Recojo los papeles del despacho de la Reina y los llevo a mi escritorio para empezar a verificarlos. Veo un incongruencia en una de sus respuestas así que me levanto para ir a la biblioteca para verificar la duda. La biblioteca esta en un pasadizo escondido detrás de una escalera, abro la enorme puerta y entro en silencio y cierro del mismo modo. Han pasado unos días desde aquel suceso tan extraño y nada a vuelto a surgir más que malestares físicos que agradezco. Prefiero esto a sentir que me estoy volviendo loco.
Camino por los pasillos de la biblioteca buscando la sección mágica, aquí están la mayoría de libros sobre la familia real desde sus inicios. Es la sección en la que más he pasado, por eso me se en gran parte los libros de memoria, y eso que son estantes tras estantes. Cada que los leo me siento vivo al leer sobre nuestras raíces oscuras.
Paso mi dedo en los lomos de los libros para encontrar el que busco. Después de varios minutos de búsqueda lo encuentro, un libro rojo vibrante como la sangre y letras doradas, páginas amarillentas y cafes por el tiempo de antigüedad: «Ultima familia». Lo abro para encontrar la sección que busco. La reina planea escribir la continuación de nuestra historia. Ultima familia fue nuestro ultimo libro histórico y Shuelt desea continuar el siguiente pero, encuentro solo encuentro error tras error en como cuenta la historia y mayormente en la profecía. Ojeo las hojas y busco las ultimas paginas donde esta la profecía y avisto un rasgado en el lomo del que no me había percatado nunca.
Voy a la ultima página y encuentro una rasgadura donde antes había una hoja pero, fue arrancada de este. Busco la pagina anterior a esta y habla de la profecía. Toco la pagina sintiendo la textura de esta, siento una pequeña hoja pegada sobre la hoja misma, la retiro con cuidado y veo que es una flecha que se utiliza para aclarar que en la siguiente pagina continua.
¿La profecía no esta completa? Susurro para mi mismo. Me siento en una mesa y empiezo a leer la profecía nuevamente.
Profecía
«Donde el pueblo perezca, donde la gente fallezca, donde la gente necesite, no estarán sus héroes para protegerlos. Pero en aquella necesidad el nuevo héroe abrirá sus ojos algún día para defender a su amado pueblo. Los dragones mostraran su lealtad y rectitud nuevamente, despertarán y rugirán por la nueva venganza. El pueblo regresara más fuerte que nunca listos para una batalla con ganancia, una guerra en la que no volverán con las manos vacías...»
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Le doy mil vueltas y ahora siento el vacío de aquella profecía, algo falta y no se que es pero, quiero saberlo. Algo me come en mi interior buscando respuestas de las que no soy capaz de darle.
Cierro el libro y lo regreso a su lugar, sintiéndome de alguna manera totalmente nervioso. Camino con pasos acelerados hasta llegar al final del pasillo.
«Rowan» «Rowan» «Rowan»
Los susurros vienen desde detrás mío, justo donde deje el libro. No hay nadie, otra vez siento esta incomodidad que no es mía. Me llevo las manos a la cabeza sintiendo como me siguen llamando con insistencia. Sigo mi camino y cierro la puerta sin ver atrás, los susurros se detienen de golpe al hacerlo. Suspiro tranquilo nuevamente y el temblor de mi cuerpo empiezan a detenerse, vuelvo a mi despacho y continuo con los papeles de Shuelt.
Me llenan en unos minutos unos bostezos que me hacen lagrimear, dejo caer mi cabeza en el escritorio para poder descansar unos minutos. Cierro los ojos sintiendo como la somnolencia se apodera de mi.
ROWAN
—¿Y para que quieres un arco perro faldero? —pregunta el herrero.
—Petición de la reina, desea ir de caza. —respondo con sequedad.
—Lo hubieras dicho desde antes.
El herrero me alcanza en segundos un arco y flechas, las agarro y me voy sin decir una palabra.
Me dirijo al establo y agarro a un caballo, todos resoplan cuando pongo un pie dentro. Camino hasta llegar a uno en el fondo. Abro la puerta y este sale sin rechistar, coloco la montura y me siento en ella, muevo las cuerdas y este empieza a cabalgar con fuerza, corriendo como le pido. Me meto con el hasta el lado profundo del bosque, el aire me llena el rostro y mi cuerpo sintiendo el azote fresco de la naturaleza.
Detengo al caballo cerca de una cueva, dejo la cuerda amarrada en un árbol y me adentro a la oscura cueva. Escucho latidos en el interior que se hacen mas fuertes cuando me adentro. Quito lianas del camino y veo la luz en el fondo, camino y aparto más de estas y llego al final de la cueva y encuentro lo que busco: Los esqueletos de los dragones mayores.
Encuentro a uno que esta dentro de una montaña y solo se puede asomar el esqueleto de su cabeza.
—¿Y tus hermanos? —susurro tocando el cráneo con delicadeza.
Mi cuerpo cae de golpe al suelo y pierdo la consciencia.
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Abro mis ojos con cansancio sintiéndome totalmente exhausto, la luz me perturba la vista. Veo con detenimiento mi alrededor y mi corazón empieza a acelerarse.
—¿Dónde? ¿¡Dónde estoy!? —grito con desesperación.