Bajo La Torre De ParÍs

¡Acción!

¡ACCIÓN!

¡Café! Esa mierda es lo que me hacía falta, un pinche café con un muffin de arándanos. Estaba bien, no tenía ni resaca ni nada por el estilo, peor me sentía desvelada y con mucho sueño. Observe el montaje del primer set, era en un restaurante bastante bonito cerca del hotel en el que nos quedábamos.

Me acerqué a un mesero para pedirle un café cuando vi entrar a Michael. Iba con un saco y una camisa blanca abajo. Tenía una gabardina colgando de su brazo y dos vasos de café desechables. Sonreí al verlo buscarme con la mirada y finalmente encontrándome en la barra donde había todo tipo de comida chatarra, sándwiches, galletas y frutas para el crew.

─Te traje café ─me tendió uno de los vasos que aun tenía la tapita para tomar puesta ─. Esta haciendo frio de las madres, sin mencionar que esta lloviznando.

─¡Si estamos a bajo cero! ─lo peor que me pudo pasar fue no pensar en que la temperatura bajaría en extremo ─. No vine preparada para un bajo cero y eso me preocupa.

No es como si fuera a tener dinero para comprar un saco carísimo para un bajo cero en Champs Elysées. Por lo que esperaba poder ir a una zona más barata y comprarme una chaqueta de frio, no me quedaba de otra. Para ser sincera, no se como voy a lograr ir a comprar algo con el poco tiempo que tengo.

─Estoy seguro yo puedo mantenerte caliente ─lo vi sonreír con picardía y supe que su intención no era prestarme su chaqueta para que no muriera de frio.

─Lindo, pero al paso que vamos y a como está mi tiempo vas a tener que prestarme la tuya ─sonreí ─. Tu puedes quedarte en el hotel metido en la cama, yo estaré trabajando la campaña que te hará ganar miles.

─¿Miles?

─Bueno millones, yo que sé.

─¡Dios mío! ─Michael se llevo la mano a la cabeza ─. ¡Contraté a una persona que no sabe lo que puede generar con su campaña!

Estaba siendo irónico y gracioso al mismo tiempo y eso me saco una peculiar sonrisa escandalosa. Escuche que llamaban mi nombre cerca de las cámaras, de seguro debo de verificar el encuadre antes de comenzar a rodar. Le di un pequeño golpe en el hombro a Michael susurrando.

─Mi trabajo vale miles de millones ─le tire un beso guiñándole un ojo antes de acercarme a Jean el director de cámaras.

─Algo no me convence en la decoración, la siento muy cargada ─dijo Jean señalando la decoración completamente dorada y otoñal.

El perfume era dorado, definitivamente se perdería en la escena. Negue con la cabeza llamando a Beatriz, la directora de arte.

─Demasiado dorado, Beatriz ─señale el perfume al centro de la mesa ─¿Dónde diablos ves el perfume ahí?

─Ok, ahora lo cambio ─era bueno que no me debatiera porque en mi trabajo solia ser bastante insoportable.

─Gracias ─sin decir más me di media vuelta para ver el hermoso vestido blanco que tenía puesto la modelo y me gusto como se veía ella y su traje como de hada de las nieves.

Di media vuelta para ver que opinaba Michael pero ya no logre encontrarlo por ningún lugar, de seguro fue a aprovechar su día en parís o alguna reunión de esas aburridas que dijo que tenía. Le di un sorbo a mi café y me metí a ver todo el montaje, prestar más atención a los detalles y no pensar en todo el sexo que tuvimos en la noche con el señor Torre Eiffel.

Necesitaba concentrarme en mi trabajo, y hacerlo como la vida lo mande. Grabamos durante horas y horas que no me tomé el tiempo de comer o de siquiera ver afuera hasta que…

─¡Carajo! ─gritó Bran ─. Maldita suerte la tuya, Lu. Malita suerte la tuya.

─Si, sí, sí. Super suerte ─estaba demasiado distraída viendo el video de la escena que acabábamos de grabar ─. ¿No te parece que la toma está muy oscura?

─Pon atención, Lu.

Levanté la vista para ver que era el alboroto y murmullos que se escuchaban por todo el lugar. Me acerqué a la ventana viendo como caía la lluvia, lenta, como si estuviera en cámara lenta.

─Acaso es…

─Así es bebe ─la sonrisa de Bran se hizo más grande ─, nieve.

No podía creerlo, estaba nevando y esto era demasiado hiper genial. Ahora solo esperaba que fuera una buena maldita nevada para que mañana pudiéramos grabar en la torre como se debe, con poca nieve falsa y esta natural hermosura fuera todo lo que necesitaba.

─Es mágico ─mi sonrisa era un poema de mierda al igual que la de Bran hasta que recordé ─. ¡Carajo! Voy a morir de frio.

Definitivamente necesitaba ir a comprar una chamarra para ya o definitivamente se me iba hasta congelar la vida si salía sin una para taparme. Puse los ojos en blanco pensando en lo que tendría que hacer en un momento, salir de compras aun cuando estaba evitando a toda costa hacerlo.




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