Beauty Line

Capítulo 13

"Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa".- Mahatma Gandhi.

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Darren.

En mi habitación luego de que las clases culminara, recuerdo aún su rostro con ligeras lágrimas el cual no pude aguantar en estrechar su pequeño cuerpo contra el mío reconfortándola. Aquella noche me enojé demasiado con Leonela tanto que le prohibí acercarse a mí y a Ada. Después de que la dejara en su casa, regrese a la fiesta en donde el personal de limpieza recogía el desastre que se había formado con la mesa de los aperitivos.

Mucha gente criticaba a Ada por su comportamiento, burlándose de la terrible humillación que paso, a excepción de mis padres quienes avergonzados se retiraron antes de la fiesta.

Entonces encontré a Leonela reírse junto a su primo y confesando que ella fue la culpable de que Ada se haya tropezado por simple envidia.

Por supuesto le recalqué lo doble cara y víbora que era, no me permití escuchar sus excusas saliendo del lugar, en donde las cámaras me abordaron por segunda vez consecutiva. Ahora sonrío al recordar sus mejillas rojas cuando conectamos miradas en la cafetería, ella es muy linda y una gran persona, el cual no merecía esos tratos en el pasado y en aquella fiesta.

- Darren, la cena esta lista - me avisa mi nana ingresando a la mesa.

- ¿Mis padres?

- Ya están en el comedor - asiento levantándome.

🏵🏵🏵

Dejo la servilleta en la mesa luego de terminar con mi cena, esta vez todos estamos en completo silencio, mi padre no articula nada y mi madre solo se limita a beber de su copa de vino.

- Buenas noches - me levanto dispuesto a regresar a mi habitación.

- Siéntate - ordena mi madre.

Regreso a mi sitio soltando un suspiro, mi madre termina de su copa, esta vez enfocándose en mí.

- ¿De dónde la conoces? - apretó mis labios cuando se refiere a Ada.

- Esta en mi clase.

- ¿Estudia contigo? - suelta una sonrisa -. No puedo creerlo. Mañana mismo te trasladare a otra institución.

Sorprendido me levanto de golpe tomándola por sorpresa a ella y a mi padre.

- Darren - advierte esta vez mi padre.

- ¡No puedes hacer eso!

- Eres mi hijo y hago contigo lo más conveniente.

- Sera lo mejor para tu imagen - reprocho -. No me cambiare a ninguna otra institución, estoy harto de todo esto.

- ¡Baja la voz! - se levanta esta vez -. ¿Acaso no te das cuenta cuál es tu lugar? Tu padre y yo tuvimos que pagar una cantidad de dinero a los reporteros para mantener limpia tu imagen.

No puedo creerlo ahora me saca en cara lo caro que le costo mantener a raya mi imagen con Ada, es simplemente increíble.

- Yo no te pedí que lo hagas, es más yo no pedí ser figura publica de tus diseños - recrimino -. Solo quiero ser alguien normal.

- Como mi hijo sabes que eso es imposible.

Es increíble su actitud, no puedo creer que esta persona frente a mí sea aquella madre cariñosa que alguna vez limpiaba mis lagrimas cuando me lastimaba o aquella que alguna vez me leyó un cuanto antes de dormir, esa mujer dulce ya no está.

- Te detesto - murmuro.

- ¡Darren! - golpea mi padre la mesa, mi madre me observa confundido y yo salgo del comedor ignorando sus llamados.

Encerrándome en mi habitación le marco a Ashton y maldigo cuando me envía al buzón de voz. Tomo una chaqueta de mi armario y abriendo la ventana me escabullo en silencio. Afuera de la mansión llamo a un taxi.

Cierro mis ojos sintiendo impotencia ante sus frías palabras << Como mi hijo sabes que es imposible >> ¿Imposible que? Decirle a la prensa que no quiero ser mas modelos, no creo que sea difícil. Este no es la profesión que elegí, me encanta la escritura y mi sueño es convertirme en un gran escritor.

Le pago al taxista mientras observo la casa, las luces se encuentran apagadas y entonces me reprocho por haber llegado hasta aquí. Camino hasta el patio encontrando una de las luces encendida en la segunda planta.

Visualizando una escalera la tomo y comienzo a escalar hasta llegar al balcón, Ada se encuentra con sus audífonos puestos cantando en voz baja, cierro mis ojos disfrutando de su dulce voz, de pronto frunzo mi ceño cuando se detiene de golpe, de inmediato la miro encontrándola observándome sorprendida.

- ¿Darren? ¿Qué estás haciendo aquí? - susurra.

- Estaba aburrido en casa.

- Debes irte, si mis padres te escuchan...

- Pues no soy quien está hablando - elevo mis hombros.

Ella se da cuenta de mis palabras y se avergüenza.

- Igual, no deberías estar aquí.

- ¿Ni siquiera de visita?

- No somos amigos - suelta despreocupada.

- Auch, eso dolió.

Sonríe saliendo al balcón y sentándose a mi lado, entonces sus ojos me contemplan en silencio.

- ¿Qué sucedió? - cuestiona.

- ¿Qué?

- Puedo ver en tu mirada lo triste que estas.

Ella es simplemente increíble.

- No es nada - miro el cielo completamente iluminado por las estrellas.




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