Capítulo 85

Capítulo 85

Charlotte

Suena, «Photograph» de Ed Sheeran.

No comprendo, cuál es el nivel de cafeína que necesito para que mi cuerpo deje de tolerarlo. Observo la hora en mi celular, esta indica: 12: 40 pm de la noche.

A minutos de llegar a la madrugada, Joshua finaliza de parquear el auto frente al jardín que divide nuestras casas una de la otra.

—Tus padres tuvieron una visita —dijo interrumpiendo mi ‘concurso de miradas’ con mi reflejo en la pantalla de mi celular.

—¿Eh? —pregunté observándolo.

Él me da una rápida mirada y luego me señala al frente, rápidamente seguí a donde estaba apuntando...di con una camioneta negra, estacionada frente a mi casa.

Y aquí mi 19avo. consejo: La matrícula de un auto consta de 6 dígitos, 2 grupos. Lo más fácil e importante es memorizar los primeros 2 y últimos 2 dígitos.

No habrá otra matrícula que empiece y termine de la misma manera.

Y es por eso que estoy segura: —Es la misma camioneta.

—¿Ujum?

—La camioneta en la que me llevaron después de que quedara inconsciente —empecé diciendo con una tranquilidad que me sorprende—, es la misma que está estacionada frente a mi casa.

Abrí la puerta del auto y caminé con la mayor velocidad que mi cuerpo me permitía. No pasó demasiado cuando escuche otra puerta cerrarse, luego Joshua ya estaba a mi lado.

Estaba tan cerca. Tan cerca de la puerta.

Si la abro, podré saber si ‘Los Cuchillos’ están del lado de mis padres, o en contra de ellos y a favor de mis abuelos como mencionó Georgina.

—¿Qué pasa si ellos están con mis padres? —pregunté observando la manecilla, preguntándome si haré bien en saber algo a lo que yo misma he llegado por mi curiosidad.

—Tendrás que resistir —dijo—, pero tengo una fuerte sospecha de que ellos están del lado de tus abuelos.

¿Qué? Me giré a observar, sus manos estaban en sus bolsillos y créanme, él luce despreocupado.

Pero he aprendido a observar a las personas, sus detalles, maneras de comportarse y cómo estas actúan ante situaciones y personas. Ante mí.

Y sé que Joshua está nervioso.

Hace unos momentos, mientras veníamos acá, estaba calmado. Ahora no para de moverse y mirar a todos lados. A todos, menos a mí.

—¿Sucede...algo? —preguntó mientras una mínima gota de sudor bajaba por el costado derecho de su rostro.

—¿Te sientes bien? —si voy a hacerle un interrogatorio, debo ser sutil. Sin levantar sospechas de mis teorías.

—Hace calor —dijo sin darse cuenta que estamos cerca de la madrugada, en una noche de otoño y él tiene su abrigo puesto.

—Creí que tenías frío —dije acercándome a su rostro, para intimidar—. A menos, que sepas que yo sé que tú podrías estar mintiéndome.

—¡No he dicho ninguna mentira, Charlotte! —exclamó bajo, pero el sentimiento de culpa estaba en él.

—Está bien —dije fingiendo reírme por lo bajo después de haber escuchado lo más gracioso—, estaba jugando. Tranquilo.

Y entonces, pasó lo que lo delató.

Soltó un pequeño suspiro. Uno que fácilmente fue de alivio.

—¡Aja! —dije volviendo a acercarme para observar de cerca su rostro—. No evitaste soltar un suspiro de alivio, siente culpa Joshua. Y como dije antes, puedes estar mintiéndome.

Abrió la boca para hablar, luego la cerró, luego la volvió a abrir pero fue demasiado lento y hable yo: —No decir la verdad, es una mentira. Y ocultarla también, porque no la estás diciendo.

—Está bien —dijo en derrota, a lo que yo me permití sonreír por saber que tenía razón.

Joshua

«Ella es demasiado inteligente».

Por supuesto que ella siendo Charlotte, sabe identificar y ver algo en las personas que nadie intenta.

¿Y yo? Soy débil ocultando la verdad. Soy débil soportando el peso de las cosas antes y después de que vayan de mal en peor.

—No decir la verdad, es una mentira. Y ocultarla también, porque no la estás diciendo.

—Está bien —dije en derrota—, ‘Los Cuchillos’ sí están en contra de tus padres —ella separó ligeramente los labios, me miró con desprecio sin saber antes cómo lo sé—, pero no están trabajando con tus abuelos.

—¡¿Joshua?! —dijo tomándome del brazo y jalándome lejos de la puerta de entrada a su casa, caminó rápido mientras su agarre era un poco fuerte y terminamos fuera del jardín frontal, en la acera—. ¿Cómo?

—Busq—

—¿Cómo se te ocurre no decirme algo así? Escucha, ambos sabemos que existe la posibilidad que mañana no me vaya pero eso no es motivo para que no dejé de buscar a Abigail. Y tú —coloca su dedo sobre mi pecho, señalándome—, tienes que ayudarme a avanzar. No permitir que me quedé estancada averiguando cosas que tú ya sabes con anticipación.

—De acuerdo —dije con la mirada baja, había una ligera desilusión en su mirada y no quería enfrentarla.

—¿Hay más, verdad?

Sí.

—No, eso era —dije con una sonrisa poca genuina—, deberías entrar y saber quienes son los que están ahí —dije señalando el camino que ya habíamos recorrido para la entrada de su casa.

Ella comenzó a caminar, volviendo a dirigirse a la entrada de su casa. Se volvió a detener, sin mirarme directamente, movió a un costado su cabeza y sobre encima de su hombro me dijo:

—Deberías irte ya. Debo entrar sola —la frialdad en su voz me sorprendió, sin embargo asentí—, nos vemos mañana. Joshua.

—Está bien —dije esperando a que dijera algo más—, me iré —pero seguía sin moverme, ella continuó caminando y yo la observé alejarse—. Buenas noches.

—Buenas noches —dijo suave, entre labios, y tres pasos después cerró la puerta.