Holaaaaaaa!
En mi cabeza solo suena ésta canción el día de hoy.
Oh oh happy happy birthday to me
No, happy happy birthday to me
Oh feliz cumpleanos para mi
Yeah, it's my birthday
Es mi cumpleaños, so, quiero darles éste regalito. Escribir es una parte de mí, no me importa que esté en la esquina de mi habitación llorando, quiero dejarles algo a ustedes. Espero que mi crisis de los 21 pase pronto, estoy aterrada por lo que ha pasado, por lo que pase y por lo que pueda pasar. Muchas gracias por leerme, por darme esa chance de escribir el libro que les quita tiempo de sus días, espero me sigan leyendo, me sigan y me sigan apoyando. Su apoyo es lo que motiva a seguir escribiendo, sigo trabajando en éste y más libro, espero comenzar a publicar uno pronto pero tenganme paciencia, ésto de hacerlo a escondidas es más dificil de lo que parece, jajajaj. En fin, me voy a llorar.
Solo quería decrieles eso, que siento tan bonito ver como mi libro crece, recuerden que también está disponible en wattpad, siganme en insta para que se den spoilers del libro y si están interesados, mandeneme mensaje para compartirles el libro completo y que lo puedan leer para darme su retro, jajaja
Muchas gracias por todo y happy happy birthday to me.
Nicky estaba sentada en la cama, abrazando una almohada contra su pecho. Miraba el reloj de la mesita de noche, escuchando de fondo el murmullo lejano de voces en la sala. Se mordía el labio, inquieta.
“¿Por qué no puede contarme nada? ¿De qué se trata eso de rivales? ¿Y por qué Noah aparece siempre en medio de todo lo raro?”, pensaba.
Se recostó de espaldas y suspiró, la mente corriendo a mil. No era solo celos ni inseguridad; era la sensación de que Alec estaba peleando una guerra que ella ni siquiera alcanzaba a imaginar.
La puerta se abrió despacio. Alec entró, cerrándola detrás de sí con cuidado. Llevaba esa mirada seria que tantas veces escondía detrás de sus bromas, pero apenas la vio, el gesto duro se suavizó.
—¿Ya acabaste tus secretos? —preguntó Nicky con voz baja, sin soltar la almohada.
Alec se acercó, se sentó a un lado y le acarició la pierna con calma.
—Ya. Noah se fue. —Se inclinó un poco, bajando la voz—. Y créeme, lo último que quiero ahora es seguir hablando de problemas.
Nicky arqueó una ceja.
—Conveniente… justo cuando me dejaste con mil preguntas.
Él sonrió ladeado, culpable pero pícaro al mismo tiempo.
—Prometo que algún día te las voy a responder. Pero esta noche… —sus dedos rozaron su mentón y la hicieron mirarlo a los ojos— prefiero retomar lo que no terminamos en el sofá.
Nicky sintió cómo el corazón se le aceleraba. Quiso replicar, hacerle un reproche, pero las palabras murieron cuando Alec la empujó suavemente contra el colchón y se inclinó sobre ella.
—Alec… —susurró, entre nerviosa y ansiosa.
Él bajó hasta rozar sus labios, sin besarla todavía, dejándola sentir su respiración tibia.
—Dime que no quieres —murmuró en tono grave—, y me detengo.
Nicky sonrió de medio lado, esa sonrisa traviesa que siempre lo volvía loco.
—¿Y si quiero?
—Entonces… —la besó con la misma intensidad que habían dejado a medias antes— ya no pienso dejarte escapar.
Las manos de Alec recorrieron su cintura mientras la acercaba más. Nicky lo recibió con un beso igual de desesperado, como si el mundo pudiera caerse afuera y no importara.
El beso se volvió más profundo, más urgente, como si ambos intentaran recuperar todo el tiempo que habían pasado separados. Las manos de Alec se enredaron en el cabello de Nicky, atrayéndola más cerca, mientras su cuerpo se presionaba contra el de ella con una necesidad que ya no podían ignorar.
Nicky dejó escapar un suspiro entrecortado, sus dedos trazando la espalda de Alec, sintiendo cada músculo, cada latido. Su respiración se mezclaba con la de él, creando un ritmo propio, íntimo y eléctrico.
—Te… te quiero aquí —murmuró ella entre besos, sus palabras casi un gemido, y Alec le respondió con un suave mordisco en el labio inferior, haciéndola arquearse contra él.
Alec bajó su rostro hacia el cuello de Nicky, dejando una estela de besos y caricias, mientras ella se aferraba a su espalda, recorriendo su torso y sintiendo cómo la piel de ambos reaccionaba a cada toque. Su cercanía hacía que todo lo demás desapareciera: la ciudad, los problemas, las peleas, todo era solo ellos, atrapados en su propio universo.
—Mmm… no sabes cuánto te esperaba —susurró Alec entrecortado, mientras sus manos bajaban lentamente por la cintura de Nicky, descubriendo la suavidad de su piel bajo la camiseta.
Nicky arqueó la espalda, acercándose más, buscando su boca nuevamente, mientras Alec respondía con un beso prolongado que los dejó sin aliento, los labios y respiración entrelazados. Cada roce, cada movimiento, era una mezcla de pasión y ternura; no había prisa, solo el deseo de explorar cada sensación, cada reacción del otro.
Ella lo miró entrecerrando los ojos, mordiendo suavemente su labio inferior antes de susurrarle: