Beauty Line

Capítulo 11

"La conformidad es la carcelera de la libertad y la enemiga del crecimiento" - John F. Kennedy

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Ada.

Mientras observo a varios reporteros a nuestro alrededor de inmediato me arrepiento en haber aceptado a venir en vez de quedarme junto a mi hermana viendo películas y comiendo algunas golosinas. Imagine que todo sería en privado y nada público como suelen ser las veladas en dichos estatus.

A medida que avanzo siento que en cualquier momento estaré en el suelo por estos zapatos y más las molestas luces de las cámaras que molestan mis ojos. Darren parece darse cuenta de lo sucedido y con su mano cubre mi rostro de las cámaras hasta llegar a la alfombra, algunas exclamaciones de sorpresa y suspiros por parte de los espectadores se oyen gracias al gesto de Darren.

Una chica quien se encuentra en la alfombra sonríe cuando Darren se acerca sin embargo la sonrisa no de dura mucho cuando sus ojos conectan con los míos.

— Leonela — saluda Darren.

— ¿Quién es ella? — pasa del saludo.

— Ella es Ada, y Ada ella es Leonela hija de una amiga de mi madre — nos presenta, estiro mi mano con educación a lo que ella responde con cierto desprecio en su rostro.

Un señor nos pide que miremos al frente y sonriamos a los reporteros como si fuésemos una especie de celebridades, en mi caso no lo soy. Luego de unos diez minutos de sesión fotográfica ingresamos al lugar en donde se desarrolla la velada.

Quedo totalmente maravillada cuando pongo un pie en el sitio, es totalmente hermoso, las luces y los adornos que se encuentran en el lugar le dan un toque refinado. En el centro de las mesas un hermoso y gran adorno de flores reposa en ellas. Darren me toma de la mano acercándonos a una de las mesas, puedo notar a cuatro personas en ella, quienes a sentir nuestra presencia voltean a observarnos en especial a mí.

— Me disculpo por la tardanza — manifiesta Darren a los señores con educación.

— No te preocupes — masculla una de las señoras algo sorprendida.

— ¿Quién es ella Darren?

— Te presento a Ada mamá, es mi acompañante en esta noche — sonríe acercándome a él —. Ada ellos son mis padres y los padres de Leonela.

— Un gusto — bramo avergonzada.

— Es un placer conocerte Ada — dice su padre.

Darren me pide que tome asiento antes de hacerlo él, admito que esta noche me siento mas que avergonzada, incomoda, su madre no deja de observarme de reojo no muy emocionada, y la señora de al frente solo toma su copa con cierto disgusto, Darren parece notar mi estado de animo por lo que me ofrece un postre con una sonrisa.

Entonces una Leonela poco carismática se acerca con un chico a su lado, pasa de mi como si no existiera ganándose una media sonrisa de la madre de Darren.

— ¿Hija donde has estado? — pregunta su madre.

— Ayudando a mi primo dar la bienvenida a los invitados, por cierto, Michael él es Darren el chico de que te hable y ella es... ¿Cómo dices que te llamas? —- masculla elevando una media sonrisa, esta chica me está empezando a caer mal.

— Su nombre es Ada — responde Darren por mí.

— Oh, si, Ada una compañera suya.

— Es un placer conocerlos chicos —- dice Michael, a lo que toma mi mano dejando un casto beso en el, suficiente para que mis mejillas se calienten.

No puedo negarlo el chico es muy guapo y si le sumamos a mi poca experiencia con los chicos y más si tengo contacto con ellos me resulta muy difícil controlar mi timidez.

No sé que hora es, ni cuanto tiempo ha transcurrido desde que llegue aquí, pero siento que a medida que pasa el tiempo, me siento más fuera de lugar, los padres de Darren y los de Leonela parecen ignorarme cuando le hacen preguntas a su hijo o incluso a Leonela quien no lo deja tranquilo.

Este ambiente está comenzando a asfixiarme.

Cuando me pongo de pie llamo la atención de los presentes en la mesa, Darren me observa e intenta levantarse también a lo que inmediatamente detengo.

— Solo iré al tocador — formulo antes de caminar al otro lado del salón.

Humedezco un poco mi rostro con intención de no arruinar el maquillaje, me observo en el espejo y bajo esta vestimenta toda Ada Wright del pasado no existe, quién iba a pensar que una niña con menos gracia terminaría a como estoy ahora, de seguro que, si alguien me lo hubiese dicho, le diría que deje de soñar.

— No deberías estar aquí — interrumpe alguien en el baño.

— ¿Disculpa? Creo que el Baño es un lugar público — mascullo cerrando la llave.

Ella sonríe sacando un pinta labios de su bolso altamente caro.

— Hablo del lugar en general — dice.

— ¿Qué te hice?

— Se suponía que esta noche seria mía y de Darren, pero tuviste que aparecer — brama con desprecio —. ¿Cuánto te pago?

— Estás loca — mascullo dispuesta al salir del lugar.

Sin embargo, parece estar dispuesta a no dejarme en paz así que camina apresurada colocándose en toda la puerta impidiendo mi salida.




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