Batman Family: Legacy

Capítulo 23. El lugar que te corresponde

Batman Family: Legacy

Wingzemon X

Capítulo 23
El lugar que te corresponde

 

Lunes, 05 de agosto del 2013

Hay sitios en el mundo que a pesar de que su nombre y existencia resuena fuertemente entre las voces y oídos de la gente, siguen siendo grandes y peligrosos secretos. Sitios de los que muchos han oído hablar, y que suponen saben cómo son y cómo funcionan. Infinity Island, ubicada en el Océano Índico en algún punto sin marcar, es uno de ellos. Es uno de esos lugares de leyendas, cuyas historias iban desde las teorías de conspiración, hasta las leyendas sobrenaturales más estrafalarias. La realidad, sin embargo, se ubicaba en algún punto entre esos dos extremos, pues desde hace cuatro siglos aquel misterioso sitio había sido controlado por una organización tan letal y peligrosa como su propio nombre la describía: la Liga de la Sombras, conocida también por algunos como la letal Liga de Asesinos.

Pero actualmente ya no era sólo una más de sus tantas bases de la Liga alrededor del mundo, pues desde la casi impensable destrucción de la ciudad de Nanda Parbat hace más de año y medio, Infinity Island se había vuelto en el hogar permanente de su actual cabeza, y el centro de todas sus operaciones. Aunque, desde aquel fortuito incidente, dichas operaciones en realidad se habían mermado demasiado, hasta el punto de básicamente tener a todos sus elementos a  la espera, y en expectativa de lo que habría de ocurrir de ahí en adelante. Ya que lo más grave no había sido como tal la destrucción de aquella legendaria ciudad, sino los rumores alrededor de en qué estado su líder había salido de aquel incidente, y cuya realidad aún no era del todo expuesta incluso dentro de la propia organización. Peo tarde o temprano dichos rumores tendrían que ser acallados o confirmados, siendo lo segundo lo más probable.

La isla era fácilmente reconocible por sus volcanes gemelos activos, y su frondosa y oscura selva. A las faldas de aquellos volcanes, y oculta entre los altos árboles y casi custodiada por las fieras que entre ellos habitaban, se encontraba una enorme y vieja fortaleza, de apariencia rustica e incluso descuidada. Sin embargo, aunque por fuera se pudiera ver como un viejo monasterio abandonado y al que la propia naturaleza ha ido poco a poco consumiendo, aquel sitio era en de cierta forma el corazón de la Liga en aquel momento, y el hogar de reposo de su herido líder. Ocultos entre sus paredes y alrededores, había cientos (o quizás miles) de Sombras, guerreros entrenados para ser indetectables e invencibles, o morir en el intento de serlo. Todos se encontraban fijos en su posición, con la misión de proteger la fortaleza de cualquier ataque enemigo, especialmente de cualquier osado que quisiera aprovechar el estado actual de la Cabeza del Demonio.

En el patio central de aquella fortaleza, dos de esos guerreros se enfrentaban entre sí en un arduo y peligroso duelo. Ambos vestían atuendo totalmente negros y máscaras que cubrían sus narices y bocas y dejaban a la vista sus respectivos ojos. Además de ello, cada uno portaba una espada, bastante real y afilada. Uno de ellos era relativamente más bajo que el otro, de complexión delgada, cabello negro corto y ojos verdes; a simple vista parecía ser sólo un niño. La otra persona tenía la complexión de una joven mujer adolescente, relativamente más alta que su oponente, de cabello negro corto hasta su cuello, y ojos color ámbar serenos y fríos.

Ambas figuras oscuras se lanzaban sin el menor miramiento contra el otro, chocando las hojas de sus armas con arrojo, tanto que el sonido del metal retumbaba entre el eco del antiguo monasterio. La agilidad de ambos era excepcional. A pesar de sus diferencias de tamaño, y de seguro de edad, ambos lograban moverse al mismo son de su contrincante, esquivando y contraatacando al mismo tiempo. La cercanía de sus filos contra el cuerpo de su contrincante era tan imponente, que se sentía que al más mínimo resbalón o distracción, alguno terminaría con su cabeza separada de sus hombros. Pero aquello no parecía incomodarlos ni mermar su decisión.

Aquel enfrentamiento era vigilado de cerca por una tercera persona, que aguardaba de pie al margen de aquella explanada. Era una mujer alta y de complexión atlética, de rasgos asiáticos y de un largo y lacio cabello negro que llegaba hasta la mitad de la espalda. Usaba un largo traje rojo de piel, y en su espalda portaba un sable enfundado cuya empuñadura sobresalía por detrás de su hombro derecho. Ella estaba parada con firmeza, con sus dos manos juntas atrás de su espalda y sus ojos puestos en el movimiento de cada uno los peleadores delante de ella. Cada paso, cada salto, cada giro de sus muñecas y brazos, los analizaba y registraba con sumo detalle. Ante un ojo normal, aquel duelo definitivamente resultaría impresionante, quizás incluso difícil de creer. Pero para aquella única observadora, eso llegaba apenas a ser aceptable.

Tras un salto que dio hacia atrás el peleador más pequeño para hacer distancia entre ambos, su pie derecho pareció pisar un poco mal y por un segundo perdió el equilibrio. La joven con la que se enfrentaba no se detuvo ante eso y lanzó un sablazo directo en su contra. El peleador pequeño se agachó hasta casi rozar el suelo para esquivar la hoja. Se apoyó en una mano en el suelo para impulsarse hacia atrás, alejándose de ella arrastrando los pies contra al piedra.



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En el texto hay: dc comics, batman, batgirl

Editado: 28.05.2020

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