Me mantengo en medio de los árboles, entre toda la maleza para mantenerme seguro, aunque me parecen aterradores cuando el viento los rosa. Me protegen de los demonios que prometieron ser mis amigos.
Ahora soy más frágil que las hojas en otoño. Estoy en la orilla de un precipicio y ni siquiera lo había notado, quiero pensar que ésta vez la tierra tomará fuerte mis pies para no dejarme caer, después me envolverá con el sonido del viento para así sacar de mi mente todos esos pensamientos que no quieren salir de mi cabeza.
La lluvia llenará mis pulmones, la tierra cubrirá mi cuerpo y alma, el viento me quitará la voz para así no ser escuchado.
Y finalmente, las hojas secas de los árboles cubrirán mis ojos, haciendo que toda la fatalidad de mi sentir esté terminada. Un enorme árbol crecerá encima mío y hará que los rayos del sol no pasen. Toda aquella flor que crezca a mi alrededor, morirá de sed y tristeza.