★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 35 ★
Charlotte
Estar acostada todo el fin de semana es mi modo de ser. Inicio de un nuevo día, una nueva semana, nuevo drama en mi vida, nuevos dolores, y muy pronto nuevas cicatrices a mi corazón... si es que logró superarlo.
Varias horas atrás...
- No puede ser. -Dijo dándose media vuelta, al saber por medio de mi silencio que no confió en él.
- No tienes que enojarte por eso, apenas comenzamos y-
- Realmente me duele el que no confíes en mi cuando nos conocemos desde que tienes 8 años. -Me interrumpió.
- Y nos distanciamos cuando cumplí 13 hasta hace poco, y ahora no se si has cambiado- Me volvió a interrumpir.
- He cambiado-
- Pero no sé si para bien o mal. -Esta vez yo lo interrumpí.
- Tienes razón -dijo- tampoco sé si tú has cambiado para bien. -quiero sonreír porque admitió que tengo razón - ¿entonces porque estar juntos si no nos conocemos?
Allí se fue mi sonrisa, o el intento de una.
- No bromeo cuando digo que necesitamos primero ganarnos la confianza del otro. -Dije.
- No confías en mí, no estés conmigo. -Él es tan terco, tan malo y aun así lo veo atractivo cuando está de mal humor.
- Dame 1 razón por la que yo tendría que confiar en ti, después de alejarte de mí por más de 4 años.
Por supuesto comenzó a acercarse a mí, logre encontrar las fuerzas para dar un paso atrás y repetir:
- Solo una razón, dije. -Eso le puso un alto.
Y no sé qué más me lastima... si el hecho que no duramos ni una semana como pareja o el que no encuentre la respuesta a mi interrogante.
Intenté tragarme el nudo que comenzaba a formarse en mi garganta, pero se me fue imposible. Siempre tomo como una señal el nudo en mi garganta, una señal que estoy a punto de romper en llanto.
En mi caso ya es costumbre romper en llanto por las noches hasta quedarme dormida, y en el día mi intento fallido pero creíble de felicidad.
- No hay respuesta a tu pregunta -dijo serio o enojado- pero si hay suficientes motivos para que terminemos porque esto -me señalo a mí y luego a el mismo- claramente no funcionará jamás.
Definitivamente quiero romper en llanto, desahogarme. Pero no frente a él.
- Tu no terminas conmigo, soy yo quién termina contigo.
Una vez que di la media vuelta, pude ver como Christian estaba ¿en shock? parado a una distancia lejana pero cercana a la vez de nosotros.
Lo único que quiero en estos momentos es un momento lejano de todo y todos.
Mi casa. Es el primer lugar donde me siento segura, y mis padres no están en casa y Georgina tampoco ya que pidió permiso para el día.
¿Pero no puedo irme así no más? Si por mi fuera obviamente solo me iría, pero no me dejarían a menos que...
Poco después...
- Necesitas descansar, te dejare 3 días para que te quedes en casa.
Tuve la maravillosa idea de fingir que estoy enferma, venir a la clínica y que me den una incapacidad.
No me costó fingir dolor porque ya lo tenía, mi rostro estaba seco de lágrimas y mis ojos cansados de llorar.
- Esta bien, gracias por atenderme.
- No hay de que, llévale esto a tu profesor titular para que te lo firme, toma tus cosas y puedes irte a casa.
El Sr. López es mi titular y estarlo buscando es terrible. Busqué en la otra sección y afortunadamente estaba ahí. Toque la puerta y el me hizo una señal de "Pase".
Olvido muchas cosas, pero entrar al salón de la persona que dejo de ser mi pareja hace poco, es un poco incómodo.
Su mirada estaba perdida, hasta que el profesor dijo:
- ¿Todo bien sita? Miller? -Pregunto preocupado, supongo que me veo terrible.
No quería hablar, así que solo le di el papel donde estaba mi incapacidad. El entendió y lo firmo en el momento.
- Espero que se recupere. -Dijo, mientras me lo daba.
- ¿Estas bien? -Pregunto Alex. Agradecería su preocupación, si no supiera que el tipo tiene doble cara.
Después de volver a recordar todo eso, llevo mi almohada a mi rostro y lloro.
Dicen que llorar nos ayuda a desahogarnos, liberar, pero yo lo hago y aun así siento la necesidad de tener a alguien quien me escuche. A una persona a quien llamar amigo y que me escuche.
Pero necesito levantarme porque ya son las 2 de la tarde.
Si, realmente adoro estar en mi cama llorando por todos los motivos que están en mi vida.
El timbre.
Alguien debe estar esperando en la puerta, esperando a que la abra y espero que sea mi pizza de pepperoni.
La pizza y hamburguesa son mi perdición. Y en estos momentos lo necesito.
Baje en mi pijama con el dinero y propina.
- Más de 30 minutos después vino. – Dije mientras abría la puerta.
- Las clases terminaron hace 10 minutos. – Dijo su dulce voz.
- ¿Qué haces aquí?
- Vine a ver si estas mejor. – Dijo Joshua.
- Eso a ti que te importa. -Dije cerrando la puerta.
- ¿Por qué estas enojadas?
- ¿Tienes el descaro de venir?
- Oye, no entiendo que está pasando. Así que explícame.
Soy yo o ¿fue una pesadilla cuando él estaba terminando conmigo? No estoy loca.
- ¿Qué acaso no terminamos hoy en la mañana?
- ¿No leíste mi nota cierta?
- ¿Cuál nota? -La pena me invadió.
- Se supone que estábamos fingiendo cuando cortamos, necesitaba que Christian no supiera que estamos juntos.
Todo este tiempo que estaba deprimida fue por un motivo falso.
- Oh nena, me hubieras dicho desde un principio. -Dijo acercándose.
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Editado: 27.03.2022