realidad Dimitri hoy en día hay más chicas embrazadas que dar a luz y dejan a su pequeños en un orfanato. La joven que traite corrió con suerte.

— Dime Fabiana se salvara la mamá, estaba tan preocupada por su bebé. Ahora con la situación que esta no se que pueda hacer. 

— Como ya te he dicho Dimitri, la bebé esta bien pero su madre esta en cuidados intensivo, lo siento tanto.

— Y no sabe cuanto tiempo llevara allí.

— Esperamos que mejores pronto con el tratamiento que le pusimos, pero no te preocupes que ella se recuperara solo hay que esperar. Otra cosa se llama Anya. 

— ¿Anya? ¿Es así como se llama? ¿Podría ir a verla?

— Puedes pedirle a una enfermera que te lleve a cuidados incentivos y verla Dimitri.

 

Dimitri al entrar en la habitación y ver aquella joven entubada y con muchos aparatos en su cuerpo, se sorprendió mucho. Aquella chica era tan joven y hermosa, en especial con aquellos largos cabellos color rojos como el carmesí y una reguero de pecas en su cara. Era un ángel caído del cielo al cual le salvo la vida a ella y a la pequeña. 

Después de dos día Anya abría los ojos aturdida y con todos aquellos aparatos en su cuerpo recordó el momento que la atropellaron. E hombre que la ayudo, la ambulancia, luego el parto. Le dolía el cuerpo que estaba entumecido, en ese momento se tocó el vientre y lo sintió plano y vacío.

 

— ¡Ayuda por favor...! —fueron sus únicas palabras en ese momento Dimitri la escucha.

— Cálmese vendrá un enfermera a verla.

— ¿Donde esta mi bebé? ¿Dígame donde esta?

— Ya le dije que se calmé, una enfermera vendrá a verla.

 

Anya en ese momento se quiso levantar, cuando dura mano de Dimitri la hace recostar de nuevo. Ella se le queda mirando y le dice con voz suave y aterciopelada. 

 

— Ya le he dicho una enfermera vendrá a verla.

— Solo quiero saber de mi bebé, como estas esta vivo se salvo.

 

En ese momento la enfermera entra en la habitación y le toma las pulsaciones a Anya. Luego le sonríe mira a Dimitri y le dice a ambos. 

 

— Su hija esta bien, esta en cuidados neonatales. Así que pueden estar contesto los dos.

 

Anya frunce el ceño la enfermara pensaba que aquel hombre era el padre de su bebé, pero era el buen samaritano que la rescato en esa noche fría de las calles. Gracia a el ella y su bebé estaban vivos. Anya no puedo evitar llorar mientras cerraba los ojos. Había encontrado a Nikolay y el tenía una esposa, y justo cuando estaba por terminal su embarazo aquel hecho la trastorno tanto. Al igual que su padre cuando la hecho de casa. Ahora se encontraba allí en aquel hospital frente aquel poderoso hombre que tenía carácter fuerte y un magnifico hombre. 

 

— Ahora te sientes mejor. —le dijo Dimitri más cerca de ella. — Ahora que la enfermera te vio, te cambiaran de habitación y allí podrás ver a tu bebé. Que por cierto fue una niña bella como su madre y saludable que espera por su preciosa madre.

Ella se le quedo mirando de nuevo, y le sonrió. 

— Le agradezco todo lo que hace por mi señor.

— Mi nombre es Dimitri y se que el tuyo es Anya.

— Si mi nombre es Anya P… Perdone es Ivanovich.

 

Anya no le dijo su primer apellido porque la familia Petrova era muy conocida, así que le dijo fue el segundo nombre el de su madre Irina Ivanovich. Ella lo miro asustada como si no le creyera lo que le había dicho. Así que ella le sonrió de nuevo y le dice. 

 

— Gracias de nuevo por su ayuda, pero ahora no se como pagar todo esto.

— No se preocupe por todo eso, yo me haré cargo.

— Gracias nuevamente señor.

— Bueno me voy a retirar, vendré más tarde a verla con su bebé ya en brazos.




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