Alisson Brennan
Había pasado la mayoría de mis tardes por casi tres semanas con Dániel, habíamos ido al museo, al parque, al club y visitado creo que todos los restaurantes de la zona.
Se comportaba muy bien conmigo, ya no lo había visto más con las chicas en la Universidad, hasta Key llego a aceptarlo y quería que tuviéramos algo, pero él ni siquiera me había tocado, en ningún momento y cuando estaba a punto de suceder pasaba algo y se apartara.
Hoy estaba con Key y Niel viendo un maratón de Game of thrones cuando suena el teléfono de Key, era otra vez Caleb, ya eran novios oficiales, pero aun ella no lo llevaba con su familia y siempre que llamaba cuando Niel estaba terminaban peleando y hoy no fue la excepción.
—No saldrás a ningún lado —dice molesto— no sabemos quién demonios es.
—No eres mi padre, y si saldré.
—Te aseguro que nuestro padre dirá lo mismo.
—¡Ya te dije que lo llevaría cuando estuviera lista!
—¡Creo que llevas ya lo suficiente tiempo! —responde.
—No puedo lidiar contigo ahora —le dice Keyla mientras se va.
—¡Se lo dire a papá! —le grita Dániel.
—Has lo que quieras —dice y sale, lo que no me espere es que Dániel sin una mirada también se fuera, normalmente se queda conmigo luego de discutir con Key, pero se había ido, dejándome sola.
Decidí ir a la piscina, no me metería, pero podría disfrutar un rato del ambiente con mis pies sumergidos y escuchando música, así mismo pase toda mi tarde.
Dániel había intentado convencerme de aprender a nadar, pero no pude, no lo haría.
En ese momento Adam me llamo y contesto enseguida.
—Hola, hermanito —le digo, había ido en su cumpleaños a su casa, y pasamos un divertido fin de semana y mamá estaba mas que feliz por eso.
—Hola, princesita, ¿Cómo has estado? —pregunta.
—Muy bien ¿y tu? ¿A que se debe tu llamada? —le pregunto directa y ríe.
—¿No puedo llamarte para saber como estas? —dice.
—No, sabes que te conozco demasiado bien —respondo, Collins y Connor podían ser unos fastidiosos y llamarme todos los días, pero Adam solo me llamaba cuando era necesario.
—Yo solo quería pedirte un consejo —dice y me sorprendí.
—¿Consejo de que?
—Conoci a una chica —dice y me río.
—Vamos, ¿en serio? Están cayendo como moscas —dije riendo, Collins estaba ya en una relación con una chica que conoció hace unos meses, aun no la he conocido, es extraño que mis hermanos estén consiguiendo pareja, eran unos mujeriegos.
—Cállate y ayúdame, quiero llevarla a una cita —me gruñe y me rió mas, pero termino dándole unos buenos consejos y prometió llamar luego para contarme como le fue.
Esperaba que Dániel o Keyla tocaran mi puerta en cualquier momento, pero no lo hicieron, hasta que eran las 9 pm y escuche el timbre cuando estaba apunto de irme a mi habitación.
—Hola —En mi puerta estaba Dániel.
—Hola, pasa —cerré la puerta y fuimos al sofá.
—Disculpa por irme así, Key a veces me desespera —se intenta explicar.
—No importa, está bien.
—Y también disculpa la hora, pero he pasado todo el día queriendo verte —dice y me sonrojo.
—¿Y por qué no has venido antes? —digo acercándome un poco a el.
—Fui a casa de Sara porque estaba teniendo algunos problemas y esta tarde mis hermanos están todos en la casa y no podía venirme —dice y veo que también se rueda un poco más cerca.
—Entiendo, no te preocupes —digo y sonrió.
—Ven aquí —dice con su mirada intensa fija en mí, y yo no pude hacer más que pararme del extremo del sofá y sentarme a su lado, pero sin tocarlo.
—Aun me debes una cita —me recuerda, la noche anterior me había ganado en el play.
—Así es —le digo.
—¿Qué te parece mañana? —dice viendo mis labios y poniéndome nerviosa.
—Mañana seria perfecto —me inclino un poco más cerca.
—¿Que te parece a las 6? —su voz ya era un susurro.
—Genial —respondí.
—Perfecto —me besó, mi primer beso.
Sentía que cada parte de mi le pertenecía, nuestros corazones latiendo al mismo ritmo, todo era mágico, se tensó por un momento, analizando lo que estaba sucediendo, pero siguió, al igual que yo.
Sentía el placer del beso, pero había más, como si nos estuviésemos uniendo en más de una forma, me sentía mareada y llena de energía, y por la forma que me atrajo hasta quedar sentada en sus piernas supe que el también.
Pensé que había pasado una eternidad cuando se separó de mis labios y unió nuestras frentes.
—¿Qué fue eso? —pregunte sin aliento aunque ya sabía la respuesta
Mi padre desde que estaba pequeña tenía entendido debido a mi condición que nunca sentiría eso con nadie, era muy poco probablemente, pero aquí estoy.
Vinculada con un ser de luz y no sé qué demonios haría a partir de ahora.