Una fae destinada a ser reina
Con sus poderes de fuego vería un mundo renacer
Un mortal destinado a ser invisible
Con sus valores las dudas comenzarían a crecer
Pero las reglas estaban escritas hace milenios
Dos mundos no podían ser uno y,
Ni la belleza más increíble
Ni las mentiras no dichas
Podían salvar lo que en verdad importaba