★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 79★
Charlotte
—¿Hay algo que me escondas? —pregunto, manteniendo la calma.
Dándole una señal, que este es el momento en el que me puede decir…
Ni siquiera sé qué es lo que me dirá. No tengo explicación lógica para esto.
—¿Tu regalo de cumpleaños? —pregunta con una sonrisa, que se desvanece al notar que no se la devuelvo.
—¿Qué es lo que sucede? —me pregunta, acercándose.
—Abigail —dije mientras la página que él había visitado cargaba—. ¿Te resulta familiar?
—¿Él te dijo?
—¿Por qué me contestas con preguntas? —ahora yo lo estaba haciendo—, ¿A quien te refieres con el?
—Alex —dice—, le tomó foto a todo lo que encontró en el sótano de donde te habían secuestrado.
Dice sacando de su bolsillo, su celular y me muestra su pantalla: fotografías.
Son fotografías que las envió Alex. Tomo el celular, y observo.
Ni siquiera comprendo. Son fotografías, unidas a través de hilos rojos. Como fondo un mapa gráfico del estado.
—¿Elizabeth? ¿Qué hace ella aquí? —pregunto mientras sigo pasando las imágenes— ¿Tu también estas aquí?
Cuando veo mi fotografía, mi cerebro recibe un fallo.
Mi fotografía está enlazada a la noticia de Abigail. ¿Por qué?
—Intentaba averiguar cuál era nuestra relación con —hace una pausa—. Con eso. Por eso, busqué la noticia y otras cosas.
—Creo saber cual es tu relación con todo esto —dije, devolviéndole el teléfono.
—No es tiempo para teorías conspirativas, que al final terminan siendo falsas. Además,—
—Es por mi. Te tienen como “problema pendiente”, creo que es porque saben que estás conmigo.
Justo cuando las cosas comenzaban a fluir…
—Averigüé unas cosas, y por eso se que eso es una teoría poco probable —dice, mientras camina a la cocina por ambas tazas de café—. Investigue durante las noches, pero valió la pena.
—¿Lo hizo? —pregunto—, no quiero que estés en este lio desconocido por mi culpa.
—Y yo tampoco quiero que estés. Además, investigar no representa ningún peligro, para mi.
¿Por qué sentí un horrible destello de tristeza? cuando dijo eso?
—Llevemos esto arriba. Allá tengo todo —me indica y yo lo sigo mientras llevo mi laptop y él las tazas de café.
Una vez en su habitación, colocó la máquina sobre la mesa de trabajo y el las tazas en la mesita de noche.
—Uno de mis amigos tiene a su mamá trabajando en una de las principales áreas de “Información pública” de este estado. Y me debía un favor, así que distrajo a su mamá mientras él buscaba en el sistema información sobre ella.
—¿Qué clase de información? —pregunte.
—Lugar de nacimiento y en este caso de fallecimiento, familiares, lugares en los que trabajo, antecedentes penales, direcciones y números de teléfono relacionados con ella. En pocas palabras, todo lo superficial de una persona.
Explico todo eso, mientras ingresaba una USB en su laptop.
—Y según todo esto —me acerque a la pantalla, eran más de 7 páginas de información y solo de una persona—, de todas las Abigail que murieron en más de la última década… solo una coincide con la muerte de la “Abigail” del cementerio.
Trago grueso, —¿En el 2011?
“Edward Becker” (1,970 - 2011) fue una víctima más en el mismo accidente en el que Abigail murió.
No se si me guste, como llegue a terminar esto.
—Abigail Smith —dice, pero su expresión me indica algo más—. Y no te gustara lo que sigue.
Me senté el en borde de la cama, —Debe ser una loca coincidencia, pero—
—No creo en las coincidencias, Joshua. Son un pretexto para la explicación de hechos —dije, tratando de mantener la calma.
¿Por qué tengo nervios?
Últimamente he estado teniendo más preguntas que respuestas. Y no me está gustando para nada.
—Su nombre completo es: Abigail Smith Miller.
Miller.
Miller.
Miller.
Mi mente repite constantemente ese apellido, pero no tiene sentido que lo siga haciendo o que intente que pare… se que es lo que significa.
—¿Qué probabilidades hay de que su apellido esté relacionado con la familia de mi mamá? —pregunte, con el miedo a saber de que mis sospechas se volvieran realidad.
—En sus familiares sí está tú mamá, como hermana. Y creo que ellos son tus abuelos, quienes son como sus padres.
Mantén la calma. Me repito constantemente, mientras me levanto a acercarme a la pantalla. Busqué “familiares” y era cierto.
Mi mamá y mis abuelos (maternos) son los familiares de Abigail Smith Miller.
—¿Qué quieres hacer? —me pregunta.
Llevo mis manos a mi cabello, se que me falta algo…
—¿Tenía hijos?
—¡Oh cierto!, la bebe.
¿La? ¿La bebe?
—¿Sabes cual era el sexo del bebe? —pregunte. No recuerdo que las fuentes de la persona que redactó esta noticia entonces mencionaron que era una bebe.
—Femenino. Cuando la policía llegó a la escena, revisaron las pertenencias que Abigail llevaba en el carro. En ese entonces, era muy común que los bebés tuvieran mantas y lo más necesario, color azul. Y las bebés, color rosado.
Tiene sentido.
—¿Y qué hay de ella?
—Hay registros de búsqueda. Dos registros, en 6 meses. Y luego de esto, la dieron por muerta.
Se me va la respiración.
Esto se está tornando en más de lo que creí que pasaría.
—¿Sin causa de muerte? —preguntó al ver que no había información de fallecimiento.
—A veces, a personas que llevan mucho tiempo desaparecidas las dan por muertas. Una vez sucede esto, desaparecen los rastros de lo que pudo ser ese individuo —toma un sorbo de su café—. Más bien de esa bebe.
#25709 en Novela romántica
#6588 en Thriller
#2606 en Suspenso
amor juvenil novela romantica, secretos y traiciones, romance y suspenso
Editado: 27.03.2022