Marcos: Solo déjalo así, ¿vale? Se nota que fue un tiempo perdido.
Podemos arreglarlo.
Marcos: No podemos
¿Por qué no quieres arreglarlo?
Marcos: Para ustedes hay cosas más importantes o personas más importantes.
No sabía a qué se refería Marcos con esto. Hemos sido amigos desde que entramos en la facultad, siempre habíamos estado juntos; que ahora diga que hay personas más importantes solo porque ahora Tristán y yo tenemos pareja me parece algo egoísta. Pensé que estaría feliz por nosotros, no pensé que le afectara de esta forma que estemos formando nuestro futuro emocional.
Pero no creo que ahora sea el momento de pensar en eso. Estábamos con Lucas y Prom arreglando todo para mañana ir a la cabaña, para poder ir nuevamente a la balanza del amor. Le dijimos a Nika que iríamos, que, si quería acompañarnos y aceptó, aunque se sorprendió cuando le dijimos que Marcos no iría.
—¿Se han peleado? —Nika, como nosotros, estaba extrañada con el hecho de que él no quería estar con nosotros.
—Al parecer está molesto porque tenemos novios. —Tristán le explicó un poco la situación. —Pero creo que es un poco egoísta que se comporte así solo porque él no sale con nadie.
—Tal vez no sea eso. —Nika, con una actitud relajada, nos comentó. —El amor no solo se basa en una pareja, chicos, no busco decir que se han equivocado, pero tal vez lo han excluido.
—No lo hemos excluido. —No sentía que lo habíamos excluido, siempre estábamos juntos, pero era normal que pasáramos tiempo con nuestra pareja, ¿no?
—Es algo de lo que se deben dar cuenta ustedes.
—¿Será que está enamorado de ti? —Tristán me preguntó, y aunque en mi mente había resonado algo así, no lo había pensado mucho. —Tal vez por eso actúa así.
—O puede estar enamorado de ti. —Le dije: ambos éramos sus amigos. —Puede que se sienta celoso de que ahora estés saliendo con Lucas.
—No creo que sea así. —Nika ya se veía molesta. —Pero lo mejor es que dejen de suponer y, luego del viaje, vayan a arreglar las cosas. Muchas amistades se alejan solo por el simple hecho de que no pudieron hablar sobre el malentendido que los hizo distanciarse; no quisiera que eso les pasara a ustedes, chicos.
Empezamos el viaje; solo íbamos en una minivan, con algunas canciones y viendo el paisaje. Creo que era una de las cosas que más amaba, poder disfrutar de las cosas que me rodean; me llena de tanta energía, de tanta inspiración, y el estar con los chicos también era algo que me llenaba de energía. Aunque siempre pensaba en Marcos, me preocupaba no poder solucionar el problema entre nosotros y que nuestra amistad llegara a su fin. Entendía que las personas son momentos, instantes que debemos disfrutar, pero no quería que todo quedara aquí; sentía que podíamos solucionar las cosas.
Pero si pensaba en el hecho de que tal vez estuviera enamorado de alguno de nosotros, sí complicaba las cosas, porque, aunque ya estábamos con una pareja, yo no veía a Marcos como alguien del que me pudiera enamorar. Lo quería mucho, pero no lo veía así.
Llegamos a la cabaña más rápido que la última vez, o tal vez, por andar perdido en mis pensamientos, lo había visto más rápido que la última vez.
—Sabía que vendrían de nuevo. —Aimara nos recibió con un gran abrazo; se veía tan hermosa como siempre.
—Hola, chicos. —Cele y Care saludaron; ellas siempre se veían muy bien juntas, creo que hacen el equipo perfecto.
—¿Y Vicky? —pregunté al no verla salir de la cabaña.
—Está trabajando en un proyecto especial. —Aimara comentó, entendía que Vicky era una escritora reconocida y que debía estar haciendo sus otros proyectos.
—¿Aún sigues haciendo tus lecturas conjuntas? —Nika se puso a hablar con Aimara, y es que Aimara hacía lives donde se ponían a leer con dos personas de México. Así había crecido tanto el movimiento, que en algunas ocasiones entraba a las lecturas y veía a personas tan asombrosas.
—Con mis luces rojas. —Aimara, con su personalidad tan atrayente. —Obvio, chiquita.
Reímos y pasamos a la cabaña. Habíamos llegado en la tarde, así que hoy no iríamos a la balanza; estaríamos aquí con ellas esta noche y luego iríamos a la balanza todos juntos.
—Chicas. —Mientras todos estábamos reunidos en la sala, Tristán preguntó. —¿Qué pasó con Leo Albuja? —Sabíamos que era el autor de Una llamada desde el corazón, el que habíamos leído en clase, pero no supimos más nada de él a través del movimiento.
—Leo… —Aimara se veía triste. —Él ya no está con nosotros.
—Tenía un gran futuro. —Aimara estaba llorando. —Pero jamás creyó en él; en su niñez muchas cosas lo marcaron, jamás supo cómo pedir ayuda y su escape fue irse.
—No sabía que los escritores podían estar pasando, por tanto. —Inevitablemente, empecé a llorar.
—Las redes sociales solo se enfocan en una parte hermosa, una parte atractiva. —Care intentaba calmarse para no llorar. —Pero en el día a día, pasan muchas cosas que no saben los demás; muchas veces podemos hablar, pero no sabremos con exactitud qué pasa con los demás.
—Para los escritores. —Nika, quien estaba muy triste porque era muy amiga de Leo. —Muchas cosas los inspiran; Leo se inspiraba en su melancolía, eso hacía que todo se viniera abajo.