Balas De Amor

♜CAPITULO DIECINUEVE♜

19

CAJAS DE CARAMELOS

Samanta

Lo único que recuerdo fue salir de la casa, me quede dormida luego me levante para entrar al jet lanzándome otra vez rendida del sueño encima del sofá al despertarme me doy cuenta que aún seguimos en el jet porque me pierdo en el hermoso cielo donde las mañanas hacen esa mezcolanza de rosado y amarillo creando semejante belleza con las nubes «me considero más una persona selenofilica» contemplar el cielo oscuro lleno de estrellas admirando la luna.

Suelto un leve suspiro apoyándome en la almohada.

 

—¿Todo bien? —Pregunta mi padre

 

—Todo perfecto…

 

—Me parece excelente —Sonríe—. Tu madre te acaba de calentar el desayuno.

 

—¿Falta poco para llegar? —Me alzo para sentarme en el sofá estirándome un poco.

 

—Solo una hora con treinta minutos —Dijo mi tía.

 

Comienzo a comerme una tostada con queso, jamón y encima unas deliciosas ruedas de tomate sin pensarlo dos veces le doy un bocado.

 

—¿Y mi celular?

 

—Debería estar en el sofá porque cuando estabas dormida lo tenías entre las sábanas. —Comenta mi mamá.



 

Lo busco a mis lados hasta conseguirlo viendo que tengo algunos mensajes de Gustavo y Alexander, pero recuerdo lo que me dijo mi madre en la habitación al confesarle algunas cosas.

 

—Mamá ¿Qué lo que me dijiste de Gustavo la otra vez?

 

—¿Qué?

 

—Me dijiste que lo viste la otra vez sin el inmovilizador

 

—Si.

 

—¿Por qué lo dices? —Indago mi papá

 

Estoy consciente que desde hace mucho tiempo le prometí que no iba regresar a las peleas porque sabía perfectamente que no era vida y cada vez me conseguía en los callejones con algunas gotas de sangre en mi rostro junto eso los nudillos lastimados.

 

—Es que… —Susurro—. Gustavo me dijo que lo reemplazara en unas de sus peleas por cuatro días porque se había lesionado el brazo haciendo algunos entrenamientos en el gimnasio.

 

Él enarca una ceja acomodándose en el puesto inclinando sus brazos en las piernas para apoyar su mentón en las manos. 

 

—¿Cómo que lesionado del brazo si el gimnasio no puede entrar nadie?

 

—Gustavo me dijo eso…
 

—Sam, el gimnasio está en remodelación porque tiene algunas fallas en las máquinas de ejercicio y las tuberías de agua por alguna razón los chicos entrenan ahora en las instalaciones deportivas de la agencia en la CIA —Explica mi tía.

 

—Me prometiste la primera vez que no ibas a pelear —Dijo mi papá mirándome fijamente

 

Acepto que su mirada me intimida con esos ojos azulados.

 

—Pero…

 

—Nada Fabiola, es cierto que Gustavo puede ser muy bueno en lo que hace en su área de trabajo aún nunca me dio buena espina al darle suficiente confianza y ponerle a su alcance las cosas.

 

—Papá no sabía lo del gimnasio y además ya no soy una niña puedo defenderme sola.

 

—Se que tú no eres una niña, pero eres nuestra hija —Señala a mi mamá sin dejar de mirarme—. Si algo te pasa nosotros tenemos que dar la cara por ti porque yo no quiero recibir una llamada altas horas de la madrugada diciéndome que mi hija está muerta, estos años que tengo no son por nada y esas actitudes que tiene contigo no me gustan.

 

En ningún tiempo me he dedicado contarle las cosas como son a mi padre no es que sea sobreprotector solo tiene miedo de perderme y lo entiendo porque entre todo lucharon para levantarme de ese profundo hueco oscuro.

 

—Okey —Susurro para seguir comiendo.

 

—Señor ya vamos aterrizar —Avisa el copiloto.

 

—Está bien te puedes retirar.

 

Si supiera que antes Gustavo y yo fuimos los típicos amigos con derecho como para matar el tiempo sin llegar más allá porque sabía hasta donde poner mis límites, los meses pasaron dándome cuenta que se comportaba extraño siempre me regalaba vestidos «cosa que nunca me ha gustado» porque no es mi estilo y seguidamente me llamaba “Camila” desde ese entonces nunca decía mi nombre, me acosaba, no paraba de llamarme.

Nunca quise llegar a nada serio porque si accedía a eso no iba hacer buena vida para mí, luego conocí a Damon y todo fue peor ambos se tienen un odio que no sabría cómo explicarlo porque él solo me conto una “versión” de su historia:

“Por culpa de Damon, Camila se suicidó por sufrir tanto acoso de su parte y no quiero que pases por lo mismo”

Vivía en un círculo lleno de mentira y miedo a que su ira fuera capaz de asesinarme.

Con el tiempo me pidió perdón y como toda una estúpida que llegué ser lo perdoné nada fue igual solo nos saludamos, me fui al internado luego platicamos pocas veces hasta ahora que está comenzando a confundir nuevamente las cosas.




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Alexander

Recibí por la mañana un mensaje de la agencia que Gustavo va a las Bahamas y luego recordé por una nota de voz que me había enviado Christian también va al mismo lugar con su familia.

Saque algunos documentos viejos enterándome que ellos fueron algo en el pasado, pero nunca se había dado a la luz porque supuestamente eran reservado y no lo creo. Nunca va salir de mi cabeza que él mismo mato a Camila solo porque ella estaba escapando de ese infierno «aún no creía hasta dónde puede llegar su obsesión por una mujer» aunque Samanta se defendería de cualquier cosa no sería capaz de dejarla sola.

Armo mi maleta para avisarle a mis pilotos mi destino, tomo mis cosas para salir de casa activando la seguridad después había llegado al aeropuerto para mi sorpresa tenía que esperar porque el avión le faltaba acomodar algunas cosas espero que no se tarden. Mientras estaba en los asientos veo en la entrada un pequeño niño con algunas bolsas de caramelo ofreciéndola las personas que entraban y salían de la misma sin prestarle atención, baja su mirada desanimado.




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