Bajo las Estrellas de Verano

El susurro del cambio

A medida que los días pasaban, Arletth se encontraba cada vez más cercana a Martín, su colega. Él era un hombre de pocas palabras, pero cada una tenía un peso que resonaba en ella, recordándole lo que era sentirse escuchada y comprendida. En las pausas entre clases o en las charlas casuales en el pasillo, Martín parecía entender lo que Arletth intentaba esconder bajo su sonrisa.
Una tarde, luego de una reunión, Martín la invitó a tomar un café. Era un gesto amistoso, pero en ese momento, significó mucho más. Ambos hablaron de sus experiencias, sueños y fracasos, y Arletth sintió que podía ser ella misma sin el peso de las expectativas. Esa tarde le devolvió una chispa de alegría que creía perdida.
Al regresar a casa, sin embargo, la sensación de culpa la envolvió. Se esforzó por volver a conectar con su esposo, pero la distancia emocional entre ellos se hacía cada vez más evidente. Sus intentos de conversación terminaban en reproches o en largos silencios. Lo que antes fue amor ahora parecía una lucha por mantenerse a flote en un mar de desencuentros.
Al pasar los días, su tristeza se intensificó. Cada intento fallido de reconectar con su esposo la hacía sentirse más sola, y esa soledad le hacía valorar cada vez más el tiempo que pasaba con Martín. En el trabajo, él se había convertido en un apoyo constante, en alguien que la comprendía y la inspiraba a redescubrir quién era más allá de sus roles.
Un día, después de clases, Martín la detuvo en el pasillo y le confesó que notaba su tristeza. "Arletth," le dijo en voz baja, "no mereces vivir sin sentirte amada y valorada. No puedo ser yo quien te haga feliz, pero quiero que sepas que aquí siempre tienes a alguien en quien confiar."
Ese comentario despertó algo profundo en ella. Sabía que no podía huir de sus problemas, ni mucho menos resolverlos solo con el consuelo de otra persona. Pero el simple hecho de sentir que alguien la veía, que alguien la apreciaba en su esencia, fue suficiente para que Arletth comenzara a preguntarse si estaba bien continuar sacrificándose en un matrimonio que la consumía poco a poco.
En el silencio de la noche, volvió a reflexionar sobre su vida y sobre la felicidad que quería recuperar. Era hora de enfrentar la realidad, de decidir si seguir en un camino que la mantenía atrapada o comenzar a construir uno nuevo, aun cuando el riesgo de lo desconocido le provocaba miedo.



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En el texto hay: amistades, crecimiento, amor.

Editado: 06.09.2025

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