Bajo Tus Estrellas [#1]

Capítulo 41

 Bajo tus estrellas ★

 Capítulo  41

Charlotte

Déjame darte mi décimo consejoSi tienes emociones negativas encontradas o por primera vez en tu interior... haz de eso tu mejor arma para defenderte.

Es decir... no te digo que acumules odio, te digo que ese sea el motor para seguir adelante. Tal cual yo lo estoy haciendo.

Supongo que el inicio de mi año fue poco convencional, y estoy consciente que el drama en mi vida comenzó desde esa fiesta del 14, comenzó con él.

Sin embargo, supongo que después de tantas heridas que la mayoría desconocen motivos, es hora de ignorarlas.

Después de lo de ayer, las chicas de mi Instituto deben tratarme como un cero a la izquierda y los chicos ni quiero imaginarme.

Ya que no pude dormir nada, subí al techo de mi casa a observar el amanecer desde ese momento hasta las 5 de la mañana llegué a elegir las dos posibilidades por elegir:

Agacho la cabeza y esperó a que todo este drama pase, y decido confiar en Joshua o la que estoy por poner a prueba.

En el Instituto:

La entrada principal es la atención de todo ser humano en los pasillos, si eres el rumor de tu Instituto harán de ti una bola de chisme y si eres una persona más que cursa en este lugar, no serás no tendrás combates.

No lo sé, no te aseguro nada ese fue un Tal vez.

Recordar el coraje me dio el valor de entrar y mantener la cabeza en alto y que mejor manera de hacerlo con un cambio de estilo, me refiero a mi manera de ordenar mi cabello, el poco uso de labial y mis prendas.

Pero jamás faltará cambiar mi manera de actuar con los demás, no siempre es buena la amabilidad.

Así que, entre en el Instituto y las miradas de cada uno de ellos juró que valen oro.

No porque sean bonitas, sino porque se siente satisfactorio que el anterior día entré y se rían y digan cosas de ti a tus espaldas y solo 24 horas después eres el centro de atención.

Porque así lo desee.

No suelo usar este tipo de ropa (demasiada apegada a mi cuerpo), traer el pelo suelto.

Pero masticando el chicle hace que sea más entretenido.

- ¿Qué pasó? Después de hacerte la victima quieres ser el centro de atención. – Dijo a un tono para que los demás escucharan un no sé quién.

- ¿Qué pasó? Hoy viniste sin cerebro y con comida entre los dientes. – Del mismo volumen de voz conteste.

El cerro la boca y se fue. Seguí caminando hasta el salón. Al notar que habían cerca de 6 alumnos, me senté en el segundo asiento.

Y puedes ignorarlo o no, pero cuando tú decides donde no te sientes atrás porque los maestros sabrán que estás huyendo de ellos, al frente tampoco porque no hay privacidad de parte de ellos, en el medio puede haber mucha interferencia, pero justamente los segundos asientos son mejores porque estás en medio de las dos zonas peligrosas del salón: Al final y al principio.

Solamente sentándome, llega la celosa loca con sus dos sombras sin mentes propias: Elizabet, con Emily y Alejandra.

Es difícil estar decepcionado, cuando pasa lo que realmente pensabas.

Por supuesto, que sin nadie con quién hablar hasta ganas de estudiar tengo.

Excepto matemáticas, eso ni aburrida durante una semana me dan ganas de estudiar.

Ellas toman su asiento, casualmente quedando en medio de ellas yo.

- ¿Vieron las novedades de nuestro Instituto ayer en Instagram? - Dijo Elizabeth.

- Oh sí, estuvieron buenísimas. En especial una. - Dijo Alejandra.

Y como ya sé que rumbo tomará su conversación, me levanté de mi asiento y me fui a uno de los asientos finales, quedando en la zona media del salón.

Una vez más ya sentada, hice mi asombrosa actuación de estar leyendo "Los principios fundamentales de la Química" pero una persona en particular tomó asiento frente a mí.

Cabello negro, ondulado, piel trigueña, pulseras en sus muñecas, y no recuerdo en absoluto su nombre.

Continúo ojeando el libro, cuando ya siento su mirada sobre mí.

Y ya veo que no eres la única que no sabe disimular.

- Hola. - Dijo amablemente.

Solo sonreí. Porque me prometí a mí misma ya no confiar en alguien que puede destruirme, y menos cuando soy la persona menos favorita de todo el mundo y con una poderosa reputación.

- ¿Te gusta la química? - Pregunto al ver el libro.

- No, solo estudio. - Conteste.

- Oh, ya veo. Lo mismo pienso con la matemática, solo la estudio, aunque esa sea de práctica.

- ¿En serio? Lo mismo pienso y hago. - Ella ríe. - Date la vuelta, viene el profesor.

- Buenos días alumnos. - Nosotros no somos el tipo de grupo de alumnos que en tono de karaoke saluda al profesor, eso lo hacíamos en grados menores.

- Hoy hay un examen sorpresa de Matemáticas. - Christian tenía razón, debí haber estudiado, pero ayer no tenía cabeza para estudiar.

No la tenía para nada. Christian me mira victorioso diciendo con los labios: "Te lo dije"

Odio decirte esto, pero él te lo dijo. Vaya que lo haces, pienso.

- Pero para su suerte, tienen la oportunidad de hacerlo en pareja.

Todos comenzaron a verse entre sí, y a decirse quienes iban con quienes.

- Bueno no tienen la oportunidad, tienen la obligación.

Estaría encantada de atender a esa obligación porque es ayuda en matemática, pero no tengo con quién trabajar.

Recibí la papeleta y eran 20 ejercicios de 2 puntos cada uno.

Vale mucho esta actividad.

Y si logro sacar (mínimo) 18 o 19 ejercicios buenos, podre tener asegurada la materia.




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