Balanza del amor

09 // El campo de futbol

Si recordamos el primer día que estuvimos aquí, jamás hubiésemos pensado que estaríamos por voluntad propia luego de que terminen las clases en la universidad, pero creo que de eso se trata la amistad y el amor. Era raro que los planes que antes no disfrutamos ahora eran tan interesantes, pero agradecía aquel golpe que me había dado. Ahora conocíamos a los tres locos que entrenaban en el campo por el partido que tenían en unos días de los juegos universitarios que hubo; ahora habían seleccionado un equipo para cada disciplina por universidad. Entre los mejores estaban ellos; iban contra otras universidades.

Nosotros estábamos en las gradas pensando en la clase que haríamos, cómo la organizaríamos y qué diría cada uno, porque saliendo de aquí, sabíamos que al llegar a casa de Tristán no dormiremos hasta volver aquí. Le dijimos a la mamá de Tris que nos ayude a hacer café y prepararnos algunos bocadillos para poder aguantar toda la noche sin dormir, y aunque nos regañó por decirle que no íbamos a dormir, la convencimos diciéndole que era necesario ser responsables para mantener el perfecto promedio que esforzábamos por tener.

—Gol. —El grito de Prom, quien entrenaba con Lucas, nos distrajo.

—Si juegan así, ganarán. —Tristán dijo con emoción.

—¿Quieres que tu papi Lucas gane? —dije jugando.

—Como si tú no quisieras que Prom ganara.

—Es que él ganara, no me asusta eso.

—Las otras universidades también juegan bien. —Marcos había investigado algunas de las redes sociales de las otras universidades y sí se veía que jugaban bien.

—No debemos tener miedo. —dije tratando de convencerme a mí también.

Terminaron los entrenamientos y los chicos seguían muy animados, no querían irse a casa, así que se auto invitaron a la casa de Tristán, con la excusa de que no nos querían dejar ir solos. Sorangel no hablaba mucho sobre los planes que decían sus amigos, y se veía que ella no estaba interesada en Marcos y viceversa; solo se llevaban muy bien, pero Lucas y Prom solo querían pasar más tiempo con Tris y conmigo, así que los engañamos para que fueran y nos ayudaran.

—Yo quería venir a pasar tiempo contigo. —dijo Prom recortando una figura que tenía en una hoja. —No hacer manualidades.

—Estamos pasando tiempo juntos. —Me acerqué más a él. —¿No disfrutas nuestro tiempo juntos? Porque puedo irme a casa si es lo que quieres, y así haces tú todo el trabajo.

—Eres el mejor promedio, pero a veces eres tan tonto.

—Yo solo digo. —Con una cara de molestia fingida, seguía recortando. Fui a ver a Tristán, quien estaba haciendo una presentación digital para poder exponerla mañana con la ayuda de Lucas, quien se le daba muy bien hacer este tipo de presentaciones.

Sorangel estaba haciendo unos trípticos con Marcos; la verdad es que nos ayudó que estuvieran aquí porque tal vez sí dormiremos un poco luego de todo lo que estábamos haciendo en conjunto.

—Y han estudiado, ¿no? —Prom estaba harto de cortar, pero era tiempo de calidad juntos, no se debería quejar. —Porque hacer todo esto para que hagan una defensa mala; la verdad es que les lanzo tres balones a la cara a cada uno.

—Calma, tigre. —Tristán se acercó con las manos al aire. —¿Por qué crees que somos los mejores promedios?

—Porque se copian. —Sorangel no ayudaba.

—Para tu información. —Marcos no soportaba que dijeran que nos copiamos cuando realmente nos esforzamos. —Manejamos los temas con muchos días de anticipación para que no nos atropellen las evaluaciones. Así, con un cronograma bien establecido, podemos obtener las mejores notas siempre, además de que siempre somos nosotros tres; así cada uno se encarga de estar atento a ciertas materias y así nos organizamos con el tiempo.

—Si te queda el saco, no hay más nada que decir.

—Eso ni sentido tiene, Sora.

—Mejor sigan haciendo los trípticos; si terminamos temprano, podremos acostarnos y dormir un poco.

—¿Cómo dormiremos todos en la cama de Tristán?

—Dormiremos todos aquí en el piso; traeré algunas sábanas y dormiremos todos aquí.

—Entonces sigamos.

Gracias al apoyo de los chicos terminamos rápido y nos pusimos a ordenar todo y dejarlo listo para mañana. Prom y los chicos estuvieron organizando nuestra cama improvisada para dormir todos juntos. Al acostarnos, estábamos algo apretados y con el duro suelo, pero las risas y los chistes no bastaron.

A mi lado estaba Prom, quien no se separaba de mí ni por un segundo. Quiso abrazarme para dormir, pero lo quité diciéndole que tenía algo de calor, que era falso. Solo fue repentino y no supe cómo actuar, además de que estábamos en casa de Tristán, durmiendo todos juntos; sería algo incómodo.

—Por lo menos puedo hacer esto. —Acercó su mano a la mía, para dar pequeñas caricias.

—No. —Quité la mano con los ojos cerrados; me sudaban mucho las manos cuando estaba nervioso, me daba pena que se incomodara por eso.

Pero cómo Prom era la persona más insistente, seguía buscando mi mano hasta que me canse de quitarla así que entrelazo los dedos de nuestras manos y simplemente me voltee hacia donde él estaba, mirándonos cara a cara dándole la espalda a Sorangel, seguida de Marcos, Lucas y Tris en la otra punta, quien ya estaba con Morfeo, en una quinta lucha más o menos, cada vez sentía que Prom se acercaba más porque sentía su respiración y un calor que desprende su cuerpo, o tal vez la sensación de estar muy juntos era lo que hacía pensar eso, era muy extraño y no podía retroceder porque estaba Sorangel detrás de mí, así que lo empujaba un poco, el cual se hacía el dormido para ponerse más duro y no poder moverlo.



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Editado: 15.04.2025

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