Bajo La Torre De ParÍs

La noche oscura

LA NOCHE OSCURA

 

Me quede viendo el restaurante, decorado al estilo cincuentas, si mucho que agregar más que la decoración en las mesas. Los inversionistas platicaban con tragos en las manos, bastante animados. Eso me daba un aire de paz y tranquilidad. Vi como Michael respiraba un tanto tranquilo al igual que yo.

No eran más de veinte personas, todos vestidos de forma muy elegante, en su mayoría hombres y unas cuantas mujeres que supongo la mayoría de ellas son las esposas de algunos de los señores que están frente a mí.

─Bueno ─ dijo Michael ─, creo que me toca trabajar un poco.

─¿Desde cuando trabajas? pensé que te la pasabas gastando el dinero que las personas hacen para ti ─sonreí.

Lo vi sonreír, tomándome de la cintura para atraerme a él como si quisiera besarme de esa manera tan apasionada que se lee en historias eróticas de esas como las de E.L James o Megan Maxwell. Me mordí el labio como buena seductora que era esperando a que el diera el siguiente paso, pero al contrario de eso susurro en mi oído un:

─Nos vemos más tarde.

Y con eso, se apartó de mí y se acercó con las demás personas dejándome con la falsa idea de que podía pasar. La mente es muy malditamente poderosa, más la de una mujer, supongo. Debería tener una nueva mentalidad menos destructiva de deseos falsos.

Pase la noche platicando con los inversionistas, tomando champagne y riendo a cada chiste que realmente no entendía. La noche se estaba volviendo bastante aburrida y algo tediosa. Yo era más de la idea de la acción: las grabaciones, los vestuarios, ver los pequeños detalles, observar que todos realizaran su trabajo y seguir así poco a poco.

Sentía la mirada de Michael, siempre cerca, nunca lejos. Era una cosa extraña porque me atraía de una manera extraña que no quería dejar ir pero al mismo tiempo tenia a Yong en mi cabeza sin importar que. Era estúpido porque ya me había hecho de la idea que el no era para mí, no en esta vida al menos.

Odiaba sentirme de esta manera como si mi mundo no pudiera avanzar por él. Tenía que dejar ir el pasado y avanzar ¿Pero como avanzar cuando crees que aun hay algo pendiente?

Camine hasta la barra por un trago, lo necesitaba desesperadamente lejos de todos. Sonreí y salude al camarero el cual me dio una copa de Martini seco con dos aceitunas tal y como lo pedí. Le di dos sorbos dando la vuelta para ver como se desarrollaba todo.

─¿Aburrida cariño? ─la voz de Michael me llego de repente como un susurro.

─¿Cariño? ─le di una sonrisa ─. Esa palabra esta un poco sobrevalorada ¿No crees?

─No cuando yo te la digo a ti. Podemos irnos ya si es lo que deseas.

─Te voy a ser muy sincera ─dije encogiéndome de hombros ─. Estoy esperando la siguiente ronda de boquitas, aun tengo hambre y no alcance casi nada de comer.

Michael soltó una carcajada negando con la cabeza.

─Eres única definitivamente. Ven vamos y comemos algo de camino de regreso.

Esa sonaba una idea demasiado tentadora y bastante atractiva. Estaba all in en esa idea.

─¿Te veo fuera en unos minutos? ─lo vi sonreír con picardía. Esta noche no iba a acabar exactamente como había planeado.

─Solo me tomo un Martini más.

─Qué sean dos de ese modo ─tomó asiento junto a mi levantando la mano para llamar la atención del camarero que atendió de inmediato.

¡Sorpresa!

Michael pidió las bebidas en francés. ¿Quién iba a decirlo?  Pero era de esperarse, el tío se ve demasiado intelectual para no hablar francés. La empresa de su padre maneja demasiadas cosas y una de sus sedes esta en este país.

No tomamos uno, ni dos tragos más, terminamos tomando como cinco tragos cada uno, riendo de todo un poco. Salimos del restaurante intentando aun ser decentes pero en el automóvil que nos esperaba afuera no fue lo mismo.

¿Pregúntenme como fue que pare besándolo? No lo sé, todo es un poco confuso. Aun más porque me gusta besarlo con locura. Había dejado de pensar en Yong y todo este ciclo karmatico que estaba jodiendome la vida.

Subimos a su habitación, pedimos servicio a la habitación y una botella de champagne. Brindamos por el éxito que iba a ser el anuncio, la línea de perfumes y la nueva sociedad con esta marca.

─Admito que nunca pensé que papá fuera a hacer una fusión con productos de mujer.

─¿Creíste que solo eran una gran empresa de hoteles? ─estire las manos enseñando el hotel en el que nos estábamos quedando.




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