Bajo Tus Estrellas [#1]

Capítulo 80

★ Bajo tus estrellas ★

★ Capítulo 80★

Charlotte

Ella está viva.

Ella puede estar en cualquier parte, observando y esperando.

Ella puede estar preparando su venganza.

Debe estar en busca de su hija, en busca de mi prima.

—¿Piensas decírselo a tus padres? —Me pregunta Joshua. He estado intentando romper el silencio en el que me quiero mantener ahorita, por lo que solo me limito a contestar con monosílabos.

—No.

Él no contesta.

2 personas murieron y una bebe desapareció. Así fue, como empezó.

Empezó con el resumen de una noticia que encontré buscando información de la tumba que estaba frente a la tumba que mis padres visitaban: Edward.

Ahora, uno sigue muerto y la otra persona está viva.

Nuevamente vuelvo a estremecerme cuando esa idea vuelve. Lo he hecho, desde que salimos del cementerio.

El recuerdo de la tumba de Abigail vacía, vuelve cada vez más.

No había cenizas. Era la única tumba que no tenía flores acompañándola. Esta, solo estaba a un nombre, sin apellido.

Sabiendo todo eso, no creí que me conduciría a este punto.

—¿Irás con tus padres? —Vuelve a preguntar.

Ojalá encontrara, de nuevo, las palabras para dejar a mi mente despejada. Aprecio su preocupación, pero no me está gustando hacerle sentir menospreciado.

—No quiero enfrentarlos. No todavía. —La sorpresa era evidente en sus ojos, y como no, había pronunciado más de dos palabras.

—Lamento seguirte preguntando —se detiene ante la luz roja del semáforo y voltea su rostro—, ¿Seguirás con Abigail?

—¿A qué te refieres? —pregunté, sabiendo a lo que se refería. Quería que lo dijera directo.

—¿Seguiré investigando acerca de ella, ahora que sabes que no está muerta?

—Sí.

Mis pensamientos me gritaban que no. Que no debía meterme e involucrar a más personas en todo esto.

Mi instinto me gritaba lo contrario. Me gritaba que merecía saber qué fue lo que realmente pasó con alguien que murió en un atroz accidente siendo mi familiar.

La luz cambia a verde, y el continua manejando. Sin haber contestado a lo que dije.

Mi mirada estaba perdida en los árboles que iban pasando, los faroles de las calles, las aceras no muy concurridas, las casas… y el reflejo de Joshua manejando.

Está serio. Y no porque esté manejando -en parte sí-.

Cuando el auto se detuvo, fue frente a la casa de Joshua. Dejó salir un largo y pesado suspiro que no sabía que lo estaba reteniendo.

Luce cansado. Exhausto.

—No sé que estás pensando —dije mientras lo observaba escucharme, sin contestar ni una sola palabra.

Al no recibir respuesta, volví a hablar.

—Dime lo que piensas, tengo vagas ideas de lo que pueda ser pero —su mirada sigue perdida al frente—. Pero quisiera saber que opinas.

Silencio.

No me gusta esperar a recibir respuestas de los demás, pero él lo hizo en todo el viaje de regreso. Es justo devolverle la acción.

—No creo que me guste como vaya a terminar esto, Charlotte.

A mí tampoco.

Se gira en su asiento, teniendo su rostro frente a la mía. Hice lo mismo, nuestras miradas estaban sobre el otro, pero mi mente quería saber que pasaba en la suya, y la suya no quería soltarlo.

—Saber que estás involucrada en todo esto, me hace sentir mal. Y no de una manera en la que puede pasarse en un par de días —hace una pausa—. Me hace sentir de una manera en la que se que no podré superar si algo te llega a pasar.

Estoy a punto de detenerlo ahí, de interrumpirlo y decirle… no hay algo que sea capaz de decir ante eso.

Es reconfortante, tener a alguien que no sean tus padres que quiera sobre-protegerte.

—Y no hablo solo por el dolor que dejaste en mí y en los que te rodean si te sucediera algo, también hablo por el sentimiento de culpa. Culpa, de saber que puedo evitar algo que no te ha pasado a quedarme con remordimientos cuando ya esté hecho.

—Pero—

Comprendo su punto de vista, no quiere que me pase algo sabiendo que él pudo haberlo evitado.

El caso es que yo necesito saber lo que pasó. Lo que llevó a que ese accidente ocurriera. Y él no puede evitar algo que está fuera de su alcance.

Y yo no puedo evitar continuar con mis días, omitiendo lo que descubrimos. Porque estoy decidida a ver las dos caras de las personas que me ocultaron la verdad… la que planeo averiguar.

—Así que, si quieres seguir hazlo. Pero no te dejaré sola, si el lobo te persigue y te atrapa no solo será a ti. ¿Ok?

—Me gusta que me apoyes y me protejas al mismo tiempo —dije.

—Yo jamás te dije «me gustas». ¿Cuántas pruebas más, necesitas para que te quede claro que te amo?

Se fue, mi respiración. Y volvió. Esa es la manera en cómo mi respiración se descontroló.

Cuando esperaba que me dijera «Te amo» jamás ocurrió. Pero hoy, en su auto, después de una no muy buena visita al cementerio lo dijo… y no me lo esperaba.

Un «Me gustas» no es suficiente. No para mí. Porque significa que es atracción, y no sabes de qué tipo. O hasta cuando se acabe.

Un «Te amo» puede ser falso o verdadero. Pero no me molesto en analizarlo cuando viene de sus labios mientras su mirada está sobre la mía.

Baje un poco la mirada, quería emitir un chillido… algo que no suelo querer.

El vuelve a acomodarse en la posición de su asiento, acercándose todavía más.

—Hey —su voz es un susurro. Coloca sus manos en mi rostro, y acariciaba con sus pulgares mis mejillas.

Está tan cerca.




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