Bastardo sin pena

CAPÍTULO 4- "La invitación a mi habitación"

 

Muevo la cortina despacio y noto que la luz de su habitación está apagada y mi pobre corazón apunto de salirse de mi pecho en cualquier momento.

Tranquila, Any

— ¿Qué puede salir mal?

1. Que te pille un profesor.

2. Que se quiera vengar por lo que le hice.

3. Que yo haga alguna tontería y el termine odiándome mas de lo que me odia.

—¡No, Any! —gimo en fastidio, dando vueltas por toda la habitación. Y de pronto el foco se me prende.

 

¡Tengo que salir de aquí!

Agarro la chaqueta a toda prisa antes de que él venga. — ¿Cómo no se me ocurrió antes? es la mejor decisión que he tomado en todo el día, abro la puerta a toda prisa cuando de pronto pego la cabeza contra un torso duro.

—¡Ouch! —quitate

—¿A dónde vas? — dice en tono autoritario, inclino mi cabeza hacia arriba y veo a Rhett, está frente a mí con un jeans negro y una camiseta polo blanca que marca perfectamente sus pectorales, todavía llevaba sus anteojos, esos malditos anteojos que le hacían ese aire de Clark Kent, sexy e intelectual.

—¿Estás tratando de escapar de mí?— me dice levantando una ceja

—¡No, es que yo tengo que ir a un lugar y me agarró tarde, lo dejamos para luego! — le digo lo primero que se me viene a la mente, mentirosa, mil veces mentirosa. 

Escuchamos un ruido viniendo de la esquina del otro pasillo, mi curiosidad por saber quién es se ve interrumpida con el empujón que me da Rhett hacia adentro de la habitación.

—¡Entra rápido!— dice Rhett un poco nervioso mientras me empuja rápidamente y entrecierra la puerta. Se asoma un poco para escuchar y murmura.

—Es el guarda, su turno ya comenzó— lo dice mordiéndose el labio inferior.

—Creo que lo vi por aquí pero no estoy seguro— dice el guarda mientras está hablando por celular con alguien y yo justo veo mi oportunidad.

— ¡Aquí está! — digo espontáneamente sin pensar en las consecuencias, Rhett cierra la puerta de golpe y su mirada cambia, amplía sus ojos y arquea sus cejas tirándose encima mío. 

—¡Cállate! — me tapa la boca con su manos y me aprisiona contra la pared. Podemos escuchar los pasos afuera mientras mi corazón se acelera cada vez más al sentir el calor que emana el cuerpo de Rhett.

— ¿Señorita está todo bien? . Dice el guarda mientras Rhett me hace una seña con su dedo de que no hable.

— Escuché ruidos saliendo de su habitación, ¿está todo bien? —insiste y Rhett no le ve otra salida más que dejarme hablar. Acerca su cara a la mía y puedo comenzar a sentir su boca rozando mi oído

—Si dices que estoy aquí, estás en problemas tú también— murmura suavemente. Iba a hablar, decirle al guarda que Rhett estaba ahí pero justo cuando él dijo eso sabía que las cosas cambiarían, sabía que el era el hijo del Director y haría lo posible para que le creyeran su versión. Así que no tuve más remedio que cambiar la historia.

—Estoy cantando, disculpe, estoy practicando para el evento— dije en voz alta mientras Rhett me mira cuidando cada detalle de lo que digo con su mano a centímetros de mi boca

—¡Oh claro, está bien, continúe su práctica y Buenas Noches!— dice el guarda mientras se escucha que se aleja, pero Rhett no se ha movido ni un centímetro.

—¿Te quitas? necesito aire— le digo exasperada de oler tanto su colonia y sentir ese calor tan sensual que emanaba su cuerpo.

—¿Por qué huías de el? — le pregunto confundida y curiosa al ver cómo se quitaba los anteojos y los ponía sobre mi mesita de noche.

— ¿Si eres el hijo del director no deberías de esconderte, no crees? pregunto insistiendo, cualquier cosa que me dijera la podía usar en su contra más adelante.

— Le quité unas llaves — dice como si nada mientras se sienta en la orilla de mi ventana — saca una caja de cigarros de su pantalón, sostiene un cigarrillo y lo aprisiona en su boca. 

—El no sabe que fui yo— dice mientras inclina su cabeza y prende el cigarrillo. 

—¿Llaves de qué? — le pregunto por pura curiosidad

—¿De qué querías hablar conmigo? — contesta dejando salir el humo de su boca e ignorando completamente mi pregunta.

—¿yo? ¿Cuándo dije que quería hablar contigo? 

—Desde que entraste a esta Universidad, has buscando todas las formas posibles para hablar conmigo hasta lograste que Airon te diera un uniforme sin mi aprobación— levantó una ceja mientras le daba una calada al cigarrillo y se pasaba el dedo por su sexy cabellera—

—¡Querías mi atención, ahora la tienes!. — Suelta el humo mientras su mirada se cruza con la mía  y por un instante recordé lo que Natalie había dicho el otro día, que el nunca cruzaba miradas con las chicas o no aguantaba más de 5 segundos, pero, era la tercera o cuarta vez que lo hacía conmigo. Reacciono y le contesto mirando hacia el suelo




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