Luego de la clase, habíamos estado organizando la salida que tendríamos con las madrinas de BookTok; era algo que nos tenía muy emocionados, aunque hoy estábamos nuevamente en el campo. Hoy juega nuestra universidad con el equipo donde estaban Prom, Lucas y Sorangel contra la Universidad Puerto Cabello, así que estábamos dándole ánimo a los chicos. Así podríamos preguntarles de una vez si querían acompañarnos al viaje con las madrinas; nos íbamos a quedar un fin de semana completo con ellas.
La profesora Nika nos dijo que era un encuentro donde ellas nos iban a mostrar parte de cómo nació la balanza del amor, su carrera sobre el movimiento cultural y cómo han ayudado a muchas personas.
—Hola. —Prom llegó a saludar con los chicos; se veía muy guapo con el uniforme del equipo.
—Hola. —Correspondí al saludo y él se lanzó a abrazarme, apretando su cuerpo con el mío; sentía que no podía respirar. Era raro verlo tan cariñoso. —No me dejas respirar, Prom.
—Perdón. —Se separó y besó mi frente; fue un beso muy tierno, que me hizo sonreír y que los chicos empezaran a aplaudir.
—Pero qué lindo. —Tristán estaba haciendo una mueca sarcástica y Lucas le dio un golpe con su codo, haciendo que este no siguiera.
—¿Quieres que te dé un beso igual yo a ti? —Lucas no perdió tiempo, dejándonos a todos sorprendidos, pero sin duda Tristán estaba en trance, no pudo responder y solo se fue corriendo; se había puesto nervioso. —Es la forma de que no se meta más con ustedes.
Aunque era cierto, no parecía que esa haya sido la estrategia de Lucas realmente; creo que sí quería darle un beso a Tristán.
—Ten paciencia. —Le di una palmada cuando Lucas tenía una cara desanimada. —Tristán no es una persona fácil, pero si realmente te gusta, solo debes demostrarlo.
—¿Qué harás este fin de semana? —Prom me hizo recordar la propuesta que debo hacerle.
—De hecho, quería invitarlos a todos ustedes al viaje con las madrinas de BookTok.
—Sí. —Me daba miedo que dijera que no. —Nos han permitido poder llevarlos a ustedes por ser quienes hicieron la clase; además, ellas son las creadoras de la Balanza del amor.
—¿En serio? —Sí, creo que todos creíamos que eso era un cuento simplemente. —Entonces está bien, nos veremos en el campamento.
Luego de eso bajaron. Llegó Tristán al saber que Lucas ya no estaba aquí con nosotros. Esperaba que el viaje pudiera ayudar a que le diga la verdad. Creo que es algo que teníamos los tres sobre los hombros, porque, aunque no era nuestro secreto, Tristán es como nuestra familia, así que espero que todo vaya bien.
El pitido del árbitro nos hizo prestar atención a que estaba por comenzar el partido. Viendo a Prom jugar, mientras Lucas y Sorangel esperaban a que su partido empezara, estamos alentando a que ganáramos; sabíamos que eran buenos jugando porque los habíamos visto en el partido de las facultades. Ahora los mejores de cada facultad estaban en el equipo contra las demás universidades.
Todos gritamos cuando Prom logró hacer un gol, corriendo por toda la cancha en forma de celebración. Desde donde estaba, se me quedó viendo y lanzó un beso que no atrapé; solo me quedé viéndolo mientras sonreía. Se veía muy lindo desde acá.
El partido continuaba y, aunque estábamos ganando por un gol, en un momento de tensión la otra universidad logró empatar el partido. Prom se veía algo molesto desde donde estaban y había terminado el primer tiempo. Bajé corriendo para darle un poco de ánimo; no me gustaba verlo así.
—¿Estás bien?
—Vamos a perder.
—Eso no será así. —Lo abracé, sin importar lo sudado que estaba. —Estás dando lo mejor de ti, el resultado no importa.
—No puedo perder si estás viéndome jugar; ya lo hice en el partido de las facultades.
—Para mí eres el ganador. —Le di una sonrisa. —Así que no importa.
—¿Me he ganado tu corazón?
—Por estar pendiente de mi corazón vas a perder.
—Me importa más tu corazón que un simple partido. —Me dio un beso en la mejilla y salió corriendo a la cancha nuevamente, dejándome con el corazón acelerado y feliz.
Ya tienes mi corazón, Prom, no te has dado cuenta de eso todavía.
El partido continuó y, como si fuese otra persona, Prom estaba jugando de la mejor manera, corriendo de un lugar a otro con el balón y logrando pasar a todas las personas con algunas fintas. Yo estaba sorprendido porque hace rato estaba muy desanimado. Sé que, cualquiera que sea el resultado, estaba dando lo mejor que podía. Con un gran alivio, Prom hizo otro gol. Lo celebraron con todo el ánimo que tenía el equipo; las gradas se volvieron locas celebrando, todo era muy emocionante, ahora que tenía una razón para poder entender el fútbol. Él me volvió a ver desde la cancha, lanzándome otro beso, a lo que correspondí a su juego, haciendo que tomara el beso y lo pusiera en mi pecho a la altura de mi corazón y que le lanzara un beso de vuelta.
El partido continuó, y el equipo se basó más en la defensa para poder asegurar el marcador y esperar que el tiempo terminara. Los pitidos del árbitro anunciaron una falta a favor de la Universidad de Puerto Cabello, siendo un penalti. Con mucha tensión, el pateador se preparó para cobrar el penal y, con mucha decepción para nosotros, anotó un gol volviendo a empatar el marcador, haciendo que las otras gradas, donde estaban todos los animadores de esta universidad, hicieran un caos celebrando.