-Sasha- toco Lauren la puerta de mi habitación.
-¿Diga? Estoy despierta- respondí apenas abriendo los ojos.
-Señorita hoy es lunes, debe ir a la universidad-
-Enseguida salgo- grite.
Me levante a tomar una ducha, me puse jeans ajustados, camisa fresca y converses, tome mi bolso y salí a desayunar.
Mi padre estaba sentado a un costado del comedor, se levantó repentinamente al ver su reloj.
-Que tengas buen día hija- Nos vemos en cuanto pueda.
-Igualmente padre- le sonreí.
-Por cierto Sasha, iré a USA en unas horas me quedare allá pero prometo venir a visitarte o que tu vayas constantemente, allá me pondrán tratamientos para el cáncer me fue diagnosticado en mi estómago, lamento no decirte antes- se disculpó bajando la cabeza.
-¿Iras solo? Necesitas a alguien padre- refunfuñe
-Vamos hija, sabes que tengo una enfermera, estaré bien cuidado luego de las terapias en nuestra casa de allá, te mantendré informada y cualquier novedad que necesite de la empresa deberás ir- se acercó y me dio un beso en la frente.
-Está bien padre, deja un encargado a las cosas de la empresa, aun no quiero encargarme de eso, invitare a Alice a dormir hoy en casa-
-Está bien hija, saludos a tu mejor amiga, hasta pronto- Se marchó por el lumbar de madera que separaba la cocina del comedor.
Tome mi desayuno y salí de casa a tomar mi auto.
-Buen día señorita, ¿A dónde iras hoy?- pregunto Garry con una enorme sonrisa.
-¡Hola Garry! ¿Podría conducir mi auto hoy yo?- pregunte alegre.
-Por supuesto señorita, que tenga un buen día- Garry me tiro la llave, la brisa se colaba en su cabello negro.
Tome el auto y empecé a conducir, cuidadosamente de no cometer ninguna tontería, apenas sabia conducir. Llegue a la universidad y estacione mi auto.
-¡Sasha!- gritaron a mis espaldas cuando baje del auto, enseguida tenia a Alice como mono en mi espalda.
-¡Alice!- sonreí y voltee a abrazarla.
-¿Cómo estás? Tocamos juntas en clase- saltaba como niñita en un pie, Alice es mi amiga, la rubia y totalmente blanca pálida, preciosa, vestida reluciente, con su hermoso cabello dorado tocando sus caderas.
-Estoy bien, si, lo se recibí tu mensaje anoche, pero estaba ocupada- aparte un mechón de cabello de mi boca y tome los libros del auto, cerré y caminamos a las aulas.
-Tengo un nuevo novio amiga- dijo muy contenta, Alice es extremadamente coqueta y no suele durar mucho con sus novios, es normal conocer uno por mes y doce por año.
-¿De quién se trata?- le pregunte mirando su rostro.
-Se trata de Dean tu mejor amigo Sasha- aplaudió sonriente.
-¿Qué quién? ¿Cómo te atreves? Es mi amigo ¡jaja!- respondí, no me gustaba la idea de que fuera novia de mi mejor amigo, la conozco y sé que no es de tener relaciones a maduras, le romperá el corazón.
Subiendo por las escaleras para entrar a la universidad me tropecé un par de veces con los escalones, mi universidad era un enorme edificio de vidrio, se veían perfectamente las aulas, algunas partes si son cubiertas, pero las aulas no y el comedor queda al aire libre.
-Bueno vayamos al aula, tenemos filosofía, ¿Genial no? Lo que más odias Sasha- Alice reía a carcajadas burlándose de mí.
-Vaya, lo es- puse los ojos en blanco.
Entramos al aula un profesor nos miró de arriba abajo e hizo señas al reloj.
-Permiso- dije entre dientes.
El profesor nos dirigió una mirada intimidante, apenas llegábamos y creo que ya un profesor nos odiaba solo por el simple hecho de haber llegado tarde, varios de nuestros compañeros voltearon a verme de tal punto que me sonroje.
-¿Quién sabe de un gran filósofo? A ver qué tal si las que llegaron tarde responden- sugirió el profesor sentándose en su escritorio, poso la barbilla sobre una mano esperando nuestras repuestas.
-Aristóteles, quien formulo la absurda teoría de la generación espontánea- respondí en tono arrogante.
-Bien, es ese su punto de vista señorita, muchos creemos en esa teoría-
-Shasha ¿Qué demonios te pasa?- susurro Alice a mis espaldas.
-Solo digo la verdad, aquí hay libre expresión- murmure.
El profesor solo discutía con los estudiantes la razón por la cual debíamos creer en la generación espontánea y yo me sentía totalmente indignada de no poder llevarle la contraria.
Al salir de clases estaba sumamente cansada de oír las teorías absurdas de mi profesor de filosofía y luego de hablar de la moneda en economía mundial, por un momento está altamente agotada mentalmente y tenía mi cita con Andrew.
-Alice debo irme tengo una cita esta noche con Andrew, ¿vendrás a mi casa?- le pregunte en la puerta del aula.
-Yo también tengo una cita con Dean así que si, iré a tu casa y de allí le diré que pase por mí, me quedo esta noche contigo Sasha ¿Vale?-