Bajo la Sombra del Zar

Capítulo 9

La luz del atardecer se filtraba a través de las persianas, proyectando sombras alargadas en la oficina del investigador. Anna se sentó frente a él, sus manos entrelazadas sobre su regazo. Había algo en el aire, una tensión que se podía cortar con un cuchillo.

— Buenas tardes, señora. En que puedo ayudarla. Entiendo que está aquí para hablar sobre un caso. ¿Es correcto?

— Sí, eso es correcto. Quiero que me ayude a saber sobre la vida de una mujer llamada Anya, todo sobre su vida.

— ¿Podría describirme más de esta mujer llamada Anya?

— Por supuesto. Anya es una joven que acaba de dar a luz. Quiero que averigüe de dónde salió, todo lo que pueda saber de ella.

— Veo que está muy interesada sobre la vida de esta joven. ¿Hay algo más que no me haya dicho? —El hombre levantó la vista, sus ojos agudos como los de un halcón. — Ya veo que lo que quiere saber es más de ella, o sea que usted no sabe nada de esta persona en cuestión.

— Sí, no sé mucho de ella, por eso acudo a usted para qué la investigué y me diga sobre ella, toda su vida. —el investigador asintió lentamente, su mente ya trabajando en las posibilidades.

— Dime, Anna, ¿ha habido algo inusual en su vida últimamente? Algo fuera de lo común que podría ser la clave de todo esto.

— Me va a ayudar si o no, y dejé de hacer tantas preguntas.

El investigador se puso de pie, su silueta recortada contra la ventana.

— Entonces, eso es lo que haremos, Anna. Investigaremos esta mujer misteriosa. Si esta mujer llamada Anya tiene un pasado, lo descubriremos.

Anna asintió, una mezcla de alivio y ansiedad en su expresión.

— Gracias, señor Iván. No sé qué haríamos sin usted. Gracias por ayudarme a de esta persona, y no se preocupe, estará bien pagado.

Con un gesto de su mano en la babilla, y una ceja levantada le dice.

— Es mi trabajo, Anna. Y no descansaré hasta saber quién es esta mujer llamada Anya.

Anna salió de aquella oficina contenta, pronto sabría quién era aquella jovencita que están viviendo con Dimitri. Y en cualquier momento la enfrentaría, le diría que no se acercara a él. Pero para eso tenía que estar que el investigador que contrato investigará la vida de ella.

Mientras que en la mansión de Dimitri, aún estaba sin familia allí. E iban a pasar unos días con ellos, tal vez como decía Sabrina una semana.

— Mamá y yo pensamos quedarnos una semana, así podemos ayudar con Irina y contigo igual.

— Meda mucho gusto lo que dices, y estoy agradecida por ello. Así podemos conversar más y conocernos.

— Es lindo tener una cuñada, muy bella como tu Anya y una sobrina que nos conquistó el corazón.

— Bueno, ya hemos hablado muchos, así que mejor será que vayamos a descansar. Ha sido un largo día.

— Si señora y muchas gracias por llevarme con ustedes de paseo.

— No te preocupes niña, era la prometida de mi hijo, sé que todavía nos se casarán, pero lo harán pronto.

— Gracias de bueno, señora, ahora me retiro a la habitación, tengo que cambiar a la niña.

Anya sintió que la vida le daba una oportunidad más, además estaba a punto de contraer matrimonio con Dimitri y formar un verdadero hogar. Pero había un inconveniente para Dimitri que tenía que resolver pronto.

— No he podido encontrar a la señora Anna para que le firme los documentos del divorcio.

— Quiere decir que no puedo volverme a casar con Anya, necesito que esa mujer firme esos papeles.

— La verdad, señor, como no se percató de ello, sabe que Anna nunca quiso firmar, solo se fue con la cantidad de dinero que le dio y ahora se encuentra en estos inconvenientes.

— Quiero que la busque bajo las piedras donde sea, y que firme esos papeles del divorcio.

— Tendré que averiguar dónde está metida, esa mujer es escurridiza, a veces aparece y desaparece cuando le da la gana.

— Sé que la vas a encontrar, y cuando lo hagas, que firme ese maldito papel, no quiero saber nada de ella.

— Está bien amigo, la buscaré.

Dimitri estaba furioso por ello, no se había acordado que Anna solo tomó la plata y se largó, sin haberle firmado el papel del divorcio, y aún estaba casado con ella.

Eso lo tenía que resolver muy pronto, ya quería una familia y que mejor familia la que había conseguido frente su auto. Anya era una joven hermosa e Irina un sol. En ese momento entra un amigo de él a la oficina Greco, su fiel amigo.

— ¿Qué tienes amigo que estás furioso?

— Sí, acabo de recordar que Anna no ha firmado los papeles del divorcio y ahora que ha aparecido Anya, quiero terminar mi vida con ella.

— A caray Dimitri y ahora esa mujer era un torbellino si cuando vivía contigo era toda una bomba. Y ahora que no se ha divorciado de ti, va a querer mucho dinero.

— Esa mujer es ambiciosa, demasiado por eso cuando me enteré de su traición y embarazó, eso me molestó.

— Pero tú le hablaste a ella de tu problema de infertilidad.




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