Balance (trilogía Mørke lys I)

Capítulo 14

Dániel

Quería mantenerla cerca, sentía que me estaba perdiendo de algo, Alisson se lo había tomado tan bien que estaba además de un poco aliviado, preocupado.

Tal vez no había procesado todo bien, no lo sé, pero algo no pinta bien, a menos que esperé estar sola para enloquecer, por eso decidí dejarla un rato y fui a casa de Hunter, mi hermano, se vinculó hace aproximadamente un año, conoció a la chica en uno de los tantos bailes que realiza el consejo, solo un toque y ¡PUM! Frente a mucha gente, él no era el único que estaba vinculado de mis hermanos, Sara y Mike también lo estaba y ambos Vivian con ellos, Se casaron y son felices junto a sus parejas, no sé qué quiero para mí, Alisson me gusta mucho, pero maldición no sé si estoy preparado para una familia, por eso no quiero que Alisson piense que para eso es el vínculo.

—Oh, pero miren quien está por acá —dice Hunter abriendo la puerta— alguna paloma me dice que te has vinculado —dijo riendo.

—Vete a la mierda —dije apartándolo y yendo a la cocina donde seguramente estaba Rose, mi cuñada, efectivamente.

—Hola, Dániel, que bueno verte —dice Rose y me da un medio abrazo — ¿No trajiste a la chica? —pregunta y gruñí haciéndolos reír a ambos.

—Por fin alguien amarrara a nuestro pequeño playboy —bromea Hunter.

—Jodete, nadie me amarrara nada —¿Qué les da tanta risa?

—¿A qué se debe tu visita, Niel? —pregunta Rose.

—¿No puedo pasar a saludar a esta linda parejita? —pregunte con sarcasmo.

—¿Sabías que su nueva chiquibaby es humana? —le dice Hunter a Rose.

—Oh diablos, eso es extraño —responde.

—Si —le respondo —Es la vecina nueva, estoy seguro que Mike chismeo un poco de eso con ustedes.

—Si, lo hizo, también dijo que era un bombón —dice Rose.

—Lo es, es sexy —Respondo cayendo en su trampa y haciéndolos reír.

—¿Te quedas a cenar?

—No, tengo planes en un ratico, solo me quería despejar un poco —les digo y seguimos charlando.

Me quede hasta que casi se hiciera la hora de ir a casa de Alisson, después de tantas bromas de ese par estaba listo para ver a la chica que me jode la cabeza.

No sé cómo es que puede ser tan hermosa, su rostro es perfecto, sus ojos son grises o eso parece la mayor parte del tiempo, he visto que depende de su ánimo se puede reflejar algo de azul o violeta, tiene un cuerpo de infarto, además ese largo cabello rojizo que le llega justo a sus caderas, es caliente como el infierno.

Ni pase a mi casa cuando llegue, fui directo al frente y toque el timbre, a los 5 minutos ya ella estaba ahí recién salida de la ducha con un pequeño pantalón negro que apenas la cubría y una gran sudadera, aún tenía el cabello mojado y le caía hasta su cadera.

—Llegas temprano —dice dejándome pasar, ni había visto la hora.

—Quería verte —Digo y empieza ese sonrojo que tanto me gusta.

—Y yo a ti —ya estaba como un tomate.

—Vamos a cocinarte, preciosa —Digo y nos ponemos a cocinar, la verdad es que se siente raro darle esta clase de atención a una chica, es caliente, sí, pero no es solo el vínculo, algo me hace querer más de ella, no solo es para una cogida, tenía claro eso la primera vez que la invite a salir y por primera vez no me da miedo una relación, pero formar una familia era otra cosa diferente, aun no quería bebés Dániel corriendo por ahí.

—¿Qué tanto piensas? —pregunta de meter la pizza al horno.

—Nada, solo que me gustas —digo sincero.

—Oh, pensé que ya eso lo teníamos claro —responde con una sonrisa.

—Está muy claro —digo— solo que no sé qué hacer a partir de aquí —le digo la verdad— Nunca he estado en una relación seria antes, y a ti no te quiero solo para una follada ¿me entiendes? No sé cómo avanzar.

—Yo digo que debemos dejar fluir las cosas, aun nos estamos conociendo, no hay que apresurarnos —me responde un poco tímida.

—Ven acá —digo y enseguida viene y se acerca a donde estoy sentado— Aquí —digo dando una palmada en mi pierna, me gusta tenerla ahí.

—¿Un poco mandón? —dice riendo, pero aun así se sienta en mi pierna

—Quizás —respondo y le doy unos cuantos besos en el cuello— ¿Algún problema, min kærlinghed? —pregunto.

—Para nada —dijo ya sin aliento.

—Bien —dije y la beso, y como siempre sentimos que no podemos parar, es tan intenso cuando nos besamos que me hace querer más, mucho más, ya estaba encima de mi cuando empezó a oler a quemado.

—Mierda —dice parándose para sacar la pizza— Dios espero que por lo menos este comestible —dijo mientras la sacaba y la ponía en la encimera.

—No esta tan mal —Señalo mientras que la abrazo por la espalda, la verdad solo se quemó un poco en los bordes.

Sacamos los platos y nos servimos, no le había querido sacar el tema de los Lys, no podría ser así de intenso, además, no es como si hubiera mucho que contar.

—¿Quieres ver una película luego de comer? —propuso cuando ya estábamos comiendo.

—Sabes que me quedare hasta que te hartes de mi —le digo haciéndola reír.

—¿Crees que a tu familia le gustaría que le llevara cupcake? —pregunta.

—A ellos les encantara todo lo que sea comestible —respondo sinceramente, comemos demasiado— ¿Piensas comprar?

—En realidad, quiero hacer unos —dijo y casi me atraganto con la pizza

—¿Tú? Apenas y sabes cocinar —digo y se ríe fuerte— ¿En serio? ¿necesitas ayuda? No quiero que quemes la casa.

—No quemare nada —dice con una risita—Que no sepa cocinar no quiere decir que no sea de repostería.

—Espera —hago una pausa dramática— ¿Me estás diciendo que de verdad sabes hacer pasteles, cupcake y eso?.

—Si, también galletas y donas —dice encogiéndose los hombros.

—Quiero lanzarte un rayo ahora mismo —le digo y se ríe— ¿Cómo no se te ocurrió comentarlo antes? Me encantan los dulces.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.