★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 36 ★
Joshua
Escuché el sonido de la puerta abrirse y solo segundos después también cerrarse.
Y yo estaba pisando el 5 escalón... no sé si me estará observando o no, pero preferí quedarme quieto.
Porque a ella le llamara la atención un objeto que se esté moviendo a que uno que no.
Cuando volví a ver ella estaba buscando algo en su bolso y hablando por teléfono. Esa fue mi oportunidad para subir a la habitación de Charlotte.
Su casa no sigue siendo la misma, le han agregado detalles a la casa y cambiado la decoración de esta, sin embargo, recuerdo donde estaba la habitación de ella.
Abrí la puerta de la que había creído que era su habitación, pero estaba con llave por lo que no podía ser esta.
Miraba las 6 puertas mientras intentaba adivinar donde estaba la habitación que buscaba.
- ¿Qué estás haciendo aquí? – Cuando ella estaba enojada siempre pensaba que parecía a un cachorrito pensando, hasta cuando está enojada se ve tierna.
- No encuentro tu habitación. – Dije.
- Ven, esta es. – Dijo mientras me guiaba a su habitación de la mano, cuando abrió la última puerta del pasillo supe que ese era su cuarto.
Jamás quito las estrellas de su techo, ella realmente ama verlas brillar.
- Quédate aquí, pensare en algo.
- ¿Qué hacen tus papas aquí? -Pregunte.
- Vinieron a almorzar, porque olvidaron un par de portafolios en su despacho. – Dijo y cerró la puerta.
Realmente adoro el tipo de imaginación que ella tuvo para decorar su habitación.
En su mesa de noche aún está el peluche que le regale de cuando éramos niños. En su pared tiene un detallado mural de fotografías que recorren la línea de tiempo desde que tiene 6 años hasta ¿el viernes?
El día en el que fue la fiesta del 14 ella tiene una foto con Alex. Ambos estaban en sus trajes de baño sentados en la orilla de la piscina.
Debería sentir celos, pero en ese oscuro día yo estaba con Elizabeth y ella solo se la pasaba bien con alguien que fue su amigo.
Sigo observando la habitación de ella, prestando atención a cada detalle posible porque una característica de mi es prestar atención.
Y una vez leí que las habitaciones demuestran la personalidad de su dueño. Yo sé cuál es la clase de personalidad de Charlotte, pero a lo largo del tiempo puedo decir que ella ha cambiado para bien.
- Si ordene mi habitación, mamá. -Oí que venía acercándose Charlotte. Y menciono a su mamá, lo que significa que...
La puerta se abrió y ni si quiera me dio tiempo de esconderme bien.
Charlotte
Mamá abrió la puerta de mi habitación y entro en ella para corroborar que si había ordenado mi habitación.
Entre después de ella y por extraña razón el logro esconderse antes que ella entrara.
Mi mamá reviso mi armario, miro detrás de la puerta, entro a mi baño abrió la ventana y miro debajo de ella.
Es extraño revisar que he limpiado mi habitación.
Las mamás lo saben todo, y el modo no es importante.
Esta frase vino a mi mente, ¿Qué tal si mi mama si lo logro ver? Y por eso vino a ver "si ya había ordenado".
- No tienes nada que ocultarme ¿cierto Charlotte? -Pregunto seria.
Es oficial, si lo sabe.
Si van a mi funeral es obligatorio las rosas de color rojo.
- No mamá. Eres mi madre y sabes cuando no estoy mintiendo, este es un momento en el que no lo hago. – Probablemente eso funcionó porque salió de mi cuarto diciendo que fuera a almorzar.
- Ahorita voy. -Sabía que Joshua no se había ido, mi mamá ya me ahorró el trabajo de buscarlo en la mayor parte de la habitación.
- Joshua, sal ya. Mamá se ha ido. -Nadie se siente bien mintiéndole a nuestras madres, pero tampoco nos sentimos cómodos explicándole a detalles ciertas cosas.
- Creo que se quedará un buen tiempo, nena.
- No, solo almorzarán y se irán de nuevo al trabajo, hasta ese entonces vendré mientras tanto te quedaras aquí.
- Como digas, nena. Revisaré tu habitación mientras tanto.
Lo fulminé con la mirada, y el entendió.
Baje a almorzar, y por supuesto que no en pijama.
Papá ya había servido mi comida, pero a mí no me gusta comer mucho así que, empiezo a comer lento para que ellos terminen antes que yo.
Cuando por fin terminaron mamá salió de la casa y fue al auto, después de buscar por lo que venían salió mi papa. Estaba por cerrar la puerta cuando papa me interrumpió:
- Perdón por gritarte anoche, ¿aún eres mi princesa, cierto?
No soy una persona a la que se le pasa rápido un enojo, pero con mis papas soy otro mundo.
Lo abracé y el me correspondió.
- Suerte en el trabajo, papá.
Una vez ya cerrada la puerta, fui al comedor. Tomé el plato que tenía más de la mitad de la comida, tomé un poco más y subí a mi recamara para darle mi comida a Joshua.
Él se la comió sin ningún tipo de comentario, excepto por sus locuras.
- Hey, tengo que irme.
- Entiendo, nena. Yo tengo que ir a cumplir con un encargo ¿tu?
- Voy a ir a hacer ejercicio. – No era mentira, los días que no tenía entrenamiento, salgo a correr o voy al gimnasio.
- ¿Cada cuánto haces ejercicio en la semana? -Preguntó.
- 4 días. – Admito que esta vez, si mentí.
Hago ejercicio toda la semana.
- Eso es bueno, me gusta que quieras vivir por mucho tiempo. -Ni si quiera mencione nada al respecto, porque esa no es la razón por la que hago ejercicio.
Poco después...
Después de que Joshua se haya ido quien sabe a dónde, cambie mi ropa para salir de mi casa.
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Editado: 27.03.2022