—¿Rhett estás seguro que a vas a ir? Mejor llamamos a la policía.
—Tengo que ir, que harías en mi lugar? No me voy a quedar de brazos cruzados, además tu escuchaste lo que dijo: ¡Si le dices a la policía lo mato!.
—Al menos espera a que vengan los demás!
—No puedo, ya no hay tiempo, tú quédate aquí y no abras la puerta hasta que todos regresen.
—¿Estás loco? tengo que ir a pedir ayuda.
—Tienes que quedarte aquí para cuando Paulina regrese con los demás.
—Pero tengo miedo.
—No te preocupes, no voy a tardar, cierra bien todo y manténte cerca de la fogata.
—No entiendo, se veía un chico tranquilo.
— Ni yo, es increíble como alguien en quien confías sea capaz de algo así.
—Nos destruyó y ganó.