Clara Dubois, una destacada médica forense, se sumerge en su rutina diaria en el frío sótano de la morgue de la ciudad. Su vida está perfectamente controlada: trabajo, investigaciones y ocasionales charlas con su gato, único testigo de su soledad. Hasta esa noche.
En la penumbra del laboratorio, Clara recibe un cadáver anónimo, etiquetado como "Caso 374". Es un hombre de mediana edad, con heridas profundas que indican un ataque violento. Clara inicia la autopsia, pero algo no encaja. Los cortes son demasiado precisos, como si hubieran sido hechos por alguien con conocimientos médicos.
Mientras examina las uñas del cadáver, encuentra algo sorprendente: un rastro de piel bajo ellas, arrancado durante un forcejeo. Intrigada, Clara envía las muestras para análisis de ADN, como dicta el protocolo, y decide dejar el caso por esa noche.
Horas después, cuando Clara está en casa revisando algunos informes, recibe una llamada urgente del laboratorio. La técnica de genética está al borde del pánico. "Clara, no sé cómo decir esto, pero... el ADN que encontramos bajo las uñas es tuyo."
El mundo de Clara se detiene. Confusa, busca excusas: un error en las pruebas, una contaminación accidental. Pero antes de que pueda procesarlo, dos policías llegan a su puerta.
-Clara Dubois, queda arrestada por el asesinato de Alexandre Bellier -dice uno de ellos, mostrándole un archivo con pruebas.
El archivo contiene algo que hace que la sangre de Clara se congele: imágenes de cámaras de seguridad en las que aparece ella, claramente, en la escena del crimen. Pero Clara está segura de algo: nunca ha estado allí.
Mientras la conducen esposada a la comisaría, su mente gira en mil direcciones. ¿Cómo es posible? ¿Quién está detrás de esto? La última frase de la técnica de genética resuena en su mente como un eco: "No solo era tu ADN bajo las uñas... también estaba en el arma homicida."
En el asiento trasero del coche policial, mientras observa las luces de la ciudad pasar como un torbellino, Clara toma una decisión: no solo probará su inocencia, sino que descubrirá quién ha robado su identidad y por qué.
Clara alza la vista al espejo retrovisor del coche policial y murmura para sí misma:
-Si voy a caer, me llevaré al verdadero culpable conmigo.
Editado: 07.01.2025