La Tormenta que Nos Encuentra

Una tarde, mientras caminaban juntos por el parque, algo extraño sucedió. Un mensaje llegó al teléfono de Andrés, y su rostro cambió inmediatamente. Mariana notó la tensión en sus hombros y en la forma en que apretó el celular, como si una nueva capa de su vida estuviera surgiendo de repente. Él intentó ocultar la reacción, pero ella lo había notado.
“¿Qué pasa?” le preguntó, preocupada.
Andrés, con voz temblorosa, respondió: “Es algo de mi pasado… algo que pensaba que ya había dejado atrás.”
Mariana, sintiendo un nudo en el estómago, lo miró con intensidad. No estaba preparada para enfrentar el peso de lo que él pudiera contar, pero sabía que tenía que saberlo. Y él, aunque temeroso, sabía que había llegado el momento de revelarle todo.
Finalmente, Andrés le confesó que había estado involucrado en una situación legal complicada años atrás, algo relacionado con un error que había cometido, y que aún lo perseguía. No solo era una herida en su conciencia, sino algo que podía poner en peligro su futuro, si la gente correcta descubría su historia.
El aire entre ellos se volvió denso, y la distancia que ya había comenzado a disminuir, de pronto se estiró de nuevo.