Capitulo 10

Capítulo 10.

Scarlett

Domingo 1:02 a m

Juro que nunca había tenido una cita así de loca

El a 5 metros de mí en su forma de Bestia y yo alerta porque si atacaba me defendería.

oh claro que lo haría.

Pensé que me iba a atacar, a rugir, a hacer algo, pero no, no hizo nada, solo se sentó allí

en otras circunstancias hubiera pensado que su forma de lobo era muy linda y tierna

-No piensas atacar? - dije muy fastidiada

El abrió los ojos, ladeo la cabeza y la sacudió de lado a lado

Sentí como la furia llegaba a mí, tal vez era porque no había dormido y posiblemente ya eran las 1:00 am o tal vez era porque tenía hambre, pero exploté.

-LLEVÓ CORRIENDO MÁS DE DOS HORAS MIENTRAS ME PERSIGUE UN PERRO GIGANTE, ESTOY SIN MIS ZAPATOS, MI BLUSA Y VAQUEROS ESTÁN HECHOS UN DESASTRE, ESTAMOS PERDIDOS, SEGURAMENTE PAREZCO UNA LOCA GRITANDO EN MEDIO DE UN BOSQUE A UN PERRO Y TU NO PIENSAS ATACAR?! - y luego de haberle dicho todo eso él sólo se levantó del suelo, me miró y empezó a caminar lentamente, supuse que quería que lo siguiera y eso hice, al salir de los árboles en esa parte del bosque se pudo ver la luz de la luna de manera intensa.

Así que me adelanté, esa parte del bosque era hermosa, era gigante, y en el fondo había un acantilado altísimo que me provocó miedo, la luna se veía grande y brillante, simplemente hermoso.

Luego entendí que no podíamos estar perdidos porque él conocía el bosque.

-No voltees- (estaba tan concentrada el hermoso paisaje que no me fijé cuando Bestia volvió a ser un humano) lo obedecí en lugar de voltear la cabeza como la niña del exorcista me senté en el suelo del bosque mirando a la luna.

Varios segundos después sentí como al lado mío se sentaba Nathaniel.

-Es hermosa ¿no? - habló refiriéndose a la luna y yo asentí.

Volteé hacia él y mirarlo me pareció más entretenido.

Se veía tan relajado y calmado, su cabello castaño estaba desordenado, estaba sin camisa lo que hacía que su piel morena brillará y se notará lo mucho que corre, pero no pierde masa y por la forma en la que se sentó pude notar algunas cosas más como que tenía la clavícula marcada, pero no demasiado y también tenía la manzana de adán lo que me encantó.

-lástima que tenga tantos secretos- hablé refiriéndome a él y gracias a Dios no lo notó o eso creí.

-Sí, nunca terminas de conocer las cosas- volteó a mirarme y los dos por primera vez en toda la cita nos miramos a los ojos.

Beso, Beso, Beso, Beso

Pero fui yo quien rompió el contacto y el ambiente se tornó incómodo.

-ah, por cierto - habló rompiendo el silencio incómodo y rebuscando entre los bolsillos de la sudadera que horas antes había sacado del auto y sacó una cajita de terciopelo azul.

-ay, me alagas, pero no me siento preparada para comprometerme así que...-hablé con burla.

-Primero, ya estamos comprometidos, segundo este es el anillo de compromiso de mi madre, ya sabes, herencia.

Luego extendió su mano para que yo lo tomara y el momento del contacto fue cálido y acogedor.

-Este anillo tiene una piedra especial que te protege de algunas cosas, la piedra solo la tiene mi familia por eso sabrán quien eres antes de intentar hacerte daño- dijo mientras me lo ponía.

-Técnicamente me estás marcando como tu territorio- hablé sarcástica.

-No, técnicamente estoy avisando que eres mía- dijo con un tono de seriedad

- que honor- rodeé los ojos - y porque yo tengo que usar un anillo como marca de que soy tu cordero y tú no tienes nada.

- Si te fijaras más en las cosas te darías cuenta de que me quité mi anillo y lo guardé en el auto- habló soltando mi mano lo que hizo que el frío de la noche me golpeara de nuevo y luego escuche su risa ronca.

uy uy uy

- ¿eres mi cordero? - dijo aún entre risitas

- ¿No lo sé, que soy para ti? - y luego de esa pregunta paró de reír de inmediato y volvió el silencio de la noche donde solo se escuchaba el sonido de la naturaleza, bajé mi vista al anillo y lo analicé.

Sin duda alguna era muy bonito, era color plata y en el centro de este había una piedra esmeralda que me recordaban a sus ojos, pero la piedra era aún más brillante y en la mitad de esta había un círculo negro muy pequeño.

-Jamás te lo quites- dijo relajado- nunca, pase lo que pase.

-Me moriré o qué? - hablé fingiendo terror

-Algo así - respondió aún relajado.

Luego de un largo tiempo en silencio sólo mirando la luna recordé algo

oye niña, tú no tienes casa o qué?

-Tenemos que irnos- no puedo llegar a casa tan tarde- avisé preocupada.

El solo asintió, se levantó y nos dirigimos a su auto.

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Después de llegar a la unidad estacionó su auto en la entrada de mi casa.

- Nada- Habló ante el silencio - No eres nada para mí ahora ¿no es eso lo que debemos de intentar? ¿Crear lazos? - y fue ahí donde entendí.

-Ya te lo dije, lo intentaré si tú lo intentas- dije ya lista para salir.

No sabía qué hora era pues mi celular se había apagado. Tenía las llaves de mi casa, así que iba a ser muy fácil entrar sin que mi padre lo notará

si, como si esas cosas pasaran

Abrí cuidadosamente la puerta y la cerré, luego pasé la cocina y subí las escaleras lentamente.

Nunca en mi vida había sido tan cuidadosa

Al llegar a mi habitación abrí la puerta, entré, me recosté en la puerta y la cerré, "a salvo" suspiré.

- Se puede saber en dónde estabas? - preguntó la voz de mi padre a lo que yo ahogué un grito.

-Papá! - grité y me dirigí al interruptor para iluminar la habitación.

Y ahí lo pude ver, con su pijama sentado en la cómoda que quedaba abajo de la ventana mirándome fijamente y enojado.