Bajo piel ajena

E16: El silencio

El refugio improvisado era un viejo búnker subterráneo, alejado de cualquier civilización, donde las paredes parecían absorber cada susurro. Clara, Gabriel y Adèle estaban sentados alrededor de una mesa, con los nuevos aliados que habían aparecido la noche anterior: tres figuras desconocidas, lideradas por el hombre que había entrado en la cabaña.

—Mi nombre es Nathan —dijo él finalmente, rompiendo el tenso silencio. Su voz era grave, pero tranquila, como si cada palabra estuviera medida. —Somos un grupo que ha estado investigando a EvoGene durante años. Lo que estás enfrentando, Clara, es mucho más grande de lo que imaginas.

Clara lo miró, sus ojos brillando con una mezcla de desconfianza y curiosidad.—¿Qué quieres decir?

Nathan deslizó un archivo sobre la mesa hacia ella.—Tu madre no solo estaba relacionada con EvoGene. Era parte del proyecto que te creó.

El aire pareció escapar de la habitación. Clara sintió como si le hubieran golpeado en el pecho. Gabriel se inclinó hacia adelante, su expresión endurecida.—¿Qué demonios significa eso?

Nathan no apartó la mirada de Clara.—Significa que tú no eres un accidente. Desde antes de tu nacimiento, ellos ya te habían elegido para ser el núcleo de sus experimentos. Eres el resultado de algo… único.

Clara negó con la cabeza, su voz temblando.—Eso es mentira. Soy una persona, no un experimento.

—Eres ambas cosas, Clara —respondió Nathan, con una firmeza que hizo que su corazón se encogiera.—Y EvoGene hará lo que sea para recuperarte porque sin ti, su investigación no tiene sentido.

Gabriel golpeó la mesa, interrumpiendo.—¡Basta! No tienes derecho a decirle esto de esa manera.

Pero Nathan lo ignoró, sacando otro documento del archivo. Era una fotografía de un laboratorio, y en el fondo, Clara reconoció algo que la hizo contener el aliento: una cápsula, con líquido burbujeante en su interior, y una figura humanoide flotando dentro.

—Esto fue hace más de veinte años —continuó Nathan, con los ojos fijos en ella.—Tu madre intentó detenerlo, pero cuando se dio cuenta de lo que significabas para ellos, desapareció contigo.

Clara sintió que las lágrimas amenazaban con salir, pero las contuvo. Todo dentro de ella gritaba que debía levantarse y huir, pero su cuerpo estaba congelado. Adèle, que había estado en silencio, finalmente habló.—¿Y qué significa eso para nosotros ahora?

Nathan la miró, como si esperara esa pregunta.—Significa que EvoGene no se detendrá. Y que Alexandre no estaba mintiendo del todo. Él sabe más de lo que parece, y si lo ignoramos, estaremos perdiendo una pieza clave del rompecabezas.

Clara se levantó de golpe, alejándose de la mesa. Su respiración era errática, y su mente no podía procesar todo lo que había escuchado. Gabriel se acercó a ella, intentando consolarla.

—Clara, no tienes que enfrentar esto sola —susurró, pero ella retrocedió, como si su toque la quemara.

—¿Y cómo puedo confiar en alguien? —preguntó con la voz quebrada. Sus ojos se posaron en cada uno de los presentes, cargados de desconfianza.—¿Cómo sé que ninguno de ustedes me está usando?

El silencio que siguió fue ensordecedor. Nathan bajó la mirada, y hasta Gabriel parecía incapaz de responder.

—Clara… —intentó decir Gabriel, pero ella lo interrumpió.

—Déjame sola —dijo, caminando hacia uno de los pasillos oscuros del búnker.

Las sombras la envolvieron mientras se adentraba en el laberinto de corredores. Su corazón latía con fuerza, pero había algo más. Una sensación extraña, como si alguien la estuviera observando.

De repente, una voz rompió el silencio, suave y apenas audible.—Clara…

Ella se giró de golpe, su espalda contra la pared. Su mano temblorosa buscó el arma que llevaba en el cinturón.

—¿Quién está ahí? —preguntó, su voz apenas un susurro.

No hubo respuesta, solo el eco de su respiración. Avanzó lentamente, con la pistola apuntando hacia adelante. Las luces parpadeaban, creando sombras que parecían moverse.

—Clara… —la voz volvió a susurrar, esta vez más cerca.

Giró la esquina y se encontró frente a una pared de espejos rotos, reflejando su rostro en fragmentos distorsionados. En el centro, alguien había escrito algo con lo que parecía ser sangre.

“La verdad está más cerca de lo que crees.”

Un escalofrío recorrió su espalda. Antes de que pudiera reaccionar, una mano salió de las sombras y le arrebató el arma.

—¡No confíes en nadie! —susurró una voz al oído, y luego, la figura desapareció tan rápido como había llegado.

Clara quedó temblando en la oscuridad, con las palabras escritas en el espejo grabadas en su mente. ¿Qué significaban? ¿Y quién estaba detrás de todo esto?

Mientras regresaba al grupo, sintió que algo había cambiado dentro de ella. La paranoia comenzaba a consumirla, y una sola certeza se afianzaba en su mente: estaba completamente sola.



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En el texto hay: suspenso, #romace, morgue

Editado: 17.01.2025

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