⭐Eliana⭐
Hay silencios que no se rompen porque duelan…
sino porque sostienen.Aprendí eso en los días que siguieron.No volví a encender el celular.No respondí mensajes.No busqué noticias.
Él iba a casarse.
Y yo… yo tenía que resistir hasta que pasara.
Cada mañana me levantaba con el mismo pensamiento clavado en el pecho:Cuando todo termine… cuando él ya esté atado a otra vida… volveré. Está navidad ha Sido una de las peores que he tenido que vivir....
Fuera de mi tia,fuera de mi lugar,y con un bebé en camino que no siempre será facil el camino.mañama será treinta y uno y mi pobre corazón destrozada viviría una navidad sin ti,un amor en silencio.
No antes.No durante.No ahora.Porque si regresaba mientras aún había lucha, aún había esperanza…el daño sería irreversible.No solo para mí.Para mi tía.Para Ángel.Para el bebé que crecía silencioso dentro de mí.Mis días se volvieron tranquilos, casi monótonos.Desayunaba temprano.Diseñaba durante horas.Enviaba avances a Ruby.Caminaba por el barrio con Ángel cuando el sol bajaba.La casa ya no se sentía como un escondite.Se sentía… como un refugio.
Ángel nunca me presionó.
Nunca preguntó por Kelian.
Nunca juzgó mi silencio.
Solo estaba.
Y eso… fue lo que más me salvó.
Una noche, mientras cenábamos arroz con verduras y pan caliente, él habló:
—Cuando todo esto pase… ¿qué vas a hacer?
Bajé la mirada a mi plato.
Mis dedos tocaron mi vientre con un gesto ya inconsciente.
—Voy a volver con mi tía —dije despacio—. A la panadería. A mi gente.
Pero no hasta que… —tragué saliva— hasta que él ya esté casado.
Ángel asintió.
—¿Y yo?
Levanté la mirada, sorprendida.
—Si tú quieres… —continuó—. Me iría contigo. Baton Rouge no es mi hogar. Nunca lo fue.
Además… —sonrió apenas— alguien tiene que cuidar de ti y del pequeño.
Las lágrimas me ardieron en los ojos.
—Ángel… no quiero quitarte tu vida.
Él negó con firmeza.
—No me estás quitando nada. Me estás dando un propósito.
Me llevé una mano al pecho.
—Has sido demasiado bueno conmigo —susurré—. Más de lo que merezco.
Ángel se inclinó un poco hacia mí.
—No digas eso nunca. Tú no huiste por cobardía. Huiste por amor.
Y eso… no lo hace cualquiera.
Esa noche no dormí.Me quedé sentada en la cama, acariciando mi vientre, sintiendo ese pequeño latido que ya no era solo mío.
—Tu papá… —susurré—. Tu papá es un hombre bueno. Aunque ahora esté atrapado.
Aunque ahora no pueda elegir.
Las lágrimas bajaron silenciosas.
—No voy a escribirle.
No voy a aparecer.
No voy a romperle la vida.
Respiré profundo.
—Volveré cuando ya no pueda alcanzarme. Cuando ya no tenga que elegir.
Cuando su camino esté decidido… y el nuestro también.
Me dolió decirlo.Me dolió aceptarlo.Pero era la verdad.Los días siguientes, Ruby me envió telas.Sedas suaves.Encajes delicados.Colores que parecían respirar.Mientras cosía, pensaba:Esto también es amor.
Esto también es resistencia.Mi tía me llamaba en clave.
—Mi niña… todo está tranquilo por aquí —decía—. Pero se habla de una boda grande. De mucho lujo.
Yo cerraba los ojos.
—Lo sé, tía.
—¿Cuándo vuelves?
—Cuando todo termine.
Ella entendía.
Siempre entendió.
—Aquí te esperamos. A ti… y a quien venga contigo.
Sonreí entre lágrimas.
—Gracias.
Una tarde, sentada en el porche con Ángel, viendo el cielo teñirse de naranja, le dije:
—Cuando regresemos… no voy a esconderme más.
Él me miró.
—¿Y si él te busca?
Mi corazón dio un golpe.
—No lo hará —respondí con una calma que no sentía—. Ya será tarde.
El silencio se acomodó entre nosotros.
—Pero si algún día… —continué— si algún día se entera… quiero que sepa esto:
que lo amé sin condiciones.
que me fui para no destruirlo.
y que este hijo… —acaricié mi vientre— nació del amor más honesto que he conocido.
Ángel apoyó los codos en las rodillas.
—Ese niño va a estar orgulloso de ti.
Miré el cielo.
—Y yo… voy a enseñarle a amar sin miedo. Aunque a mí me haya costado tanto.
Esa noche escribí una sola frase en mi cuaderno de bocetos:
“A veces amar no es quedarse.
Es irse a tiempo.”
#2874 en Novela romántica
#964 en Chick lit
amorsano, celos distancia amor a primera vista, sueños y magia
Editado: 14.12.2025