Balas De Amor

♖(14) PARTE DOS♖

RECUERDOS QUE DUELEN

PARTE DOS


Alexander

La guio por los camerinos recordando que también era el de mi hermano, antes éramos unos de los mejores peleando a dúo vivíamos con mi madre en ese entonces ella tenía muchos gastos para la casa aún yo no conocía este mundo cuando Jacob (mi hermano) me lo enseño nos volvimos adicto al punto que nadie nos podía detener y las recompensas eran enormes lo suficiente para pagar cada uno de los gastos de la casa.

Mi madre nos había advertido que no nos metiéramos en eso porque era peligroso, ya era tarde estábamos en los mejores el dinero, pagábamos muchas todas las deudas juntos a eso las mensualidades de la preparatoria Jacob era feliz con su novio Matías y yo vivía ese mundo de ser un don juan entre las chicas al tiempo conocí a Sharon.

Cuando nos encontrábamos de maravillas vivía un universo de posibilidades infinitas hasta entrar a un agujero negro de lleno de problemas, demonios y obstáculos cuando llego ese quince de abril eso fue la gota que derramo el vaso convirtiéndose en un apocalipsis sin cura. Jacob muere apuñalado todavía recuerdo como agonizaba en mis brazos encima de ese charco de sangre en este mismo camerino por culpa de ese peleador.

No debí dejarlo solo cuando sabíamos el riesgo que pasábamos. 

Ella me corrió de la casa como un perro culpándome de su muerte por muchas veces que le suplicaba de rodillas era algo imposible.




 

—Por favor, te pido que no me saques de tu vida como si fuera una simple basura —Le suplicaba.

 

Ella ignora lo que digo sacando mi toda mi ropa en bolsa de basura lanzándolo como si de verdad en este momento dejaba ser parte de su vida por completo.

 

—Lárgate de mi casa Alexander…

 

—Mamá te lo pido ¡Soy tu hijo!

 

—¡Jacob murió por tu culpa! —Me señala—. Se los dije tantas veces que no lo hicieran hasta ahora me doy cuenta que los gastos no eran adicionales, no tenía deudas con la preparatoria ¿Lo que hacía por ustedes jamás fue suficiente mientras no paraba de trabajar día y noche?

 

—Mamá…

 

—¡No me digas madre porque dejaste de ser mi hijo Montenegro, recuérdalo!

 

Me arrodillo ante ella abrazando sus piernas mientras mis lágrimas no tardan en salir, no quiero que me saque de su vida como si fuera una basura esta bien que me deje de hablar por semanas no de esta manera.

 

—Te lo suplico, no me corras, no me saques de tu vida ¡Perdóname! —Me aferraba a ella.

 

—¡Suéltame Alexander!

 

Ella me empuja alejándose de mi cerrando la puerta en mi cara aún de rodillas, llorando viendo el suelo.

 

—Perdóname… —Musito con lágrimas en mi rostro.



 

Esos recuerdos me duelen más que una bala en la pierna.

La puerta se abre llamando mi atención y ella sale con un crop top azul marino deportivo dejando al descubierto su abdomen casi marcado se ve demasiado sexy con ese short cómodo dejando ver las visas sus piernas «ahora siento una atracción por ella con ese cabello negro» pero lo físico no importa cuando lo interno es más importante.

 

—¿Qué ves?

 

—Las paredes

 

—Ja, ja, ja, mira cómo me río

—Falta tu protección —Busco en mi bolso las muñequeras de túnel carpiano junto con las tobilleras de comprensión—. Ten colócate esto…

 

Se lo entrego sentándome otra en la banca al terminar sale con una cara de confusión y suelta un suspiro rendida.

 

—¿Me puede poner este collar? —Me lo enseña—. Por favor es de la buena suerte…

 

—Voy…

 

Me levanto tomando su collar para darme la vuelta apartando su coleta, tiene ese olor tan agradable haciéndome regresar al salón la tensión es vulnerable a punto de perder el control y termino de abrochar su collar.

 

—Ya

 

—Gracias —Dijo viendo para sonreír a boca cerrada.

 

—Bien colócate los zapatos y cúbrete con la campera para que note frío —Ella asienta y se lo entrego.

 

Llegamos a la entrada del ring escuchándose la gente gritar, música y algunos parlantes anunciando las apuestas en este caso como el reemplazo de Gustavo es una chica obviamente su rival es femenina, aunque Sam si le ponen un hombre lo derrotaría también, veo que se quita los zapatos junto con la campera con cuidado a punto de subir la detengo tomándola del brazo.

 

—¿Qué pasa?

 

—Te falto tu protección bucal…

 

—Lo fueras dicho antes —Se baja del ring.

 

—Ha esta edad suelo olvidar algunas cosas.

 

—Ni que tuvieras cincuentas años

 

—Eso lo que tú no sabes —Saco el protector bucal de color azul marino—. Abre la boca…

 

—No gracias yo misma me lo pongo —Me los quita y entreabrió su boca para ponérselos

 

Se la vuelta para volver a subir

 

—Busca su punto débil —Le aconsejo

 

—Cállate Alexander…

 

—Cállame…

 

Ella voltea sacándome el dedo grosero y sonrio.

En el primer round abatió a su contratacante con una patada en su abdomen haciéndole una llave admito que increíble sus movimientos en sus piernas son algo perfecto.

Veo que se levanta centrándose otra vez en su rival haciendo unos pasos mareándola y recibe un golpe en su rostro, vaya la cara que puso al percibir su labio algo roto sin temor a nada ella hace lo mismo y la gente aplaude, grita si parar luego con sus piernas la toma del cuello haciendo un giro rápido dejándola en el piso más con una llave.




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