¿ Bebé sorpresa?, ¡ni loca!

07: Aquel pasado

Desearía que todo fuese felicidad, pero no siempre la vida es color de rosa.

Recordando aquel pasado.

ALIZÉE LACROIX

La niñez siempre marca una gran etapa de nosotros como persona. En ella, formamos y desarrollamos miles de capacidades y momentos que querremos repetir cuando seamos adultos, pero… no todos tenemos esa suerte de ser felices siempre en este momento de la vida.

El llanto proveniente de mí, ya tenía raspada mi garganta de tirar la camiseta de mi padre rogando que no se vaya, pero eso me ha pedido.

—Hija, tu mami y yo volveremos luego por ti, pero debes quedarte con tía Adelaine —niego repetidas veces con mi cabecita, no comprendo nada.

—Papi, quiero estar contigo y mami —ella no quiere verme, no comprendo que le sucede—, se supone que si soy su hija, deben cuidarme ustedes.

—Tu madre y tu padre tienen que ir lejos a trabajar para que tú y tu hermana mayor estén bien, mientras tanto, debes amar a tu tía con todo tu corazón —él siempre ha sido tan cariñoso conmigo.

Se dedica a secar las lágrimas de mis ojos con la yema de sus dedos.

—¿Por qué mami no me mira? —mis ojitos se empañan de nuevo.

—Ella está preocupada por la vida de ustedes, no las observa porque quiere quedarse y no dejarlas, le duele mucho ver sus caritas tristes. Cuando estés más grande Ali, vas a entender, por el momento, nos iremos. Recuerda que te amamos mucho —un beso en la frente de mi figura paterna me hace sonrojar.

—Papá, te amo con mi corazón—observo a mi madre—. Mami, ¿tú me amas?

Me sonríe de lado y me abraza con fuerza.

—No quiero esto para ustedes pequeñas, pero es por su bien. Papi y mami no tienen una buena estabilidad económica y deben darles la mejor vida, regresaremos pronto, ¿sí? —asiento abrazándola—, y claro que te amo mi pequeña, a las dos lo hago.

Una sonrisa sale de mi rostro, haciendo que ellos también sonrían conmigo. Me acerco a mi hermana mayor y a mi tía para que sepan que estoy bien y acepto todo lo que está pasando.

—Está bien papá y mamá, cuídense hasta luego —les grito con un ademán y ellos nos lanzan unos besos antes de irse.

Aunque duele, sé que será algo temporal, además, la tía Ade siempre nos ha tratado demasiado bien cuando venimos a su casa a jugar, creo que fue la mejor decisión.

Papi, mami, los extrañaré un montón, pero seré una buena chica cuando grande por todo lo que ustedes me han enseñado. Hasta pronto.

--------------

WALTER MÉUNIER

Tener quince años me volvió un poco rebelde, quizá en un aspecto de que no me da ganas de sufrir. Llegar de la escuela y ver mi vida a la perfección, solamente por un momento… porque todo fue destrozado por una sola persona.

Aquel momento en donde mi madre fingía ser feliz con mi padre, más, sin embargo, eso nunca fue de ese modo, ella le falló.

—Walter, hijo, ven siéntate que tenemos que hablar unas cosas —veo a un señor al lado de ella.

—Si, madre, ¿dónde está papá?, ¿quién es él? —se miran entre sí.

—De eso es que vengo hablarte, cariño —me acomodo en frente de ella dejando mi mochila a un lado del sofá, no comprendo nada, ¿ahora que pasó?

—¿Papá se fue de viaje? —niega y sus ojos tienen una que otra lágrima.

—Él es mi nuevo acompañante de vida, ya tu padre y yo no estamos juntos porque… elegí a este señor a que sea mi… pareja. Su nombre es Travis —abro los ojos con total asombro, esperaba de todo, menos eso.

Me lo dice con tanta facilidad, como si debería procesarlo de la misma forma. Claro, como su vida está resuelta con eso ahora, no le interesa.

Podía ser que se iba de viaje y me dejaría a alguien para cuidarme o, un maestro en las matemáticas que no me va muy bien, sin embargo, me viene con que tengo un padrastro.

En mis ojos no se pueden ocultar las lágrimas.

—Mamá…—mi voz se quiebra—la familia de por sí era pequeña, pero hermosa, ¿por qué me hiciste eso a mí?, ¿a mí que soy tu único hijo?, tu deseo es que siempre esté infeliz?

Cabizbaja, no emite ni una sola palabra, eso me destroza en pedazos, no obstante, tengo que hacer lo posible por soportarlo. Mi voz se quiebra al soltar esas palabras.

—Tratemos de llevarnos bien Walter, al punto de ser tu padrastro y… quizá un día me digas pa… —le pido silencio con mi mano, no quiero escucharlo.

Este ni bien ha llegado y quiere tomar lugares que no le pertenecen, espacios de los cuales mi padre ha trabajado mucho para que lo ame como se merece. Puede que más adelante lo tolere, sin embargo, nunca tendrá el título de padre cuando no lo es y mi verdadero padre no es el del error.

—¿A usted quien le dijo que crearé lazos a su lado?, no tengo ni el más mínimo interés de eso, así que, con todo el respeto que se merece, no me diga hijo y yo no le diré padre, mantengamos las cosas claras desde el principio —decido ponerme de pie y ella me sujeta del brazo—, ¿ahora qué mamá?, ¿cómo más quieres arruinar mi vida ahora?, hiciste que mi padre se fuera para cambiarlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.